Mi isla, de Elísabet Benavent

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Sinopsis (según Amazon)
Maggie vive en una isla y regenta una casa de huéspedes...
Maggie tiene un huerto y casi siempre va descalza...
Maggie no quiere recordar por qué está allí; duele demasiado...
Maggie ha renunciado al amor y es complicado explicar los motivos...
hasta que conoce a Alejandro...
y la calma da paso a una tormenta de sensaciones...
y a la posibilidad de que tal vez sí se puede empezar de nuevo.

Novela con una narrativa muy del estilo de la autora, en la misma línea que sus dos libros anteriores (los de Martina), en la que nos va contando la historia en primera persona y en pasado, como si de una charla se tratara, lo que nos permite adentrarnos en el alma de la protagonista, sus miedos, sus pensamientos y el porqué de sus actos. Hay un aire de fatalismo durante la narración que consigue que tengas el corazón en un puño esperando la caída. Y esto es algo que me encanta.

Esta vez sólo nos ha permitido conocer los pensamientos de él en ocasiones muy concretas y determinantes (no me hubiera importado que fueran más), consiguiendo que la única protagonista real de la historia sea ella. No hay ninguna trama secundaria que nos desvíe la atención de la historia de amor de Magdalena y Alejandro, una historia de amor complicada y sencilla a la vez, aderezada con problemas muy reales que siempre rondan a la protagonista.

Magnífico trabajo de ambientación de la autora. He sido capaz de sentir el sol en mi cara, en la isla, y la brisa del mar mientras nos sentábamos en la playa. He deseado encontrarme en ese lugar donde los problemas parecen menores y la vida parece mejor.

Me gusta mucho como escribe Beta, su manera directa de contar las cosas y de ponerles nombres. Me gusta tener la sensación de que ninguna frase está escrita porque sí, sino que tienen un sentido y una función en la narración. Me gustan sus escenas sexuales y cómo relaciona a sus personajes. Me gusta el mundo que crea y nos enseña, tan actual y real y, a veces, tan lejano.

Me ha parecido una novela intimista, que esperaba que fuese más comedia pero que me ha mostrado a alguien que supera, o al menos lo intenta, sus limitaciones. Prefiero estos personajes que tienen mil defectos y alguna virtud, que viven, aman y sufren como nosotros, y que me hacen soñar.

Confieso que he llorado con Magdalena, he amado a Alejandro y he sufrido con los dos, pero solo al final, durante la esperada caída. Ah, y gracias por el guiño a nuestro Gabriel.

Me he quedado con algunas dudas, y espero tener el valor suficiente de planteárselas a Beta Coqueta cuando nos veamos el viernes, en la presentación de este libro, en Valencia.