Viento del norte, de Arlette Geneve

276 páginas

Publicada por HarperCollins Ibérica

Meire es una mujer decidida y valiente que emprende un peligroso viaje desde Provenza para conseguir un documento de vital importancia para su familia. En el camino es sorprendida por el clan de los MacDamn, diecinueve hombres, todos ellos hermanos, que la llevan a su aldea. Allí descubre que el laird del clan, es el hombre a quien ella estaba buscando. Y aunque no se lo esperaba, descubrirá también el amor con Lyall, pero su romance tendrá que sobrevivir a un violento ataque de los vikingos, a la venganza y a las poderosas fuerzas oscuras de los druidas.

Portada sugerente, ¿verdad?, sobre todo para un lector de romance de época. En este caso intuimos una mezcla entre las historias de highlanders y de vikingos, y los lectores (o más lectoras, realmente) hacemos palmas esperando el romance, pero Viento del norte no ha sido exactamente eso, al menos para mí. Sí hay chico y chica, momento instant love, o como decimos por aquí, amor a primera vista, que realmente es más una fuerte atracción física que otra cosa en el comienzo de la historia, y guerreros, clanes, familias, luchas, política y poder, y todo ello aderezado con un secreto que se arrastra a lo largo de gran parte de la novela. 

Para mí, más que una historia de amor, ha sido una aventura, una lucha, una búsqueda, en una época en la que era mucho más importante el cómo que el cuándo en lo que a la muerte se refiere. De hecho, la historia de amor, aún siendo un tema esencial de la trama, no es lo que más se disfruta, al contrario, es el entorno el que cobra más fuerza narrativa. Hacía tiempo que una novela de este género no me obligaba a leer con atención para apreciar todos y cada uno de los matices. 

No se nombra la época en la que se sitúan los hechos, pero al hablar de vikingos, incursiones, clanes y otros aspectos sociales casi me parece que estamos en el siglo IX o siglo X. 

Me han sorprendido la veracidad y el realismo con la que parece que nos cuenta la vida de entonces, y, a pesar de considerarme una ignorante en historia, he tenido la sensación de que me estaba contando algo que pudo ocurrir, y eso creo que ya es importante. Es verdad que no es una novela romántica al uso, y que hay mucha más violencia de lo que en este tipo de novelas solemos leer, pero a mí, personalmente, eso no me molesta en absoluto, al contrario, le aporta credibilidad. Me gustan las historias así. 

Creo que es imposible no reconocer el gran trabajo narrativo de la autora en esta historia, a pesar de que puedo llegar a entender las reticencias que he leído sobre la novela en algunos lectores. Como ya os he dicho antes, la violencia explícita que hay en algunos momentos de la historia podría llegar a molestar o, mejor dicho, incomodar, así como las referencias a disputas políticas o de poder. 

Todo lo anterior hace que considere la historia, en gran parte, una aventura vivida por Meire, desde el momento en el que, a través de su viaje, se adentra en las Tierras del Sur y del Norte, buscando algo más importante para ella que su propia vida, de ahí que no dude en ponerse en peligro para conseguir su objetivo. 

Interesante trabajo de personajes, no tanto por la intimidad que recibimos de ellos, que no es mucha, sino por el amplio elenco. El juego de enseñarnos al "enemigo" me gusta, siempre me ha gustado. El mostrar cierta debilidad, por así decirlo, es muy interesante. Coloca a veces al lector en una posición incómoda de elegir, aunque en este caso no llega a ser tal, pero se intuye. No sé si la autora tenía intención de seguir con un segundo libro, trasladando la trama a parte de los secundarios, pero es verdad que la historia está llevada por un camino que nos conduce a pensar que es así. Espero, sinceramente, que lo haga. Quiero más Ivar, lo confieso, y mucho más Colin, sobre todo, Colin. 

Sabes, si estáis acostumbrado a leer mis reseñas, que suelo ser en cierta manera positiva y me centro en todo lo que me ha gustado de una lectura. Normalmente se pueden destacar aspectos o puntos que para mí flojeando un poco en la historia, pero a no ser que sea algo que me impida disfrutar en conjunto de la lectura, creo que no merece la pena recrearme en ellos al dar mi opinión. A veces hay que fijarse en lo que no se dice más que en lo que se dice.

Si tuviera que poner una pega a este libro sería precisamente la historia de amor entre ellos, aunque esta pega sería pequeña y haría referencia solo a matices. ¿Por qué si la autora ha sido tan directa en otros temas concernientes a esta época no ha reaccionado igual cuando se refiere a la pareja? Para mí, ha suavizado ciertos aspectos por encajar más la historia en una novela romántica; pero, como ya he dicho, son matices, porque a mí sí me ha gustado en conjunto esta aventura y estoy deseando que Arlette Geneve siga explorando esta época, con todo lo bueno y lo malo que tenía.

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