La mala semilla, de Toni Aparicio

424 páginas

Publicado el 17 mayo 2018 por Suma

ISBN 8491291997

La carrera de la teniente Beatriz Manubens es una de las más prometedoras de la UCO, sin embargo, la muerte accidental de un menor durante un tiroteo hace que se sienta incapaz de volver a empuñar un arma. Completamente abatida regresa a Albacete, su tierra natal, para esconderse del mundo.

Juan Cebreros, brigada de la Guardia Civil en Riópar encuentra el cadáver de una mujer que presenta grandes signos de violencia en el nacimiento del río Mundo. Anabel Ramos, la víctima, se perfila como una completa desconocida para los lugareños. De ella solo se sabe que vivía en una casa rural con Adrián, su hijo, un niño de seis años al que parece haberse tragado la tierra.

La desaparición de Adrián se convierte de inmediato en noticia y es portada de todos los medios de comunicación y todo el mundo coopera para encontrarlo lo antes posible. Consternada, la teniente Manubens descubre que la mujer asesinada fue una de sus mejores amigas de la adolescencia. En una carrera contrarreloj intentará hacer lo posible por encontrar al pequeño con vida, mientras lucha contra sus propios demonios.

Toni Aparicio construye un thriller trepidante, donde el horror no está reñido con la esperanza. La mala semilla es una novela vibrante que golpea y sacude, una muestra de la barbarie humana y a la vez de su capacidad de resiliencia capaz de recuperar la esencia de las buenas personas.

Ya he perdido la cuenta de las lecturas conjuntas en las que he participado este año y tengo que reconocer que me han hecho disfrutar de muy buenas historias, algunas más acordes conmigo que otras, pero el cómputo total es muy positivo. Os animo a que os unáis a algunas porque os sorprenderá descubrir lecturas que de otra manera, quizá, no hubierais leído. No sé si La mala semilla entra dentro de este grupo de descubrimientos porque, aún siendo verdad que la portada nos evoca más miedo que otra cosa (y el terror no es de mis lecturas favoritas), el género de esta novela sí que se acerca más a lo que suelo leer.  Lo que sí es cierto es que sin esta lectura conjunta, organizada por Laky, Lunilla y Albanta, y gracias a la editorial, no hubiera leído, al menos pronto, esta historia.

La novela comienza con un capítulo que puede que entendamos más adelante, y que nos sitúa a Anabel, instantes antes de que fuera asesinada, hablando con su hijo de seis años mientras esperan a alguien, y de esta manera nos acerca a ellos, nos los sitúa como personajes vivos. Después ya damos paso lo que va a suponer el hilo argumental de esta novela, la aparición de una chica asesinada (la misma Anabel), en un paraje apartado de Albacete (el mismo lugar), la desaparición de su hijo de seis años, y la puesta en escena de la protagonista, Beatriz, amiga en el pasado de la mujer asesinada, que no se encuentra en su mejor momento anímico debido a un suceso que cambió su vida como guardia civil hace ya algunos meses y del que no es capaz de salir. A partir de ahí se desencadena la investigación, la vuelta al pasado, los encuentros, los desencuentros, el dolor, los descubrimientos y toda acción propia de la trama.

Me ha parecido un thriller policíaco rápido, con más narrativa de lo que cabría esperar en una historia tan fluida, unos personajes sólidos, trabajados y con mucho que decir, y una trama intrigante e interesante que no se resuelve hasta prácticamente la última página de la novela. Puede que te sorprenda o no, pero hasta el final no lo sabrás.

Lo mejor, para mí, la protagonista, Beatriz, y su camino en la cuerda floja por esa depresión en la que está sumida, y de la que somos testigos, y el cómo va llevando la investigación en la sombra. Lo "menos mejor", quizá la falta de más giro a la novela negra. Creo que hubiera dado más carácter a esta historia que estaba pidiendo a gritos ese matiz que suele aportar este género tan unido a las novelas policiales. Lógicamente esto es algo subjetivo y va a gustos, pero yo, según leía, veía necesaria esa violencia característica de la novela negra, con esa fuerza que suelen aportar a los textos.

Bien escrito, bien contado, muy bien ambientado y situado (maravilloso paseo por Albacete; sus calles, su gente, su vida diaria y sus paisajes están muy bien integrados en la historia, convirtiéndose en parte esencial de la misma), la historia consigue toda nuestra atención, nos mantiene atentos con ganas de descubrir por dónde va a salir el autor y quién será el asesino, además de ver el camino que recorren los personajes, que no son pocos.

Es lo primero que leo de este autor y me ha dejado con las ganas de más, y, tal y como ha dicho alguna compañera de lectura, no me importaría nada que hubiera más con ese tandem Cebreros y Manubens. Cuando una pareja funciona en este tipo de historias, funciona. 

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