Longitud de impresión: 298
Editor: HarperCollins Ibérica S.A. (15 de enero de 2020)
Idioma: Español
ASIN: B08299KBNZ
Jessie Sloane está intentando reconstruir su vida después de pasar años cuidando de su madre enferma. Alquila un nuevo apartamento y solicita plaza en la universidad. Pero, cuando en la universidad le informan de que su número de la seguridad social no es válido, Jessie descubre un sorprendente detalle que le hace dudar de todo lo que cree saber.
Jessie se halla de pronto en mitad de un misterio inquietante, agravado por el dolor y la falta de sueño. A medida que pasan los días y su insomnio empeora, la mente empieza a jugarle malas pasadas. Se le nubla el juicio y el cansancio le impide pensar con claridad. Comienza a ver cosas extrañas y no logra distinguir entre lo que es real y lo que es producto de su imaginación.
Veinte años antes, a cuatrocientos kilómetros de allí, la decisión tomada por otra mujer podría encerrar la clave del pasado oculto de Jessie. ¿Es posible que su vida esté construida en torno a una mentira o quizá sus alucinaciones han acabado por ganarle la batalla?
Leí este libro hace un mes y, si bien ahora tengo que estrujarme el cerebro para acordarme de los detalles de la historia, sí que recuerdo que la motivación de la autora fue jugar con mi comprensión y con mi empatía hacia los personajes y eso, sorprendentemente, estuvo bien, aunque el camino hasta llegar ahí no fue fácil. Creo que pasé por distintas fases leyendo, pensando desde que la autora se había equivocado construyendo una historia demasiado simple hasta que las cosas no podrían arreglarse sin cambiar de género narrativo. Os aseguro que entiendo el porqué de las críticas no muy positivas que he leído pero, para mí, ha estado bien porque el final no es lo que más he disfrutado, sino el proceso que me ha llevado hasta allí.
—La espera es la peor parte —me dice, y no sé a qué se refiere con eso; esperar a que la pastilla haga efecto o esperar a que mi madre se muera.
Al caer la noche, que es cuando todo se complica para Jessie, es una historia que se va abriendo ante el lector poco a poco, con dos tramas distintas, distanciadas en el tiempo; una en torno a la joven y solitaria Jessie, y la otra en torno a Eden, una chica enamorada de su marido que comienza su vida con ilusión y esperanza. Dos mujeres y dos soledades distintas.
La lucidez terminal: un último momento de lucidez antes de que una persona muera. Un último torrente de inteligencia y de consciencia. Cuando se despiertan del coma y hablan por última vez. O cuando se despiertan del coma y hablan por última vez. O cuando un paciente de alzhéimer tan grave que ya no reconoce ni a su propia esposa se despierta de pronto y recuerda. Personas que llevan décadas catatónicas se incorporan y, durante unos segundos, son normales. Todo está bien.
La intriga, constituida como un thriller que no se precipita pero igualmente nos descoloca, viene más por desconocer qué ocurre y qué ocurrió, y todo en torno a esos dos personajes; una estructura aparentemente sencilla por el número de personajes pero compleja por el contenido, ya que escucharemos únicamente dos voces desde la soledad de su interior, consiguiendo que nuestra cabeza no pare de generar las respuestas a todo continuamente. A veces he tenido la sensación de que la trama era lenta y otras veces de que era rápida.
Si bien una de las dos historias me interesaba menos que la otra, el camino por el que ambas me iban llevando me gustaba, me intrigaba. Confieso que leía como si en mi cabeza tuviera ya todo montado y estuviera deseando que me lo desmontasen, que, por otro lado, me descolocaba. Tengo la sensación de que es difícil escribir una novela realmente tan cerrada, con tan pocos personajes y una línea muy marcada, muy obligada, y hacerlo bien. Aunque creo que esta no es una opinión general, a mí me parece que Mary Kubica lo consigue.
No es ningún secreto que Chicago es la ciudad con más callejones del país, con más de mil quinientos kilómetros de callejuelas sombrías. La clases de lugares oscuros donde la gente suele esconder su basura y sus miserias.
Creo que podéis intuir que no es fácil hablar de este libro. A medida que avanzas en la lectura, te convences de que es un gran thriller psicológico aparentemente muy básico pero con una carga íntima importante. No sé qué deciros para no condicionaros. Creo que la fuerza de un deseo, o de lo que consideramos que debe ser lo correcto, marcando así la propia felicidad, puede llegar a provocar cambios en nosotros. No sé si tenemos que estar predispuestos físicamente a ello, o si cualquier mente podría llegar a ese punto de no retorno.
Mis pensamientos nocturnos pueden agruparse en cuatro categorías. Siguen el mismo patrón, la misma rotación predecible cada noche. Lavar, aclarar, secar, repetir.
Un hoyuelo es, en realidad, un defecto de nacimiento. Un músculo facial muy corto que tira de tu piel cuando sonríes, provocando marcas en las mejillas. Por consiguiente, tanto mi padre como yo somos defectuosos.
Es interesante cómo la autora se ha metido en la cabeza de estos dos personajes, que se encuentran igualmente perdidos, aunque desde momentos muy distintos de su existencia; una por el anhelo y otra por el miedo; dos mujeres unidas por un hecho al que nos vamos acercando a medida que avanzamos en la lectura y un libro que va creciendo en interés y va haciéndose más complejo capítulo a capítulo, en ese tono algo frío de la intriga psicológica.
Aunque parece que la acción va lenta, he tenido continuamente una sensación de lectura límite. Es como si fuese todo contra el tiempo, no sé si agudizado por lo que le ocurre a Jessie o porque me iba acercando a la resolución de la intriga que la propia historia construye.
Cuando no puedes dormir, el tiempo es como un perezoso de tres dedos.
A pesar de que parece que la historia no te genera interés, sí que lo hace, envolviéndote en la atmósfera agobiante que sufre Jessie de una manera psicológicamente constrictora (no sé si se puede utilizar este adjetivo, pero confío en que me habéis entendido), y creo que ese es el baluarte de esta novela: el ver cómo ha sido la autora capaz de plasmar esas dos angustiosas vivencias. Estaba por el 85% y todavía no encajaba cómo iba a resolverse todo, formando esta duda parte del atractivo de la historia, que a mí, inesperadamente, me ha gustado a pesar de que pueda parecer un recurso manido, pero entendería que no le gustase a todo el mundo, sobre todo a los lectores que busquen más la acción de un thriller o el color de un domestic noir, que aquí no es tan marcado. Destaco esa manera de trabajar los miedos.
Me gusta cuando juegan con mi percepción y mi atención, sin importarme que la trama sea lenta; me gusta cuando hablan de la intimidad, consiguiendo que me adentre tanto en la mente de Jessie como en la Eden, y que acabe comprendiendo sus angustias, aunque no conseguí posicionarme. Me ha sorprendido llorar en algún momento de la lectura.
Humildemente, me ha parecido una novela mucho más completa narrativamente que Una buena chica, que me gustó con algún pero que otro. Eso sí, la portada, para mí, no encaja con esta historia porque te vende algo que no es, y te lleva directamente a otras novelas de esta autora. De nuevo, entiendo el marketing de la misma pero no la decisión de usarla para esta historia.
Ahora, tras todo lo que os he contado, que ha sido más de lo que creía capaz de escribir, es decisión vuestra si os merece la pena o no leerla.
He leído uno de esta autora y me gustó mucho. Con éste no creo que me atreva pues parece que no está convenciendo. A tí al final sí pero no sé yo, ante la duda creo que lo dejo pasar
ResponderEliminarBesos
Esa trama psicológica, me llama pero para más adelante. Ahora necesito otro tipo de lecturas.
ResponderEliminarUn beso