304 páginas
Publicado por Editorial Amarante
«Silencio es mi palabra perfecta. Era. Creí que lo era». Así se dispara la confesión de Fran Heredia, maestro miedica, gruñón y enamoradizo que vive ajeno al mundo en un pueblo del sur hasta que alguien le implica en el secuestro de unos niños anónimos.
Acusado por un fiscal, en problemas, por mentiroso e insolente, en la escuela donde enseña Literatura y forzado por una monja a viajar a la gran ciudad para rescatar a los niños sin nombre, descubre un país sin gobierno e inundado en revueltas. Y donde se maquina una conjura para destruir los cimientos de la lengua española.
Gracias a una serie de personajes de fantasía, a unos cómplices inesperados y a viejos socios que le llevan al extremo, Fran pone a prueba sus terrores y lucha por frustrar «el mayor crimen de la historia de España». Como recompensa, descubre su palabra perfecta. Que puede ser, quizá, la que le salve la vida
Si me conocéis sabréis que me gustan las palabras. Me gusta usarlas. Me gusta aprender de ellas. Sé que no soy buena escribiendo, tampoco soy mala, simplemente las uso de una manera convencional, a veces incluso anodina, pero eso no significa que no las cuide o las mime, aunque sea en la intimidad. Por eso un texto de este tipo, en el que el autor es capaz de jugar con ellas a su antojo, casi sin esfuerzo, casi como por casualidad, me gusta, y mucho, y me da envidia, pero de la buena, de la de admirar, que también existe.
Conseguí este libro en un sorteo (para variar) en twitter, en foro libro. Aunque no suelo hablar mucho de las portadas, os diré que me sorprendió por el carácter juvenil o infantil que tiene, una chica camino de clase que pasa sobre las ruinas del sistema portando sus libros, con algunos caídos, como si no tuviera brazos para llevar más, con el Congreso al fondo y la estatua de Cervantes presidiendo todo a modo más de recuerdo, casi desdibujada. Ahora, tras leer esta novela, lo entiendo y me parece la más adecuada.
Es verdad que creía que iba a ser algo más convencional, más cerca de una novela negra, más fácil; me había hecho mi propia composición: profesor viejuno, de vueltas de todo y en decadencia, oculto en un pueblo, se ve involucrado en el caso de unos niños secuestrados, y aunque podríamos decir que ese es su comienzo, no sería del todo correcto.
No ha sido una lectura sencilla, la verdad. Me costaba avanzar, no sabiendo hacia donde me llevaba el autor, porque a veces andar mientras leo por arenas movedizas me descoloca y me obliga a poner algo de distancia en mi lectura para encontrar la perspectiva de lo que estoy leyendo. Es como si en mi cabeza yo dijera: vamos a ver, Carmen, céntrate, construye el esquema de lo que estás leyendo, ponte en la mente del escritor y ubícate... (debo explicar que yo siempre, siempre, estoy pensando, incluso mientras leo) lo curioso es que si este experimento lector sale bien, todo el proceso anterior, durante el que "sufro", me encanta; pero si la historia no me llega a encajar o no le veo el sentido, al final he sufrido en vano. Soy rara, ¿verdad?
Como ya os he explicado, con cierto pudor, perdida me encontraba a veces entre sus palabras, pero más a gusto que a gusto disfrutando de cada uno de los pensamientos de este anti-héroe cobarde, miedoso, escurridizo y, en cierta manera, romántico, aunque más hacia lo único que para él se ha mantenido como una verdad, las palabras, que hacia el ser humano. Perdida, digo, porque entendiendo el carácter "fabulero" de lo que me estaban contando he tenido que esperar hasta los últimos momentos para confirmar ese homenaje que el creador de este profesor llevado a menos hace de algo que para mí también es muy importante. Como veis, todo gira en torno a las palabras.
Aunque es una historia algo rocambolesca y te lleva por sitios insospechados, tiene mucho más de real de lo que podría gustarnos. Está llena de personajes reales pero llevados a veces al absurdo para deleite nuestro.
He descubierto que me parezco en gustos mucho más de lo que creía a Fran Heredia, porque sigo escribiendo la tilde en los pronombres demostrativos y en el adverbio sólo, casi a modo de rebeldía, aunque carezco de su capacidad para inventar palabros... xD.
A pesar de que no es el estilo de historia que me suele gustar, el trabajo narrativo sí lo es así que es fácil recomendarla si te gustan las palabras y el uso que hacemos de ellas, para bien o para mal, y si eres capaz de seguir esta historia por absurda que te pueda parecer hasta el final.
#PalabrasPalabras #NoSéCuálEsMiPalabraPerfecta
#LaEducaciónMePreocupa #Conspiración #ElAbsurdo
#HayMásDeRealidadDeLoQuePensamos
#Madrid #Periodismo #TodosTenemosUnPasado
#Búsqueda #Misterios
Por lo que cuentas, no es una novela para mí, no la disfrutaría.
ResponderEliminarBesos
Hola!!
ResponderEliminarNo me termina de convencer.
Gracias por la reseña.
Besitos :)
Vaya.... me he quedado un poco en shock... como cuando leí la reseña de Las inquilinas de Nueves semanas (justas- justitas)... Es decir, por lo que cuentas es uno de esos libros que hay que leer para juzgar por uno mismo... Igualmente, tengo que decir, que personalmente el tema de las palabras en sí me gusta... no hace mucho leí un libro que también tenía por tema cental las palabras, Arai no es nombre de perro, aunque la trama no tiene nada que ver con lo que nos cuentas...
ResponderEliminarLa verdad es que su sinopsis despierta mi curiosidad, y si has estado a gusto entre las reflexiones del protagonista... creo que ya es mucho, no?
Un saludo bien fuerte!!
Hola. No sabía de este libro y por ahora no lo leeré, aunque no digo que no lo haga en un futuro. Gracias.
ResponderEliminarUn beso.
Con este no me animo, no me convence. Lo dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso ;)