Taj, de Andrés Pascual

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Sinopsis (según Amazon)

Poco antes de que la bella emperatriz del Indostán, Mumtaz Mahal, cerrara sus ojos para siempre, su esposo le prometió honrar su recuerdo con el monumento más hermoso jamás construido. Taj es la historia de esa obra magnífica y de sus veinte mil héroes: arquitectos, calígrafos, maestros artesanos y obreros que, encaramados a lomos de elefantes, arrastraban enormes bloques de mármol. Una narración épica vista a través de la mirada de Balu, un muchacho del desierto con unas dotes extraordinarias para el dibujo, que se enfrentará a todos los convencionalismos para recuperar a su amada Aisha, recluida en el harén del soberano. Con el esplendor y las traiciones de la corte del Gran Mogol como telón de fondo, esta apasionante novela nos sumerge en un tiempo de leyenda, cuando todo un imperio trabajó al unísono para superar el mayor de los desafíos.

Con una portada cuanto menos llamativa, con los colores del desierto, de ese desierto del Rajastán donde comienza esta historia, y el prestigio de ser una novela que ha ganado el Premio 2016 de novela histórica Alfonso X el Sabio, no es de extrañar que no haya dudado en leerla gracias a mi suscripción gratuita de 15 días a Nubico. 

Me ha encantado este libro. Ha sido como una fábula llena de esperanza y búsqueda, de paz y lucha, de amor y dolor, rodeado todo de una realidad bella y cruel, como si todo se presentase en bruto, sin pulir, pero en cierta manera aderezado, sobre la sociedad de castas del Indostán a mediados del siglo XVII. Ha sido un viaje desde el Rajastán hasta Agra y también un viaje vital, desde un Balu inocente y confiado hasta un Balu más seguro y vivido. 

Me ha gustado todo lo que rodea a esta historia. Maravillosa manera de contarnos cómo era la vida entonces, explicarnos cómo se gobernaban, cómo convivían y cómo sufrían. He podido sentir los olores, los colores, las ilusiones y las desilusiones, los conformismos de una vida que era así porque era así, y sus sueños, atemporales y comunes a todos nosotros. He podido vivir la construcción del Taj Mahal casi como lo hacía Balu, protagonista absoluto de la novela. Imposible no enamorarse de él, tan especial y diferente a los que le rodean, que consigue ir hacia delante, siempre hacia delante. Y, para mí, ésta es la fuerza de esta novela.

Si alguna vez tengo la suerte de poder visitar la India, miraré el Taj Mahal con otros ojos y pensaré en las miles de personas que trabajaron para la construcción de esta obra. Y, por qué no, pensaré en Balu y Aisha y su historia de amor. Me acordaré de cómo se levantaron las paredes y de cómo se cincelaron las piedras. 

Tanto si te gustan las novelas históricas, que te enseñan otro mundo, otra época y otros momentos, como si te gustan las novelas en las que tenemos amor y búsqueda, creo que te encantará. Y si después de leerla no estás de acuerdo conmigo, siempre puedes pensar que por lo menos has vivido como debió ser la construcción de una de las maravillas del mundo. 

Tengo la sensación de que este libro se ha escrito desde el más absoluto respeto y amor hacia culturas milenarias, y, en cierta manera, de admiración. Y con la sensación de que algunas cosas no han cambiado y de que no debemos perder la perspectiva. Pero bueno, es sólo una sensación.

Me quedo con que me ha parecido una de esas novelas aparentemente pequeñas que encierra una historia increíble sobre la construcción de una de las maravillas del mundo, el Taj Mahal, en la ciudad de Agra, en la India, y con la admiración que he sentido hacia la manera que ha tenido el autor de contarme la historia de Balu y Aisha.

#GraciasPorEstaHistoria

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