Gin Fizz, de Jane Kelder
Autora: Jane Kelder
Publicado por Versátil
fecha de publicación: 3 de septiembre de 2018
Gracias a Jane Kelder por su eterna sonrisa, sus comentarios certeros, por aguantarnos toda la tarde, por reírse con nosotras, por hacerse una foto conmigo, por sus palabras y porque ya forma parte de los autores que nos encanta tener en el club.
Publicado por Versátil
fecha de publicación: 3 de septiembre de 2018
género: romántico
número de páginas: 280
formato: 14 x 22 cm.
encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 978-84-17451-17-2
#glamour #años50 #mujeresquesabenloquequieren #humor #comicidad #comediadeenredos #nuevayork #diseñodeinteriores #seduccion
Nueva York, 1953. Liv Joyner y Oscar Hancock compiten por el proyecto de la remodelación interior del hotel Edén de Manhattan. Un proyecto que a Liv la consolidaría como decoradora y por el que Hancock estaría dispuesto a hacer cualquier cosa.
Cuando la dueña del hotel, Heidy Brinicombe, se decide por el de su más odiado competidor, sin siquiera haber tenido ocasión de presentar sus ideas, Liv comienza a sospechar que Hancock consigue los clientes más interesantes con malas artes, así que decide contratar a Jack Bradley, un detective privado, para que lo investigue.
Lo que ella no sabe es que, por una casualidad, Hancock logra suplantar a Bradley. Y es que, lo que realmente quiere Oscar es averiguar la identidad del artista que pinta los cuadros del diseño de Olivia, porque la señora Brinicombe se ha enamorado de ellos. Hasta el momento, solo conoce sus iniciales, G.F., o, como han decidido llamarlo en su oficina: Gin Fizz.
Cuando la dueña del hotel, Heidy Brinicombe, se decide por el de su más odiado competidor, sin siquiera haber tenido ocasión de presentar sus ideas, Liv comienza a sospechar que Hancock consigue los clientes más interesantes con malas artes, así que decide contratar a Jack Bradley, un detective privado, para que lo investigue.
Lo que ella no sabe es que, por una casualidad, Hancock logra suplantar a Bradley. Y es que, lo que realmente quiere Oscar es averiguar la identidad del artista que pinta los cuadros del diseño de Olivia, porque la señora Brinicombe se ha enamorado de ellos. Hasta el momento, solo conoce sus iniciales, G.F., o, como han decidido llamarlo en su oficina: Gin Fizz.
Siempre he sido, en palabras de mi madre, muy televisiva. Como bien sabéis, esto significa que me pasaba horas pegada a la televisión, sobre todo, viendo películas. Las películas clásicas, de cualquier género, siempre han sido mis favoritas, de ahí que le tenga especial cariño a esas comedias americanas de los años cincuenta y sesenta con Doris Day y Rod Hudson, entre otras, porque amenizaron las sobremesas de mis sábados y domingos. No me olvido del tercero en discordia en esta pareja, Tony Randall, que daba el contrapunto cómico a las situaciones. Creo que todo esto ha hecho que esta novela me gustase tanto.
El Gin Fizz es un cóctel que, según nos explicó la autora cuando tuvimos la ocasión de comentar todos los entresijos de esta novela con ella en el Club de lectura, nace, como muchos otros combinados, de la necesidad de ocultar el alcohol que se consumía en época de la ley seca. A mí me entró curiosidad y lo primero que hice fue buscar su receta solo por darme el gusto de saber si me gustaría, y creo que ese toque ácido del limón, las burbujas de la soda y el sabor de la cucharadita de azúcar forman una composición muy interesante que no estaría mal descubrir.
El Gin Fizz es un cóctel que, según nos explicó la autora cuando tuvimos la ocasión de comentar todos los entresijos de esta novela con ella en el Club de lectura, nace, como muchos otros combinados, de la necesidad de ocultar el alcohol que se consumía en época de la ley seca. A mí me entró curiosidad y lo primero que hice fue buscar su receta solo por darme el gusto de saber si me gustaría, y creo que ese toque ácido del limón, las burbujas de la soda y el sabor de la cucharadita de azúcar forman una composición muy interesante que no estaría mal descubrir.
Aquí os la dejo por si tenéis la misma curiosidad que yo.
- 6 cl de ginebra- Un chorro de zumo de limón o lima
- 1/2 cucharadita de azúcar
-1 clara de huevo (opcional)
- 9 cl de soda
- 1 guinda para decorar
Literariamente, como buena comedia que se precie, la novela comienza con una situación algo alocada y, en cierta manera, rocambolesca, que hace de entradilla para que conozcamos a nuestros personajes: Hancock, el diseñador de interiores que haría cualquier cosa por conseguir sus objetivos, y al que suponemos atractivo y conquistador; su socio Harry, ese personaje simpático que la mayoría de las veces querrías golpear; y Prudence, la loca, deslenguada y alcohólica secretaria, que dice más verdades que mentiras, por el lado de ÉL; y tenemos a Liv, la inocente, soñadora e ingenua aspirante a decoradora exitosa que busca conseguir sus propósitos y que acaba siendo el objetivo de un engaño que descentra su vida, junto con su genial abuela Olivia, que ofrece a la ecuanimidad de Liv una versión más desenfadada y poco centrada de la vida.
-Pues échale un vistazo a lo que yo le presento y, si efectivamente piensa que el otro es mejor, recháceme. Sé perder, pero no sé quedarme sin luchar.
Metemos todos estos personajes en nuestra coctelera, agitamos bien, añadimos algunos malos entendidos entre ellos que hacen que las cosas parezcan lo que no son, algún que otro momento tierno, junto con ciertas mentiras, no sé si clasificarlas como inesperadas o como evitables, y una gran dosis de buena narración; sin olvidarnos de aderezar nuestra mezcla con ese acierto por parte de la autora de situar esta pequeña historia en el Nueva York de esa época, junto con el mundo del arte abstracto y vanguardista y múltiples referencias a personajes y lugares reales que añaden atractivo a la combinación. Con todo esto se ha conseguido una simpática historia que he disfrutado como si saboreara un gran bol de palomitas mientras la sonrisa de mi cara no desaparecía.
Por otro lado, la previsibilidad de la trama no me ha resultado un escollo, muy al contrario, he agradecido intuir qué iba a pasar porque me ha permitido centrarme en las situaciones, en lo que me contaban y en ese humor simpático, tierno, limpio, blanco y adulto del que adolecen las comedias que ya os he nombrado. Para mí, ha sido un homenaje en toda regla a la película Pijama para dos.
Por otro lado, la previsibilidad de la trama no me ha resultado un escollo, muy al contrario, he agradecido intuir qué iba a pasar porque me ha permitido centrarme en las situaciones, en lo que me contaban y en ese humor simpático, tierno, limpio, blanco y adulto del que adolecen las comedias que ya os he nombrado. Para mí, ha sido un homenaje en toda regla a la película Pijama para dos.
-No tenemos una relación, Prudence, ya sabes de qué va la historia.
-Claro que lo sé, es una historia universal. Chico conoce chica, chica conoce chico, al chico le gusta la chica...
-Prudence....
-No, si a mí ya me va bien. Nunca me habían enviado tantos ramos de flores.
-Te veo más contenta, Liv. Espero que Jack te devuelva el entusiasmo que te ha quitado Hancock.
-Por suerte, son dos hombres muy distintos -afirmó convencida.
Parafraseando a las haggards porque me doy cuenta de que su vocabulario puede ser muy útil en determinadas situaciones, me ha parecido es un nadismo de esos que a mí sí me gustan donde la vida parece simple sin serlo, el amor es bueno aunque nos haga débiles, un beso significa porque implica sentimientos, el engaño se puede perdonar porque en el amor y la guerra todo vale, y la simpatía y cercanía de los personajes hace que no nos importen sus errores.
¿A quién recomendaría esta lectura? A quien busque una historia sencilla, amena, muy bien escrita y ambientada, sin mucha complicación, y llena de momentos divertidos y tiernos, sin perder esa narración adulta que tanto se agradece; además, se la recomiendo a los nostálgicos que saben saborear una comedia de enredos con el amor por bandera.
Gracias a Jane Kelder por su eterna sonrisa, sus comentarios certeros, por aguantarnos toda la tarde, por reírse con nosotras, por hacerse una foto conmigo, por sus palabras y porque ya forma parte de los autores que nos encanta tener en el club.
A mí también me gustan las novelas antiguas, tanto las comedias como las de intriga, así que me llevo apuntada esta novela.
ResponderEliminarBesos
No es una lectura que me atraiga en mi momento actual, aunque la tendré en cuenta por si la necesito.
ResponderEliminarUn beso ;)
No es mi tipo de lectura, pero tampoco pinta nada mal, Muy buen post Carmen, y buen fin de semana
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminara mí también me gustó, y totalmente de acuerdo con la frase de las haggards ;)
Un besote
¡Hola!
ResponderEliminarLo tengo en mi lista de pendientes desde hace mucho y ahora con tu reseña me han dado ganas de cogerlo de una vez, pinta una de esas historias que me gustan y enganchan.
Saludos,
MissCherryBooks