Ruido de lluvia, de Francisco Tessainer #PremioLiterario2018
Tras enterrar a su hijo y sin motivo aparente, un catedrático de derecho le da una paliza a su mujer y luego pierde el sentido de la realidad. Entre tanto, una joven psicóloga de la Consejería de Servicios Sociales de Madrid decide desentrañar las razones de este y otros casos de violencia de género.
Con una trama rebosante de intriga, amor y angustia, “Ruido de Lluvia” es la novela de la protesta y la denuncia, la novela de una sociedad donde la apariencia y el silencio siguen siendo ley. Un libro que más de uno necesita leer para reconocer lo que no quiere ver, pero puede sentir… alrededor.
Segunda lectura que se presenta al Premio Literario Amazon de este año. No entraba dentro de mis planes lectores, pero un mensaje de su publicación, una sinopsis intrigante y, lo confieso, que no era demasiado extensa, lo que facilitaba su lectura en ese momento, me animó con ella.
Conocía al autor de su novela El falso Da Vinci, aunque recuerdo que no había llegado a congeniar mucho con esa historia, su manera de escribir me gustó. Darle la oportunidad a una nueva novela, aprovechando también mi suscripción a Kindle Unlimited, era fácil y apetecible.
Ruido de lluvia me ha parecido una novela interesante, que se lee con facilidad, que te deja en algunos momentos desubicado y que tiene un final en cierta manera inesperado.
Con un comienzo impactante, de esos que te dejan casi sin respiración, me adentré en esta lectura que está marcada por ritmos narrativos distintos. La novela se divide en cuatro libros y está contada a dos voces, una es un narrador omnipresente (de esos que todo lo ven) que se centra en mostrarnos un punto de vista global y algo distante de una parte esencial de los personajes, y la otra (la que más extensión tiene) en primera persona y pasado, es la Laura, una psicóloga recién diplomada que trabaja (o trabajará) para una unidad de la Consejería de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, atendiendo a víctimas de violencia doméstica, y cuya vida se ve afectada en gran parte por su trabajo y por las personas con las que se relaciona.
Con un comienzo impactante, de esos que te dejan casi sin respiración, me adentré en esta lectura que está marcada por ritmos narrativos distintos. La novela se divide en cuatro libros y está contada a dos voces, una es un narrador omnipresente (de esos que todo lo ven) que se centra en mostrarnos un punto de vista global y algo distante de una parte esencial de los personajes, y la otra (la que más extensión tiene) en primera persona y pasado, es la Laura, una psicóloga recién diplomada que trabaja (o trabajará) para una unidad de la Consejería de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, atendiendo a víctimas de violencia doméstica, y cuya vida se ve afectada en gran parte por su trabajo y por las personas con las que se relaciona.
Es una novela con un componente de intriga importante que se resuelve prácticamente al final, y con una historia que toca de cerca, y a modo testimonial, diferentes situaciones (reales, por lo que indica el autor al final del libro) de violencia doméstica. Casi a modo de juego de víctimas y verdugos, es un texto cuyo hilo argumental se va presentando a diferentes velocidades, según el momento en el que nos encontremos de nuestra lectura. Como en la vida, no hay buenos absolutos ni malos absolutos, eso no existe, y así nos lo presenta esta novela. Lo que sí que hay son consecuencias de nuestras acciones.
Personalmente, esperaba un final más en línea con el principio, un final de esos que me robara el aliento por unos instantes, pero no por ello me ha resultado menos inesperado, lo que le añade más atractivo a mi lectura.
Ha sido una buena lectura, la verdad; un poco más larga no habría sido un problema aunque para ello habría que haberle dado más profundidad a la trama que comienza con el primer libro y termina con el cuarto, no solo alargándola por alargarla, así que, por miedo a equivocarme, creo que se puede decir que es adecuada tal como está, quedándose en mí, de esta manera, como un recuerdo, como la sensación de que las cosas ocurren, de que a veces no distinguimos a los verdugos de las víctimas porque a veces esa distinción no es tal, de que no es fácil juzgar los actos de otras personas, de que la vida es gris y no blanco o negro, de que la naturaleza humana, entre otras cosas, complicada e inesperada ante situaciones límite.
#PremioLiterario2018
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#Desencadenante #Egoísmo
#TodaAcciónTieneSuConsecuencia
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Parece una buena lectura pero ahora mismo no me la llevo.
ResponderEliminarHola, Carmen. De momento no leeré este libro, aunque anotado queda para lecturas futuras...
ResponderEliminarBesos.
Una de mis lecturas para este verano, a ver que tal me parece a mí.
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