Reino de fieras, de Gin Phillips

344 páginas
Publicado por Suma de libros
Lincoln es un buen niño. Con cuatro años es curioso, inteligente y bien educado.
Hace lo que su madre le dice y sigue las normas.
«Hoy las reglas son distintas.
Y las reglas dicen que nos escondamos y no 
permitamos que el hombre del arma nos encuentre.»
Cuando un día feliz en el zoo se convierte en una pesadilla y Joan se ve atrapada con su hijo, deberá hacer acopio de todas sus fuerzas y encontrar el coraje para protegerlo a cualquier precio; incluso si eso significa cruzar la línea entre el bien y el mal, entre la humanidad y el instinto animal. Una línea que nadie imaginaría nunca traspasar.
Pero, a veces, las normas son diferentes.

Últimamente estoy participando en varias lecturas conjuntas organizadas por blogs literarios, lo que aumenta mis opciones lectoras. Es verdad que participo por aquellos libros que estoy convencida de que me van a gustar porque, por ahora, lo tengo claro, leo lo que me hace disfrutar, lo que me envuelve, lo que me remueve por dentro, lo que me divierte, lo que me hace sufrir... o, al menos, eso intento. El balance de todas estas lecturas es mucho más que positivo. Os animo a apuntaros a lecturas de este tipo. Todo son ventajas.

De Reino de fieras lo que me atrajo fue el género (cada vez los thrillers me gustan más), que la historia tuviera como protagonista a una madre en peligro y, lo reconozco, la editorial. Por ahora, las lecturas y las ediciones de Suma de Letras que están llegando a mis manos me hacen confiar más en sus publicaciones. Como en todo, algunas me gustan más y otras menos.

Sin ánimo de entrar mucho en la historia, os diré que la novela comienza con una sencilla tarde en el zoo, algo habitual en la vida de la protagonista y su hijo, que se complica de una manera inesperada y que es capaz de sacar lo mejor y lo peor que todos humanamente llevamos dentro; y precisamente eso es en lo que se centra la trama real de la historia, no solo en el intento de sobrevivir, sino en plasmar la realidad que supondría algo como lo que ocurre en la novela en una persona normal, como nosotros, o al menos como yo. 

Precisamente me ha gustado más por su giro al género intimista que por el suspense que la autora plasma en esta huida de una madre con su hijo pequeño para escapar del peligro; aunque, por otro lado, son precisamente los momentos de acción y peligro los que aportan agilidad a la lectura y evitan que se estanque.

He entendido por dónde quería ir la historia, las reflexiones que pretende provocar en nosotros, así como los descansos que nos da cuando cambia de protagonistas, pero a pesar de haber disfrutado sinceramente de mi lectura, me ha faltado algo para que fuera una lectura redonda. Puede ser que esa misma estructura, original y ágil, prive de un planteamiento, nulo y desenlace al uso a la trama y algunos puntos se queden en el aire; puede que el desenlace de los pensamientos de Joan, tan sinceros, reales y, en cierta manera, inconfesables, sean más cercanos a una madre y eso nos haga sentir incómodo como lectores solo en algunos momentos; puede ser que consiga que nos planteemos cómo reaccionaríamos nosotros ante algo así o el porqué de lo que ocurre. Pueden ser muchos los motivos, pero la realidad es que ha sido así y a veces no tiene porque haber un por qué.

De rabiosa actualidad, Reino de fieras nos trae una trama de suspense por saber qué ocurrirá con nuestros protagonistas y lo que está pasando en el zoo, con cierta atmósfera asfixiante y cerrada, a pesar de estar la mayor parte del tiempo al aire libre, llena de reflexiones y recuerdos, que nos permite tener una butaca privilegiada en todo lo que pasa por la mente de Joan, dejándonos vislumbrar pinceladas de su vida, de su pasado y de su presente, y llevándonos hasta el final, esperado o no, depende de cada lector y su libertad de pensamiento.

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