Resolviendo dudas con... José Luis Fernández Juan

Ayer os hablaba de una novela algo especial, Pinceladas de Harmonía, escrita por José Luis Fernández Juan. Dicen que debemos hacer ejercicio para entrenar nuestro cuerpo y así sentirnos mejor; lo mismo ocurre con el cerebro, y un ejercicio muy sano, y con el que no se suda, es leer. Si determinamos leer como pasear, leer Pinceladas de Harmonía ha sido casi como una carrera de fondo, por todo el esfuerzo semántico que me ha supuesto, estrujando mi cerebro para ser capaz de apreciar todos los detalles, y así disfrutar mucho más de la experiencia.

Tras leer, José Luis se animó a contestar algunas de mis dudas, que fueron todas las que le planteé aunque no todas las que aparecían en mi cabeza, pero no es plan de agobiar al autor; eso lo dejaré por si alguna vez coincidimos alrededor de un café, o un té con pasas, que queda como más civilizado.

¿De dónde sale este libro?
Sale de la organología del espejo. ¿Qué vas a ver hoy en la lectura? Ese es el reto para su confección. La cimentación y deconstrucción es reemplazable y permanente. La visualización de las imágenes que se generan en el texto trasciende las líneas convencionales de una escritura al uso.
Los fragmentos son sutiles porque se tratan con delicadeza; los personajes son tiernos porque se tratan con suavidad. Tratar al lector con sensibilidad es un acto de respeto. Pinceladas de Harmonía representa la defensa de la frescura del misterio frente a la previsibilidad programada de las publicaciones estándar.

¿Cuál ha sido la necesidad para escribirlo?
La necesidad nace del gusto por la experimentación. Con “Pinceladas” he intentado relacionar pintura, música y literatura como forma de afinamiento de un diapasón verbal que suene como alternativa a la actual literatura de masas.
Sería algo así como dibujar la música de “Lucy in the sky with diamons” de Lennon en el Jardín de las delicias” del Bosco adaptándolo a tecnologías diseñadas por Dalí o Gómez de la Serna.
Intentar transformar y consustanciar esta sinergia en verbo ha sido mi necesidad motivante. El libro se ha elaborado fluctuando entre las leyes de la ciencia y las leyes del sentimiento. Supone un canto harmónico de vanguardia contemporánea. Propongo a mis lectores un ejercicio de desconcierto, indagación, descubrimiento y, por supuesto, entretenimiento.


¿Va en relación al uso de las palabras y de su significado, así como la falta de conocimiento de las figuras retóricas, o es más algo relacionado con la felicidad?
Desde un punto de vista estilístico, las pinceladas se nutren básicamente de la polisemia, la sinestesia y la metáfora. El acontecimiento lumínico de cada página justifica la retórica de su textura visual.
Además, los personajes de Harmonía también participan del entusiasmo por la vida. La plástica y la semántica aparecen mancomunadas desde las primeras líneas. En el fondo (y en la forma) se viene a amparar la vitalidad de lo diferente en un contexto de sana convivencia.
La sociedad de Harmonía se enriquece a partir de un nutrido grupo de habitantes desiguales. No hay que temer a la disimilitud. La pluralidad hay que aceptarla y potenciarla porque nos hace más fuertes y por ende, más felices.

De todos los personajes que aparecen en el libro, de cuyos nombres es imposible acordarme, ¿cuál es tu favorito? ¿por qué?
Todos son favoritos. Depende del momento. Hoy te podría hablar de la empresaria Yalinka: amante de las cebras, humilde, clarividente, perseverante, emprendedora y ranchera. Su capacidad de discernir sus diseños y su dedicación a los recursos imprescindibles que requiere su oficio la convierten en un ser absolutamente magnético. Favorito total.
Si me preguntases mañana igual te contestaría que el cuentacuentos Daristóbulo: culto, motivado, imaginativo, visceral, polifacético, improvisador, imaginativo y pedagogo. Siente la pasión de su profesión tanto como cualquier juglar medieval. Empatiza rápidamente con su auditorio y dignifica su trabajo con frenesí. Otro favorito total. 
Cada día tendría uno. Todos se merecen ser queridos. Son exquisitos y sugestivos. Te imantan sin remisión. Todos son tan parecidos y tan diferentes…

¿Por qué Harmonía con h? 
La H viene por uno de los principales rasgos estilísticos del libro; verbigracia: el Humor.
“Pinceladas de Harmonía” tiene humor y tiene su H. La RAE la admite.
Los personajes de Harmonía son muy, muy, muy, muy divertidos y obran en consecuencia. Ven la vida con perspectiva y flexibilidad. A través del humor se liberan emocionalmente y descubren la poca importancia de aspectos erróneamente magnificados. No dramatizan y van relajados. Las imperfecciones las entienden como algo natural, Se ríen de ellas. Se limitan a vivir la vida (que no es poco) con alegría.
El humor es una de las fortalezas del ser humano. En Harmonía se experimenta y se estimula la risa. Yo también adopto esta filosofía de vida. Los permanentes juegos verbales los oriento en esta dirección. Es otro de los efectos espejo que te comentaba al principio. La sonrisa se devuelve, se contagia y te aporta bienestar. Su efecto terapéutico es indiscutible. Las humoradas de “Pinceladas” son proyectos de vida en acción. Todos necesitamos liberar endorfinas.


Me he vuelto loca con el sin fin de términos que utilizas en el libro y que jugaban con mi capacidad lectora y mi entendimiento; ¿forman parte de tu vocabulario diario o ha sido más la manera de jugar con el doble, o triple, o cuádruple, significado de cada vocablo? ¿qué quieres transmitir con eso al lector?

Llámalo deformación profesional. Ja, ja, ja. La locura deviene cordura. La polisemia ayuda a pensar jugando con las palabras. Como profesor recomiendo el juego como la forma más efectiva y entretenida de aprendizaje. Con “Pinceladas” leemos y nos cultivamos. En “Pinceladas” nada es casual. Los ajustes están muy meditados. Se trata de esforzarse para obtener una recompensa. Cuando descubres el resultado justo, todo cuadra. La gratificación es inmediata. Los juegos verbales son la voz de la orquesta sintáctica que suena en el libro. Escucharla activa el cerebro y lo estimula.
En mi última obra “El diccionario de JLFJ” también ocurre lo mismo. El campo dialéctico en el que nos movemos es suficientemente atractivo para que el lector acepte el reto de participar en él para encajar todas las piezas. El leedor o leyente partirá de una idea de globalización que ha de aplicar al arte para dejarse llevar por él. Sin prisas y saboreando cada textura. 

¿Cuál es el público al que va dirigido el libro? ¿Qué tipo de lector crees que disfrutará con él?
Cualquier persona que quiera descubrir los tesoros escondidos del lenguaje. Su potencial retórico es ilimitado. La belleza del lenguaje es altamente placentera. Cada detalle captado genera una sensación regocijante de paz. Percibir la información visual ayuda a deslindar la jibarización de las hipótesis.
El lector de “Pinceladas de Harmonía” ha de querer participar de esta audaz propuesta desde su libertad más emotiva. A veces no es sencillo captar imágenes que rompen estructuras tópicas; no obstante, usando todos los sentidos y dejando volar los pensamientos, se llega a disfrutar de la experiencia harmónica con absoluta satisfacción.
Es necesario que el lector sepa que asiste a una nueva experiencia de lectura desde su capacidad inherente de asombro. Solo así entenderá la obra y disfrutará de ella. Si a todos nos atrae la idea de vivir de forma diferente, ¿por qué no leer también de forma diferente? La experiencia de la lectura es la experiencia de la vida.
Paladear las palabras y las estructuras oracionales de “Pinceladas de Harmonía” es revelar la manifestación del transcurrir. La oferta de una lectura dispar permanece indeleble. Todo el que quiera está invitado a experimentarla. Sin cortapisas y con ilusión.

Por último, ¿qué me dirías si te dijera que hay ciertos momentos que me recordaban al humor "absurdo y lingüístico" de Faemino y Cansado, sobre todo por el juego semántico de las frases?

Exacto. El humor de “Pinceladas” no es humor de brocha gorda; es el humor de “Les Luthiers” , de “Pedro Reyes”, de “Gomaespuma” o de “Faemino y Cansado”. Es el humor de la polisemia, de los juegos de palabras, de las pinceladas más allá de lo literal. Su vigencia no tiene fecha de caducidad; precisamente por ser absurdo, lingüístico y surreal. Es lo que busco.
Si escuchas cualquier diálogo de “Faemino y Cansado” observarás la poca improvisación que hay; al contrario, son textos cuidados hasta el más mínimo detalle. La primera vez que los vi fue en un programa de televisión con el sketch de “El carromato de hombres fenómeno”. Allí estaban el hombre bala, el hombre mosca, el hombre TuporaKi… Desde aquel momento de flechazo absoluto siguen influyéndome con su humor alternativo más allá del chiste y de la parodia. 
El humor de “Faemino y Cansado” representa el punto de fuga que busco en “Harmonía”. Sin duda, son el orgullo del tercer mundo. Efervescentes, virtuosos e inspiradores a la máxima potencia. 

<<Desde mi más absoluta humildad sigo creciendo como artesano de la palabra a partir del magisterio de todos mis referentes. Siempre anidan por mi subconsciente. Mi gratitud hacia ellos no tiene palabras. Intentar definir el concepto de inefable, tampoco>>.


Estas fueron las palabras que José Luis Fernández Juan me envió como respuesta a mis preguntas y creo que con solo leerlas podemos hacernos una idea de lo especial que resulta Pinceladas de Harmonía. Si tienes más curiosidad, aquí te dejo el enlace a su página web.

Solo me queda agradecer al autor su atención y su paciencia, y a vosotros, que habéis llegado hasta aquí, gracias por leer, por recomendar y por compartir vuestras lecturas.  

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