Soy Rose Black, de Ana Ballabriga y David Zaplana

Publicado por Versátil
Fecha de publicación: 4 de febrero de 2019
género: romántico, cómico, misterio
número de páginas: 216
ISBN: 978-84-17451-34-9

Rose Black tiene todo lo que cree que podría desear: un trabajo estable y bien remunerado como abogada en un bufete de Ibiza, un novio italiano estupendo que la adora, y tres amigas incondicionales y divertidas. Sin embargo, en la fiesta de su 40 cumpleaños, se da cuenta que, a pesar de todo, su vida parece haber tocado techo.
Al día siguiente, una adinerada clienta que sospecha que su marido la engaña acude a su bufete. Rose, que había fantaseado con la idea de ser investigadora desde que, a los 20 años, su novio Alex desapareció misteriosamente, decide iniciar sus propias pesquisas, sin saber que el caso se va a poner mucho más peligroso de lo que podría parecer. Suerte que contará con la ayuda de un divertido murciano buscavidas, más acostumbrado que ella a los trapicheos y a la calle.
Entretanto, conocerá al nuevo policía encargado de la investigación de la desaparición de Alex: Marc Lobo. Un hombre que la incomoda y la atrae a partes iguales.
Soy Rose Black es una historia de mujeres que sueñan y que buscan su lugar en el mundo. Un fabuloso cóctel de amor, sexo, misterio y comedia.

Es curioso cómo nos llegan las historias. Cuando lees mucho (sin definir cuánto es mucho, porque todo es relativo) a veces no es fácil elegir nueva lectura entre todas las opciones que tienes. La mayoría del tiempo son los pequeños detalles los que hacen que te decantes por una y no por otra lectura. De Ana Ballabriga y David Zaplana he leído dos novelas. La primera vez fue gracias a que ganaran el Premio literario Amazon en 2016 con Ningún escocés verdadero, una novela negra y directa llena de intriga, acción y un ritmo trepidante, y la segunda cuando publicaron La paradoja del bibliotecario ciego, una historia narrativamente más compleja e impredecible llena de personajes y una gran carga psicológica. Ahora, de pronto, me encuentro que cambian de registro, por lo menos para mí (un pajarito dijo que publican bajo pseudónimo novela romántica, pero no se sabe si es un mito xD) y traen una novela menos negra, con un toque cómico y narrativamente simpático, mujeres actuales, con sus problemas vitales y ganas de avanzar.

Soy Rose Black es justo lo que su título explica, una presentación: en este libro conoceremos a esta mujer, que desde el principio nos da la sensación de que sería capaz de hacer mucho más de lo que hace, y cuyo cumpleaños le ha dejado un montón de dudas sobre muchos aspectos de su vida. Vive en Ibiza, isla de la que nunca ha salido; trabaja como abogada aunque anhela otras cosas; tiene un novio italiano, guapo e inteligente, además de divorciado y padre de una niña pequeña, con el que es aparentemente feliz; y ha llegado a un momento en el que comienza a plantearse muchas cosas. 
-¿Sabes alemán? -pregunto asombrada   -Hablo todos los idiomas que dan nombre a una postura sexual, querida.
Es una lectura ágil, entretenida y fácil, y muy rápida. Narrada íntegramente por Rose Black en primera persona, el sencillo hilo argumental nos permite conocer recuerdos sobre lo que ha sido su vida hasta llegar hasta donde está, de esta manera vamos entendiéndola en sus relaciones personales y familiares, así como el porqué de sus decisiones. Curiosamente es hija de un escritor muy famoso inglés de novela negra, Benjamin Black, guiño literario que los autores hacen a este género. 
-Creo que usted y yo nos parecemos -continúa él.
-Puede que ambos seamos unos idealistas.
-Y por lo tanto unos fracasados -concluye.
Para mí, el interés de esta historia es conocer a Rose Black, así de simple. Ha sido una lectura prólogo en la que no he dejado de tener la sensación de que todo era introducción para lo que viene después; como un primer capítulo. No os llevéis una imagen equivocada, me ha gustado, y mucho, porque muchas veces necesito esa sencillez acertada de un libro que me descargue de otras lecturas más densas pero sin desmerecer en las formas ni en el contenido. El juego que nos da Rose Black, sus dudas, sus decisiones, esa pérdida que arrastra desde que era muy joven, sus carencias afectivas, y el valor con el que se ha enfrentado a muchos de sus problemas hacen de ella una mujer más fuerte y segura de lo que cree
-Oye, ¿por qué te comes las palabras? ¿Es que en Murcia no os enseñan a hablar?
-Sí, pero pasamos tanta hambre que tenemos que comer algo
Es a la mitad del libro cuando parece que cambia un poco el ritmo de la historia, se vuelve más dinámico, y empieza a ser interesante tanto el caso que está investigando, y al que parece que llega casi como por casualidad y gracias al que conoce a un personaje que se convierte en su contrapunto en la novela, como lo que ocurre en su vida, que marca la esencia más real de todo. Es justo en toda esta parte en la que te puedes sentir más cerca de Rose, o al menos así me ha pasado a mí, aunque no dejo de darle vueltas a que lo que vendrá a continuación será mucho mejor porque ya habremos pasado este primer capítulo de ella, y, lo confieso, sabremos más de Marc Lobo.
-A mí me gusta la literatura romántica, me encantan las historias apasionadas y con estilo. Pero detesto cuando empiezo un libro que está escrito con desgana o cuya historia tiene una sombra tan larga que me suena haberla leído ya cincuenta veces. 

Observo mi pararrayos emocional, una maceta de cinta que descansa sobre mi mesa. ¿No sabéis cómo es una cinta? Es una planta de hojas largas y verdes. Siempre debes tener una en tu casa o en tu lugar de trabajo. Sus hojas terminadas en punta recogen las energías negativas y las desvían hacia la tierra.
Aunque podría encajarse este libro dentro del género chick-lit, con todo lo que ello pueda significar, le faltaría la parte romántica a la historia, pero sí que tendríamos una narrativa inteligente, divertida, a veces irónica, con mucha verdad y algo de intriga, y todo ello con una mujer que todavía tiene mucho que decir y, sobre todo, que vivir. Un acierto de ritmo, de personajes, de historia y de registro, eso sí, con la pequeña duda de lo que vendrá.

Por cierto, me hace gracia que todo gire en torno a los 40 porque yo acabo de cumplirlos. Es como si todo últimamente me estuviera diciendo que voy a entrar en crisis por llegar a esa edad. Lo que no voy a deciros es si ha sido así o no. ¿Seré yo? ¿Será que todo me recuerda a esta década que comienzo? No lo sé.


Si te ha gustado, sigue mi blog 




Comentarios

  1. ¡Hola! Este me apetece un montón y lo tengo apuntado en la lista de deseos. A ver si hay suerte y cae para el cumple.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Mmm me suena mucho este libro de otra reseña pero no me acuerdo quien la hizo, tiene buena pinta, aunque no me llama mucho la portada, jajajaja, buen post guapa

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola!
    Nosotras tuvimos la suerte de conocer a los autores en el encuentro de Murcia romántica de este año y su libro llamó nuestra atención, sobre todo porque allí casi todos se centraban en el romance y Rose Black te ofrecía algo más.
    Nos alegra ver que te ha gustado tanto. El punto introductorio que dices que tiene la novela es algo que agradecemos en las historias, ya que nada mejor que tener una buena base para disfrutar al máximo de los próximos libros, conociendo ya a los personajes y pudiendo pasar a la acción sin cuartel.

    ¡Te mandamos calcetines!

    ResponderEliminar
  4. Hola, Carmen. Qué ganitas le tengo a este libro, me ha alegrado muchísimo encontrar tu reseña y espero poder leerlo pronto. Versátil me sorprende con lecturas y yo apuesto por esta.

    Besos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Unlimited

Entradas populares de este blog

Me olvidé de mí

Piso para dos, de Beth O'Leary

¿A quién teme el diablo?, de Pablo Palazuelo

La solterona, de Jana Westwood #PremioLiterario2018

Sólo mía, de Elizabeth Lowell (Only #2)

El diablo también se enamora, de Eleanor Rigby

Tan cerca del horizonte, de Jessica Koch

El último día de mi vida, de David Orange #PremioLiterario2018

El hombre fetichista, de Mimmi Kass #retoíntimo

El señor de la guerra, de Elizabeth Elliott