Antes de que llegaras, de Lisa Wingate

416 páginas 
Publicada por Suma 
Título original: Before We were yours 
Aunque la vida nos lleve por diferentes caminos, el corazón siempre recuerda a dónde pertenece. 

Memphis, 1939 

Rill Foss y sus cuatro hermanos pequeños disfrutan de una infancia mágica en su casa-barco en el Misisipi. Hasta que una noche de tormenta sus padres tienen que correr al hospital y unos desconocidos llegan para llevárselos a la fuerza al orfanato. Aunque les aseguran que su estancia allí será solo temporal, Rill pronto se dará cuenta de la terrible verdad. Y de que tendrá que luchar con todas sus fuerzas para mantener juntos a sus hermanos en un mundo de crueldad e incertidumbre. 

Aiken, Carolina del Sur, en la actualidad 

Avery Stafford ha vivido una vida de riqueza y privilegio, tiene una exitosa carrera política y pronto va a casarse con su encantador prometido. Pero un encuentro fortuito suscita dolorosas preguntas que la empujan a investigar en la historia oculta de su familia... y a destapar secretos que pueden llevarla a la destrucción o la redención.

Es un hecho que cuando lees la sinopsis ya te infunde bastante respecto esta lectura porque, reconozcámoslo, el tema de niños robados, como cualquier otro drama que gire en torno a niños, nos toca la fibra sensible, y más si, como es el caso, está basado en hechos reales, aunque la historia en sí sea ficticia. Está construida a modo de novela histórica novelada, con unos personajes protagonistas no ciertos pero sí otros de los que les rodean y son los artífices del hilo argumental. Aunque al final de la novela está contada la parte real de todo, no dejéis de consultar la wiki para conocer la veracidad de las personas que aparecen.

Esta novela nos cuenta una historia de encuentros, de familia, de vínculos, de cómo la vida puede cambiarte por gente ajena a tu realidad, tomar un camino totalmente distinto al que tenías predestinado, de personas y de amor, en sus diversas vertientes. Quizá he encontrado algo menos de dramatismo de lo que esperaba (me gusta sufrir un poco cuando leo) aunque creo que esto es algo totalmente buscado para que, como lectores, nos centremos en lo que vivieron y las consecuencias de todo aquello, pero sin querer que suframos al máximo. No sé si me entendéis cuando digo que los hechos ya tienen la suficiente carga dramática como para recrearse en ella.

Ha sido una lectura maravillosa, que recomiendo a todos los que disfruten de grandes novelas con esa realidad ficticia a la que hacía referencia antes (espero que esta combinación de palabras se entienda). La base de todo lo que cuenta es real, muchos personajes lo son también, sólo la historia que canaliza esos hechos no lo es, aunque pudo serlo; y así es como nos lo expresa la autora al final de la novela, en sus agradecimientos.

La historia está narrada toda en primera persona pero a dos voces y, prácticamente, en dos épocas (Memphis, 1939, y Carolina del Sur, en la actualidad). Ambas van confluyendo de una manera natural, aportando el nivel de intriga suficiente para que queramos seguir descubriendo, al igual que Avery, hacia dónde nos lleva todo. 

Sin ser un texto muy descriptivo, la autora ha conseguido transmitir  detalles esenciales para entender a los personajes: lo que el río significa para sus protagonistas, para su manera de ser, de vivir, y la importancia de la familia, de sentirse querida, de lazos que van más allá del tiempo; es esa unión invisible, esa felicidad a pesar de todo, esa mirada limpia tras mucho vivido. Con esta forma tan adecuada de narrar, me he encontrado en plenos años 40, en la América más profunda, llena de ignorantes e ignorancia, y de gente que movía los hilos, que hacía y deshacía según su propia conveniencia, y con total impunidad, y también de gente que intenta sobrevivir, lo mejor que puede; y me he encontrado allí casi sin ambientación, sólo con las palabras (pensamientos) de Mia/Rill, con su lucha, con su miedo y con su verdad. La fuerza narrativa y el peso de la historia lo lleva totalmente ella. Es un personaje de esos que tardas en olvidar.

Os diría que tiene momentos duros, muy directos y reales, sin recrearse en los detalles pero yendo al grano, a lo que pasó o pudo pasar, a vidas rotas; esos orfanatos no deben ser muy distintos a los orfanatos de otros lugares, pero quizá pensaríais que la lectura es más difícil de lo que realmente es y no me gustaría que eso condicionara vuestra decisión de animaros con esta novela; también tiene verdades no tan malas, gente buena y pasado para entender presente. 

Esta lectura ha sido otra de las lecturas conjuntas en las que he tenido la suerte de participar este año. Estoy disfrutando muchísimo con ellas y descubriendo muy buenas historias. Gracias a Laky, Lunilla y Albanta por organizarla, a la editorial por los ejemplares y a la fortuna por dejarme ganar uno de los ejemplares disponibles.

Por cierto, me gusta mucho más la fuerza que tiene el título original: Before We were yours, implica pertenencia, pasado, familia, y una vida que pudo ser y no fue.

La vida se parece al cine. Cada escena tiene su propia música y la música se crea para esa escena, las dos cosas están entretejidas de manera que no comprendemos. Da igual lo mucho que nos guste la melodía de un día pasado o imaginemos la canción de uno futuro; tendremos que bailar la música de hoy, de lo contrario perdernos el paso y haremos algo que no le corresponde a ese momento

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