La perla, de John Steinbeck
ISBN:9788435008440
Colección: Edhasa Literaria
Numero colección:
144 páginas
Colección: Edhasa Literaria
Numero colección:
144 páginas
Esta novela breve narra el hallazgo de una perla de incalculable valor y las consecuencias que acarrea a un modesto pescador, Kino, cuyo hijo a sido víctima de la picadura de un escorpión. Sin embargo, el interés de esta novela reside en el enfrentamiento entre dos mundos, el de los ricos y el de los pobres, y en el proceso de cambio en las relaciones humanas en función de la situación económica de las personas. Esto explica que sea una novela ampliamente usada en la escuela para invitar a la reflexión ética.
La edición que yo he leído no es la de la imagen. Es una edición que sacó el periódico El mundo hace ya unos cuantos años con las 100 joyas del milenio. Esta edición, la que yo tengo por casa, tiene únicamente 95 páginas. Si os dijera que las ganas de leer a este escritor fueron decisivas para decidirme por esta novela en lugar de por otra de mi estantería, os estaría mintiendo. Hasta la fecha no había oído nada de John Steinbeck, premio Nobel de literatura y autor de Las uvas de la ira, que sí conocía pero más por la película, al igual que Al este del Edén.
No he leído mucha literatura americana de la primera mitad del siglo XX (aquí habría que definir qué es mucho y qué no, xD) así que tampoco puedo valorar con criterio si la narrativa de Steinbeck forma parte de un movimiento o corriente literaria determinada, aunque sí he leído que no se dejaba influir por ciertas corrientes económicas o políticas del momento y que su designación como ganador del Nobel estuvo rodeada de polémica, sobre todo en su país. Lo que sí puedo contar es la fuerza real y oscura que me he encontrado en La perla, un texto que trae tantas cosas sobre las que pensar que agobia y todo porque se te queda la sensación de que necesitarás al menos dos lecturas más para sacarle más jugo a lo que has leído.
Y, como siempre que se acercaba a alguien de aquella raza, Kino se sintió débil y asustado y furioso a la vez. Ira y terror iban juntos. Le hubiese sido más fácil matar al médico que hablar con él, porque todos los de la raza del médico hablaban a todos los de la raza de Kino como si fuesen simples bestias.
La perla nos trae la historia de un indígena autóctono mejicano de la Baja California que vive en una caseta junto a su mujer y a su hijo lactante y que vive de buscar perlas; en un momento desolador para él, porque su hijo ha sido envenenado por una serpiente, encuentra una enorme perla que promete cambiarle el futuro, como al final ocurre. El origen de esta historia es una vieja leyenda mejicana que el propio Steinbeck escuchó en uno de sus viajes por los pueblos del Golfo de California.
La sensación de que estaba leyendo un cuento no la perdía en ningún momento. Está lleno de realidad y de costumbrismo alrededor de una comunidad muy pobre y marginada, y a medida que avanzas notas la tragedia que se avecina. Era algo tan real que os aseguro que a mí me asustaba.
... porque las mentalidades de las gentes son tan insustanciales como el espejismo del Golfo
No solo tenemos una clara expresión de las diferencias sociales entre un pueblo y otro, entre los que mandan y los que solo sobreviven, sino que también somos conscientes de cómo la religión está presente en las decisiones, de unos o de otros. Vemos la influencia de la religión cristiana, así como la de alguna costumbre ancestral, de esa que fluye de padres a hijos, a través de los años, de las generaciones. Una mezcla de costumbres que forman la base de la vida de la familia de Kino, el protagonista, y víctima de todo, de esta historia.
Un pueblo semeja una colonia de corales. Un pueblo tiene un sistema nervioso y una cabeza y espaldas y pies. Un pueblo es algo distinto de todos los demás pueblos, de modo que no hay dos pueblos iguales. Y un pueblo tiene una emoción. El de cómo corren las noticias por un pueblo es un misterio nada fácil de resolver. Las noticias parecen tardar menos de lo que tardan los niños en correr a contarlas, menos de lo que tardan las mujeres en comunicarse las por encima de las cercas.
Kino, ignorante, trabajador, pobre y buscador, interpreta sus sensaciones gracias a la música; a ciertas melodías que él escucha según el momento en el que se encuentra. Así tiene a La perla, cuyas opciones para el futuro que puede aportarle le tienen ansioso e inseguro, y que marcan ya cuál va a ser (o debe ser) su camino a seguir, aunque eso implique romper, buscando un punto de inflexión.
Mi hijo leerá y abrirá los libros, y escribirá y escribirá bien. Y mi hijo hará números, y eso nos hará libres porque él sabrá... Él sabrá y por él sabremos nosotros.
Me encantaría transmitiros cómo Kino se crece a raíz de todo, cómo decide que debe conseguir lo que La perla puede ofrecerle, a él y, sobre todo, a su hijo. Me encantaría que las consecuencias de todo, aderezadas con el egoísmo y maldad que puede tener el ser humano, supusieran algo menos radical. Me encantaría, pero no puedo evitar pensar que el autor nos cuenta esta leyenda para que veamos, sepamos y suframos, pero sin dejar de olvidar que las cosas son cómo son y que es tan importante el camino como el fin de todo.
Este cuasi-cuento de la lechera, cuya leche es una perla, da esperanza y la quita, aunque la semilla ya está plantada y sabes que ni Kino ni ninguno de los suyos serán ya los mismos. No me extraña que este sea un libro que se lee y estudia en literatura. Hay tanto para hablar; esa forma tan directa y sutil que tiene el autor de hablar, de describir, de contar, que te recuerda a un contador de historias; ese frío que recorre tu espalda porque eres capaz de reconocer actitudes en algunos de los personajes como propias o como cercanas, y todo por el gran trabajo psicológico realizado sin ser un texto intimista, lo que a mí, personalmente, me ha sorprendido y fascinado; esa frialdad con la que he leído todo, y cuando digo todo, es todo, hasta el momento más dramático; lo dicho, es una novela corta que obliga a ser leída más veces, ya que con una perdemos matices.
Interesante Libro Carmen, buen post guapa
ResponderEliminarMe gustó mucho la historia, es un autor que suele gustarme bastante en cuanto a su forma de escribir. Este lo he recomendado y regalado un par de veces =)
ResponderEliminarBesotes
Me has generado la necesidad de leerla, así que enhorabuena por el post. ;)
ResponderEliminarTengo tan, tan pendiente a este autor... "Las uvas de la ira" y "Al este del edén" son de esos dos clásicos eternamente pendientes con los que nunca me pongo y con los que me tengo que poner las pilas ya. Al menos uno de los dos me gustaría que cayese este año, aunque este que traes tiene también pintaza. No sé, el que antes se me ponga por delante.
ResponderEliminar¡Besote!
De Steinbeck tenía Las uvas de la ira, pero lo presté y nunca me lo devolvieron </3
ResponderEliminar¡A ver si con este tengo más suerte! Me ha llamado mucho la atención lo que escribes de él.
Cuando un libro sugiere una relectura, sé que plantea cosas interesantes.
Ya sigo tu blog, nos leemos.
F.
Pues pinta muy bien por lo que cuentas. Es un autor al que le tengo ganas, pero me gustaría estrenarme con "De ratones y hombres", actualmente el libro suyo que más me llama. Estupenda reseña.
ResponderEliminarUn beso ;)
¡Hola ✿!
ResponderEliminarNo conocía este libro pero al no ser de mi estilo, no tengo muy claro si lo voy a disfrutar o no, aunque me gustaría darle una oportunidad y descubrirlo.
Me gusta mucho de que durante toda la lectura sintamos la sensación de que estamos en un cuento.
Un beso enorme ❄