La señora Osmond, de John Banville
319 páginas
Publicado por Alfaguara
Huyendo de Roma y de un matrimonio demoledor, Isabel Osmond viaja a Londres, donde se repone de la reciente revelación de la traición de su marido durante largos años. ¿Qué hacer ahora, qué camino debería seguir, y cuál es la salida del complejo laberinto emocional en el que lleva tanto tiempo atrapada? Bajo el estímulo del dolor y la certeza de haber sido seriamente agraviada, está determinada a reemprender la búsqueda de libertad e independencia que animó su juventud. Pero debe regresar a Italia y enfrentarse a Gilbert Osmond y deshacerse de su poderoso yugo. ¿Logrará burlar su influencia y afianzar su venganza?
Publicado por Alfaguara
Huyendo de Roma y de un matrimonio demoledor, Isabel Osmond viaja a Londres, donde se repone de la reciente revelación de la traición de su marido durante largos años. ¿Qué hacer ahora, qué camino debería seguir, y cuál es la salida del complejo laberinto emocional en el que lleva tanto tiempo atrapada? Bajo el estímulo del dolor y la certeza de haber sido seriamente agraviada, está determinada a reemprender la búsqueda de libertad e independencia que animó su juventud. Pero debe regresar a Italia y enfrentarse a Gilbert Osmond y deshacerse de su poderoso yugo. ¿Logrará burlar su influencia y afianzar su venganza?
Henry James es uno de esos escritores que todavía no he llegado a conocer como debería. El año pasado leí Otra vuelta de tuerca y me dejó sensaciones agridulces de ahí que este autor siga siendo una asignatura pendiente y no haya tachado de la lista de autores clásicos a descubrir. Os preguntaréis por qué os estoy hablando de Henry James cuando esta novela es actual y ha sido escrita por John Banville, y la respuesta es muy sencilla, porque John Banville continúa la historia de la protagonista de Retrato de una dama, la heredera estadounidense Isabel Archer, esta vez como Señora Osmond, y con la distancia que dan los años que han pasado.
Me costó un poco animarme a leerla precisamente porque la falta de conocimiento previo sobre los personajes que John Banville construye me hizo creer que resultaría incómoda a la hora de disfrutar de la historia. Realmente no ha sido así, aunque la lógica me hace intuir que si esa no fuera mi situación probablemente habría asimilado esta novela de otra manera. Todo era nuevo para mí y el modo en el que Banville une ambos textos para mí no ha sido tan importante como los hechos en sí, los actos de los personajes, sus pensamientos y su forma de enfrentarse a la realidad, su realidad. Se podría decir que he acudido a acompañar a la señora Osmond de una forma limpia, sin ideas preconcebidas... y me ha encantado el viaje.
La señora Osmond es una novela actual ambientada en el siglo XIX que parece haber sido escrita contemporánea a la historia que nos cuenta. Precisamente ahí radica la fuerza de la narración, como si de un clásico moderno se tratara. El autor, supongo que a modo de homenaje a su precursor, Henry James, crea el después o, mejor dicho, recrea lo que podría haber sido un "cómo continúa" o "y ahora qué". Como ya os he dicho, soy plenamente consciente de que mi ignorancia en lo que se refiere a Isabet y Gilbert Osmond hace que me pierda ciertos matices, ciertos guiños o recuerdos, pero como lectora "virgen" he disfrutado enormemente de la prosa, del hilo argumental, englobado en ese viaje que hace la protagonista hacia sí misma, y de los tiempos narrativos, por muy lentos que sean.
Me gusta este tipo de lectura, me gusta que las palabras se usen de forma inteligente, de forma útil, de forma descriptiva y, en cierta manera, de forma pesada. Es verdad que este tipo de lectura también me agota, pero a pesar de ello (o precisamente por ello) la disfruto muchísimo. Me hace pensar que, en cierta manera, se asemeja a la forma enrevesada de Henry James de mostrar y no mostrar la verdadera naturaleza de un personaje, con todas sus aristas.
"¿Qué era la libertad, pensó, más que el derecho a ejercer las propias elecciones?"
Una novela llena de mujeres diferentes y cada una sobreviviendo a la existencia que les ha tocado vivir. Alguna más luchadoras, otras más conformistas, algunas costumbristas y otras rompedoras... la mujeres empiezan a molestar aunque poco ruido hacen todavía. El dinero y su situación familiar es lo que condicionará su futuro y sus acciones.
"La señorita Janeway era, como se hizo evidente enseguida, una persona de panfletos, polémicas, desfiles y protestas: en una palabra, un miembro de esa especie, todavía rara en la época, conocida como la Nueva Mujer. De cualquier modo carecía del aire temible que se atribuye tan a menudo a este fenómeno novedoso y casi mítico, a esta amazona de nuestros días; no era chillona, no era estridente, y en cuanto a su manera de discutir, nadie podría haber sido más comedido y plácido en la expresión de sus opiniones que esta intelectual mordaz, de mediana edad y pelo plateado"
Me quedo con la heroína imperfecta, con sus decisiones erróneas y sus pensamientos. Supongo (en esta novela he supuesto muchas cosas aunque, gracias a la habilidad del escritor, éste ha sido un ejercicio de lo más interesante) que casi se redime de sus actos pasados, los que la llevaron hasta donde está.
"- ¿No sientes cierta aprensión?
- Al contrario, siento una gran aprensión- respondió Isabel en tono directo y sencillo-. Me temo que mis armas son inadecuadas para el encuentro que me espera: les falta alcance.
La anciana esbozó lo que ella consideraba una sonrisa.
- Entonces recuerda- dijo- lo que le dijo la madre espartana a su hijo cuando él se quejó de que su espada era demasiado corta-: Acércate."
También le da, aunque en menor medida, voz al señor Osmond, para mostrarnos un personaje que me ha dejado descolocada porque a veces me parecía un caballero, otras un enorme cínico y otras un aprovechado. Supongo que estos tres adjetivos resumen su personalidad. Me atrae por su formalismo y seguridad pero me repugna por la motivación de sus actos.
He deseado que las cosas fueran por otro camino y me ha despistado cuando ha puesto algo de pasión en el camino de Isabel, aunque sea casi de forma testimonial.
En resumen, creo que la novela, además de estar increíblemente bien escrita, refleja justo la realidad de una sociedad encorsetada, errónea, cínica, engañosa y llena de formalismos.
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¡Hola!
ResponderEliminarPues yo no he leído la obra de Henry James y no conozco los personajes de los que parte este libro, pero por todo lo que dices de él, igualmente no descarto el animarme de todas formas y leerlo así, como tú, desde la ignorancia y sin prejuicios.
¡besos!
No es un libro fácil pero merece la pena por disfrutar de la prosa y de la historia.
EliminarUn beso
Pues la verdad es que yo no tenía ni idea que era una especie de continuación de esta otra novela de Henry James, pero no sé si me atrevería con ella así como lo has hecho tú. Creo que no la entendería, no sé... no lo veo claro.
ResponderEliminarBesos
Bueno, yo la he disfrutado muchísimo a pesar de eso. Sé que no es una lectura para todo el mundo porque a veces no es fácil pero sí que merece la pena por descubrir esa manera tan peculiar de crear a los personajes, y más partiendo de la base de que ya estaban creados de antes.
EliminarUn abrazo
Hola, Carmen. Yo he leído algo de Henry James, no mucho, pero si Retrato de una dama y no sabía que esta novela era tal como nos lo cuentas. Y seduce la idea de leerla y disfrutar de buena literatura. Ya veré más adelante.
ResponderEliminarUn beso.
Déjate seducir. Me encantaría saber qué te parece si la lees.
EliminarUn abrazo