Tú, yo, todo, de Catherine Isaac

400 páginas

Publicado por Roca Editorial

Cansada de que su novio Adam no parara de mentirle, engañarle y que no mostrara ningún tipo de interés en ser padre, Jess le echó de casa apenas unos meses después de haber dado a luz a su hijo William. Ahora su madre Susan le ayuda a cuidarlo, mientras Adam se ha trasladado a Francia persiguiendo sus sueños y liberándose de cualquier compromiso y del niño que nunca quiso.

Diez años después, Susan se encuentra ingresada en un asilo y luchando contra una enfermedad que la está matando a sus 53 años. Allí es donde Susan obliga a su hija Jess a reconocer algo que nunca ha querido admitir: que William necesita un padre en su vida. Así, en su primer viaje al extranjero en años, Jess y William, ahora con diez años, se disponen a pasar el verano en el Castillo de Roussignol, en las ricas y soleadas colinas de la Dordoña. Allí encontrarán a Adam de nuevo, y Jess deberá conseguir que este acepte y empiece a querer a su propio hijo.
Pero lo peor no es que Adam esté lejos de ser un participante voluntario en este juego, si no que Jess vive atormentada por un secreto terrible que nadie, y especialmente William, deberá descubrir nunca.

Como bien nos dice la sinopsis que nos regala la editorial, Jess y su hijo de diez años William viajan a pasar dos meses de verano en el hotel que tiene el padre y expareja de Jess en un castillo de la región francesa de Aquitania, cerca de Burdeos. Ese viaje no es casual sino que está motivado por el deterioro de la madre de Jess debido al avance de su enfermedad degenerativa. 

Aunque la novela tiene 400 páginas, la lectura es fluida, rápida y muy cómoda, y se apoya más en nuestros sentimientos, tocándonos la fibra sensible en algún momento, que en complicar la trama para obligarnos a poner toda la atención en la novela. Es una historia aparentemente sencilla que nos demuestra, de forma tierna y a veces divertida, lo maravillosa y desgarradora que puede ser la vida. 

A partir de ese anhelo de una mujer por seguir los deseos de su madre enferma a pesar de su propio miedo a lo que pueda ocurrir, la novela nos permite acercarnos a una pareja que dejó de serlo hace diez años, a sus desencuentros tanto presentes como pasados, a su hijo y el amor esperanzado de éste por su padre, a la verdad de la vida, y a cómo debemos seguir avanzando confiando en los que nos rodean. Sin ser un texto demasiado intimista, la autora consigue que la historia penetre en ti. Y esto, para mí, es algo muy importante, porque no siempre necesito lecturas que me mantengan en vilo sino tramas con unos personajes a los que voy acompañando a través de las páginas y en los que podría llegar a sentirme identificada.

Narrada desde el presente, en primera persona, ELLA (Jess) nos va dando las pinceladas necesarias según acuden a su mente sobre lo que es, lo que fue y sobre cómo todos han llegado hasta donde están. Bien contada, bien estructurada y bien llevada. No hay mucho más que destacar. 

Tenemos una pareja principal como eje protagonista y un conjunto pequeño de personajes secundarios, que van desde el hijo común, los padres de ella, con su propio pasado, la nueva novia de él, joven, guapa y lógicamente celosa, y los amigos de ella y él, que acompañan y que tienen su propia parcela en toda la trama. Todos dan mayor solidez a la historia, con un peso más importante y destacado de los padres de Jess en el hilo argumental. 

No pensaba que iba a ser de esta manera; que me iba a gustar tanto a pesar de su sencillez y aparente simpleza; que iba a empatizar tanto con los personajes y su forma de enfrentarse a las dificultades, y que iba a ser una novela tan tierna, conmovedora, con su toque triste y su toque, en cierta manera, romántico. Va a ser una de las novelas que más recomiende este verano para aquellos lectores que busquen una lectura que al terminar les deje con un buen regusto a pesar del drama, a pesar de todo, y que les haga pensar en sus recuerdos, en sus momentos y en cómo la vida tiene esas "cosas"; Como veis, me ha parecido una de esas historias que te hace disfrutar de tus tiempos de relax.

Tú, yo, todo es el título del libro y también es la historia en sí. Ahora yo os invito a descubrirla para ver si estáis de acuerdo conmigo cuando la terminéis. Cuando pienso en ella los adjetivos que me vienen a la cabeza son: bonita, sencilla, familiar, maravillosa, desgarradora, tierna, entretenida, sólida, completa y recomendable. No sabemos lo que nos depara el futuro así que lo mejor es vivir el presente.

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