El tiempo está próximo, de Noel Pérez Brey
Los personajes de estos relatos no solo afrontan la completa ruptura de su realidad cotidiana, sino también la soledad y la incertidumbre que esa nueva existencia conlleva. Ante esta fractura, trazada desde las diferentes edades de los protagonistas, los personajes encaran su inevitable situación a través del enfrentamiento, la inseguridad, la renuncia, la resignación de la derrota aceptada. Sin embargo, aunque cada uno de ellos resurja culpable o redimido de su apocalipsis personal, la estructura circular de estos cuentos sugiere un daño tan ineludible para los protagonistas como próximo para el resto de personajes, e incluso para el lector mismo a su vez, arrastrado a formar parte de las diferentes historias que la obra le presenta.
Creo que uno de los grandes beneficios que me ha dado dedicar parte de mi tiempo libre a compartir mi opinión sobre los libros que voy leyendo tanto en las distintas redes sociales como en el blog es el acceder a historias menos conocidas que, de otra manera, no hubieran llegado a mi librería, física o digital. Os aseguro que es todo un privilegio lector. Además, esto me ha animado con géneros alejados de mis lecturas habituales.
Hasta hace poco yo podía decir con total seguridad que no era una lectora de relatos. No me gustaban. Ahora creo que simplemente no sabía apreciarlos y no había leído los adecuados. Poco a poco voy disfrutando más de esta manera tan especial de crear literatura porque no es fácil conseguir hilar una historia con sentido con una trama completa y en pocas palabras. De hecho, quizá por el hecho de leer mucho, cada vez encuentro más inteligentes estos textos.
El tiempo está próximo está compuesto por un conjunto de nueve relatos relacionados entre sí por coincidencia de algo o de alguien, perfectamente encuadrados dentro de esa soledad y desesperación de cada uno de los actores principales que la sinopsis nos describe, que consiguen transmitir esa angustia al lector por la falta de empatía hacia ellos, por la realidad social que dibuja y por la sensación cíclica que cierra el círculo temporal de tal manera que terminas de leer e intentas encuadrar cada una de las historias en un todo común.
Me sorprendo a mí misma pensando en la armonía que fluye entre un capítulo y otro, ya que la palabra armonía siempre me evoca algo positivo y feliz, mientras que cada una de estas historias rezuma una situación límite, aunque no definitoria, oscura y negativa. Este doble juego sensorial se ve acrecentado porque, si bien cada relato conseguía engancharme, apelando a mi curiosidad por el qué ocurrirá ahora, también me provocaba repulsión, más por la manera de actuar o de ser del protagonista, que vive una realidad propia, que por el texto en sí.
La violencia sería prácticamente el color común a todas las historias; una violencia visual que se experimenta tanto en lo que se cuenta como en el pasado que se trasluce. Esto favorece un remanente amargo de que nada cambia sino a peor, a pesar del sabor cotidiano e intimista que tiene cada uno de los relatos, y en parte derivada del amplio rango de edad y de género en el que se mueve.
- El frío de los muertos
- Fotografías
- En pijama y medio descalzo
- Como hacen los hombres
- Pide un deseo
- Lo había prometido
- Una calle demasiado estrecha
- Algo roto ahí dentro
- Tenía el rostro destrozado
De estas nueve vidas, solo la cuarta y la octava están contadas por el narrador. No sé si el hecho de que ambas esté protagonizada por adolescentes / jóvenes sea el motivo o que realmente su papel sea más el de observador o testigo que el de "culpable". A lo mejor, simplemente no es relevante sino que ha sido la manera que ha tenido para contarnos lo que quería contarnos y los lectores queremos buscar el motivo de cualquier detalle.
Si aparto a un lado este pequeño análisis de la historia, puedo deciros que ha sido una muy buena lectura, que me ha hecho pensar, y mucho, dejándome dubitativa frente a la conexión temporal de todo con la sensación de que el tiempo es importante, y disfrutando de la violencia real impregnada de crítica social y de minorías en exclusión. En resumen, un escritor a seguir muy de cerca.
¿A quién recomendaría esta lectura? Además de los lectores de relatos y de las novelas cortas, a todos los que les guste la novela negra, el trabajo psicológico de los personajes, remarcando sobre todo su parte más oscura e íntima y sus anhelos regados de soledad, decepción y, en parte, rozando la locura.
Si quieres saber más, te invito a que pases por la web de Noel Pérez Brey.
- El frío de los muertos
- Fotografías
- En pijama y medio descalzo
- Como hacen los hombres
- Pide un deseo
- Lo había prometido
- Una calle demasiado estrecha
- Algo roto ahí dentro
- Tenía el rostro destrozado
Si quieres saber más, te invito a que pases por la web de Noel Pérez Brey.
Para empezar, haces unas reseñas tan perfectas que siento vergüenza de hacer las mías, ja ja ja. No soy mucho de relatos tampoco, a veces me da la impresión de que me quedo a medias, que son historias resumidas y no contadas, pero vista tu opinión le daré a estos una oportunidad . Gracias!
ResponderEliminarCómo se nota que me miras con muy buenos ojos... te dejaré el libro, estoy convencida de que te gustará (a ver si me acuerdo y te lo llevo el sábado al club)
EliminarUn beso
Estoy totalmente de acuerdo con lo que te dice Virginia, eres una excelente reseñadora (ya te lo he dicho alguna vez), y también me identifico totalmente con el primer párrafo en el que comentas las lecturas que estás descubriendo gracias al blog que de otro modo no hubiese conocido. Este que nos traes lo apunto; no a corto plazo, porque me he propuesto sacar adelante este año muchos libros pendientes desde hace siglos y quiero seleecionar muy bien lo nuevo que entra en la estantería, pero lo tendré en cuenta.
ResponderEliminar¡Besote!
Sois una buena medicina para mi ego, que a veces está un poco escondido, no lo voy a negar; la realidad es que cuanto más sabes, más te das cuenta de lo que menos sabes, y más artificial suenan tus palabras por la falta de conocimiento detrás, pero ahí están hablando mis carencias... ¡qué se le va a hacer!
EliminarLo importante es disfrutar con lo que hacemos, que para eso lo hacemos.
Un beso muy fuerte y a por este 2019 lleno de lecturas a descubrir.
Yo tampoco soy una habitual de los relatos pero de vez en cuando sí que me gusta encontrarles un hueco, estos me suenan...y la verdad es que las temáticas que tratan me gsutan. Así que tomo buena nota ;)
ResponderEliminarBesitos
Lo de los relatos nos pasa a muchos lectores habituales, personalmente se me suelen quedar cortos y a muchos de ellos los visualuzo como una gran historia desaprovechada sin embargo también, una vez te animas con su lectura, se encuentran verdaderas joyas.
ResponderEliminarBesos
Hola, Carmen. Pues yo si soy de relatos y ya me estás tentando de nuevo. Ay, ya veré...
ResponderEliminarBesos y gracias por tus reseñas.