El último de los nuestros, de Adelaïde de Clermont-Tonnerre

384 páginas
Publicado por Roca Editorial
Novela ganadora del Gran Premio de la Academia Francesa 2016.

Werner Zilch es un joven y atrevido empresario en el Nueva York de a principios de los años setenta que busca el reconocimiento y el éxito. Werner fue adoptado cuando era un bebé por una familia de clase media de Nueva Jersey. No sabe nada de su procedencia ni de su familia biológica, pero tampoco parece estar particularmente interesado en el tema. Pero cuando conoce a Rebecca, la hija de una familia acomodada e influyente de Nueva York, se enamora de ella locamente. Lo que no sabe es que corre el riesgo de perderla a menos que descubra la verdad sobre su propio pasado.
Poco a poco, Werner irá desentrañando la verdad sobre la aterradora y compleja historia de sus orígenes. Nacido durante el bombardeo de Dresde en 1945, su madre murió la noche de su nacimiento. Luego fue trasladado a Estados Unidos, después de la guerra como parte de la Operación Paperclip –la misión que permitió al genial científico nazi Von Braun (el inventor del cohete V2) mudarse discretamente a América con toda discreción y sin someterse a ningún juicio, junto con otros 117 ciudadanos alemanes. ¿Por qué viajaba Werner Zilch con Von Braun? ¿Qué hizo la familia Zilch durante la guerra? Estas son algunas de las preguntas que Werner tendrá que contestar si quiere recuperar a Rebecca. Porque justo cuando cree que su amor es invencible, pronto descubrirá que podría ser imposible.

Llevo una par de semanas suscrita a Nubico (una oferta de dos meses al precio de uno que no pude dejar pasar) y estoy encantada. Para mí, la única pega que le veo es que al tener un Kindle no puedo leer en él y acabo haciéndolo en mi móvil o en el ordenador, pero a todo se acostumbra una, ¿no?. Reconozco que cuando tienes a tu disposición tantos y tantos títulos abruma un poco. Hay como una presión por leerlos todos y no tener tiempo para ello. Acabas eligiendo casi como por instinto o con los ojos cerrados.

No conocía esta novela ni tampoco a su escritora. No leo mucha literatura francesa. El escritor que primero me viene a la cabeza es Guilleme Musso y debería esforzarme por recordar alguno más (escritores actuales, me refiero). ¿Por qué me decanté por este libro? Primero, porque viene abalado por un premio. Sé para algunos eso no significa nada, y lo entiendo, pero a mí me da un poco de tranquilidad a la hora de elegir, aunque luego puede que no me guste nada; y segundo, la época en la que está ambientado, a caballo entre los años 40 y los años 70 (sobre todo ésta última). Me parecía que el libro iba a mostrar una búsqueda, un viaje hasta encontrar un pasado perdido, y esas historias me suelen gustar mucho. Puedo aseguraros que ha sido una magnífica elección. 

No creo que hable en sí de esa búsqueda sino de las consecuencias que tuvo un conflicto en la vida de un niño y su familia, pero no de una manera dramática sino de una manera real. De hecho, nosotros ya sabemos que él sobrevive y que tuvo una buena niñez y adolescencia, que tuvo unos padres que le quisieron y una vida relativamente normal; lo que no conocemos es lo que pasó y cómo acabó adoptado por una familia de clase media americana. Esa pequeña intriga, junto con el devenir de su historia de amor (y desamor), es lo que nos mantiene pegados a sus páginas.

Y entre todo esto, la novela nos habla de héroes y heroínas de verdad, de carne y hueso, de esos que solo querían sobrevivir, seguir adelante, sin grandes gestos, de esos que vivieron lo peor que podemos imaginar, las vejaciones más horrendas y consiguieron salir. Nos habla de familia, de miedos, de cómo a través del conflicto, lo peor del ser humano salió a flote. También nos habla de una generación que sentía que todo se podía conseguir, que vivía el sueño de ser ellos mismos, sin límites. Nos habla también de amor libre, de vivir, de disfrutar. Es increíble la cantidad de referencias reales a la sociedad neoyorquina de los años 70 con personajes que formaban parte de ella: artistas, políticos, empresarios, vividores. Y nos habla de rencor, de miedo y de venganza. Todo ello en un tono más directo, más rápido y sin reservas de lo que podríamos pensar. También hay sexo, entendido dentro de la relación tan intensa que viven los protagonistas.

Es una novela contada a dos tiempos, separados por apenas 30 años que parecen pocos años pero en los que el mundo, o la vida de los personajes, cambió muchísimo. Supongo que tras la II Guerra Mundial, y pasado los años de la tristeza, se quedó un espíritu de vivir y disfrutar que impregnó en la juventud que no vivió la Guerra pero sí sus consecuencias. Me ha sorprendido mucho más de lo que esperaba. El eje central de ambas tramas es la familia Zilch, una familia acomodada alemana con sus propios conflictos antes de la guerra, y de la que Werner es el último de los nuestros

La parte narrada por Werner, en primera persona, en los años 70, está llena de matices: a veces es divertida, a veces es tierna, a veces directa, a veces difícil... incluso, la narración tiene diferentes velocidades según el momento en el que se encuentran los personajes. La parte contada en tercera persona, hacia 1945, nos trae la historia de Werner desde su nacimiento, casi al final de la Guerra, en un momento violento y traumático en Dresde, en plena batalla, lo que marca su carácter, a pesar de que él todavía no lo sabe. Estos capítulos son más históricos pero contados de una manera rápida y fácil, sin florituras, sino cómo lo vivieron sus protagonistas, sin librarnos de la posible verdad de todo aquello.

No podemos olvidarnos de Rebecca y todas las contradicciones que hay en ella. Ella encarna la clase social, el dinero, las luchas, la dejadez, el dolor, la búsqueda, el miedo, la venganza y, en cierta manera la locura. Creo que os sorprenderá y la entenderéis. Werner encarna el éxito, el poder, la vida, el sexo, la decisión, la fuerza, la familia y, de alguna manera, el amor. Y junto a ellos dos tenemos el resto que merece la pena descubrir.

Me ha gustado muchísimo el tono de la historia, poco habitual (creo que es de las cosas que más me han sorprendido, llegando al principio a desubicarme un poco), los personajes que se encuentran sin quererlo involucrados en ella y cómo la autora ha empleado diferentes registros para no dejar que nos aburramos, además de la intensidad con que viven los sentimientos. No me olvido de la ambientación que se consigue casi sin pretenderlo con pinceladas del Nueva York de los años 70, esa vida que está rompiendo con lo establecido, ese mundo que quería vivir al límite, construir, ganar dinero... Por muchos motivos, merece la pena leerla.

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Comentarios

  1. Hola, Carmen:
    Lo de Nubico no tiene precio. Si puedes cómprate un lector en el que puedas descargar la aplicación. Llevo con el casi desde que salió y una vez me acostumbré a su App, que es peor que las de Amazon y Apple, es una maravilla. Tenemos novedades en muchos casos al minuto de publicarse.
    Por lo demás, completamente de acuerdo contigo en todo, menos en la parte presente. Sigo pensando lo mismo: le sobran muchas páginas y la relación sigue pareciéndome tóxica. Es una gran novela, pero no un novelón.
    Un besote.

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  2. No lo conocía, pero tras leerte, no me importaría leerlo, tiene muy buena pinta.
    Besos

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  3. Hola, Carmen. No sabía de la novela y tomo nota ya que me gusta la literatura francesa, a ver si pronto puedo tenerla. Gracias.

    Un beso.

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