Tú hoy no te casas, de María José Vela

344 páginas

Publicado por Versátil

Coco está fabulosa envuelta en su exclusivo vestido de novia. Incluso su madre, la editora de moda más poderosa del momento, parece dar su visto bueno.

Pero algo falla. No es el peinado ni el maquillaje ni, por supuesto, el novio —un codiciado soltero de oro tan atractivo como millonario—; es algo que nadie es capaz de percibir hasta que aparece Lola, su transgresora mejor amiga. A la voz de «Tú, hoy no te casas», Lola obliga a Coco a bajarse de la limusina en la que se dirigen a la ceremonia.

Dos días después, Coco despierta en Santa Teresa (Costa Rica), un paraíso en el que tendrá que aprender a vivir sin dinero ni móvil. Allí conocerá a Oliver, el dueño de un remanso de paz que esconde un secreto con nombre exótico: Evelyn.

Coco tratará de desvelar no solo el misterio de Evelyn, sino el del amor y el de la vida. Para ello contará con la ayuda de María, una madre en apuros; el Chimuelo, un viejo inglés que canta rancheras; y Hernán, para quien el nombre de Evelyn es algo más que un secreto del que nadie quiere hablar. ¡Ah!, y con Max, un cachorro de dudoso pedigrí.

¿Será Coco capaz de encontrarse a sí misma antes de que su obsesiva madre la encuentre a ella?

Conocí a María José este verano, en Benicassim, alrededor de divertidas y distendidas conversaciones sobre libros y más libros. Cuando pasas un rato con ella te das cuenta que su mirada rezuma franqueza, buen rollo y la ironía justa para que un rato con ella pueda convertirse en algo muy divertido y, en cierta manera, cierto. Pues algo así es su novela, o mejor aún, su manera de escribir.

Tú hoy no te casas es una historia divertida, desenfadada, en la que nos cuentan el viaje, o más bien huida, que realiza su protagonista hasta encontrarse a sí misma, hasta conseguir que su fuerza interior, esa que todos tenemos dentro, se manifieste y dirija su vida. A ver, no me entendáis mal, hay una historia de amor pero lo más importante es Coco y cómo cambia su manera de ver el mundo. Bueno, esto no es del todo exacto, porque ella no estaba equivocada, solo que se dejaba llevar por la corriente de su entorno, por lo que debe ser porque es lo mejor, lo lógico.

María José consigue traernos un grupo variopinto de personajes alrededor de Coco que la van acompañando en este camino, con su bagaje detrás que les hace sufrir y con el que siguen adelante. Un grupo que le enseña, la cobija, le muestra la vida de un modo distinto al que ella conocía y en el que se encontraba segura, aunque no feliz. 

Partiendo de una situación límite, como puede ser la huida, más o menos forzada, de su propia boda, acompañada de su mejor amiga Lola, dejando a una madre controladora y superficial, a un padre enamorado y triste, a un novio perfecto y un futuro más que decidido, comienza esta historia, muy bien contada, divertida en algunos momentos, con algún toque dramático, pero tratado con la ironía suficiente para que lo veamos más como una anécdota. Creo que cumple muy bien lo que busca como novela, es una de esas historias feeling good que tanto nos apetece leer, con personajes reales, entrañables, buenas personas, con un toque de vive y deja vivir y aprovecha lo que la vida te da. 

Tenemos amistad, amor, una pequeña historia pasada, familia, deseos, miedos, temas a superar, un perro del que te enamoras nada más conocerle, y todo ello en un enclave que te invita a relajarte, disfrutar y cambiar el ritmo de tu vida, tus prioridades: una playa en Costa Rica. 

Por cierto, creo que a la autora le ha salido un chico mucho más romántico, sensible y maravilloso de lo que esperaba. Lo siento María José, yo, su lado herido no lo he visto tanto, aunque sé que lo tenía porque me lo cuentan otros personajes, pero he echado en falta algo más de lucha interna o, por lo menos, que me la mostraras un poquito más... vamos, que tenía que haber sido algo más difícil, pero qué le vamos a hacer, se enamora y se enamora, no hay más que discutir, xD, y es un amoooooooooooor. Hasta aquí mi momento habloconlaautoraaunquenomeestécuchando.

Como último, me gustaría destacar que he leído en color. La portada refleja lo que implica Costa Rica en Coco, en Lola y en mí, como lectora. La frescura de una sociedad distinta, con problemas, con situaciones, pero con el sol, la luz, la naturaleza, la libertad y un ritmo distinto, se nota en el texto. Casi te diría que te animes a leerla cuando estés de vacaciones, aunque te entrarán ganas de liarte la manta a la cabeza y cambiar muchas cosas de tu vida

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