Esperando a Robert Capa, de Susana Fortes

Premio de novela Fernando Lara 2009
240 páginas
Publicada por Planeta
París, 1935. Escritores, pintores, poetas, fotógrafos… se mezclan en las calles y en los cafés de la Rive Gauche con miles de refugiados que llegan huyendo del nazismo. Entre ellos, dos jóvenes judíos. Ella, alemana de origen polaco, orgullosa, disciplinada y audaz. Él, húngaro, un superviviente nato que intenta como puede hacerse un hueco en el mundo de la fotografía. En apenas un año, el estallido de la guerra civil española los convertirá en dos de los mejores reporteros de guerra de todos los tiempos: Robert Capa y Gerda Taro. El amor, la guerra y la fotografía marcaron sus vidas. Eran jóvenes, antifascistas, guapos y asilvestrados. Lo tenían todo. Y lo arriesgaron todo. Crearon su propia leyenda y fueron fieles a ella hasta sus últimas consecuencias. Una novela emocionante que rinde homenaje a todos los periodistas y fotógrafos que se dejan la vida en el ejercicio de su profesión para mostrarnos cómo amanece el mundo cada día

Al final de la novela la autora escribe: "me hubiera gustado reflejar la intensidad y la complejidad de aquellos años convulsos con la maestría y la pasión que Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour transmitieron con sus fotografías. Pero no tengo el talento para manejar una cámara. Así que no me quedaba otro remedio que intentar recorrer la distancia entre la imagen y la palabra a mi manera y con mis propias armas"... y puedo decir que lo ha conseguido con creces. 

Hasta esta lectura desconocía, cosa que ahora me avergüenza reconocer, quiénes era Robert Capa y Gerda Tardo, seudónimos de un gitano húngaro y una judía polaca, que llegan a París como refugiados y que acaban sintiendo la pertenencia a un hogar entre bombas y muerte en el frente de Madrid en 1936. 

Lo maravilloso de leer es que a través de palabras, colocadas una detrás de otra, podemos revivir no solo las vivencias de personas de otro momento y otro lugar, con mejor o peor resultado, sino que también podemos sentir como propio sus miedos, sus penas, sus alegrías, sus anhelos, sus convicciones y su manera de afrontarlo todo. Algo así ha conseguido Susana Fortes al querer homenajear a esta pareja tan representativa de una vida que se forjó entre guerras y luchas, rodeada de ideologías y mucho por hacer y mostrar, que realmente solo quiso sobrevivir y no supo hacerlo de otra manera. 

Es una biografía novelada tan bien llevada que a veces es casi poesía, y te permite preguntarte tantas cosas acerca de lo que parece otra vida cuando en realidad es similar a la nuestra. Con hechos y personajes reales, rellenando las partes más íntimas de una forma magistral, somos testigos, como si de una fotografía se tratara, de batallas y momentos que cambiarían el mundo, a través de la mirada de jóvenes que crecieron muy pronto y envejecieron a través de un objetivo. 

Ella es la protagonista absoluta. Conocemos, nos enamoramos y esperamos a Robert Capa a través de sus ojos, aunque la narración sea en tercera persona. 

Hay tantas frases a lo largo de toda la lectura que definen a esta mujer tan fuerte, tan decidida y tan increíble que no sabría por donde empezar. 

No es que fuera orgullosa, es que era distinta
Ser judía era una bufanda azul manchada de nieve en el umbral de una tienda de especias, y su madre agachada, bajando la cabeza
Un poema de Elliot puede librarte del mal, pensaba, Dios ni siquiera me ayudó a salir de la prisión de Wächterstrasse
La patria no existe. Es un invento. Lo que existe es el lugar donde alguna vez fuimos felices.

La he visto en París, en Barcelona, en Madrid, en Córdoba, con el traje de miliciana, durmiendo, escribiendo, riéndose, amando, llorando y dejando un legado a través de sus fotografías y su diario. He conocido con ella a personajes increíbles y he aprendido. 

Sé que el personaje de la novela es él, ese húngaro atractivo y espabilado que consiguió seguir adelante a pesar de todo (no os desvelo nada, la vida de ellos la tenéis en wikipedia si hay curiosidad), y que fue lo que fue gracias a ella y a lo que sintió por ella. Tras terminar esta novela he buscado sus fotografías, tanto de España como de la II Guerra Mundial, de Palestina y otros conflictos en los que lo vio todo a través de sus cámaras, siempre con la sensación de estar viviendo de más, y me he enamorado de todo lo que me cuentan y de su mirada, también de la fotográfica. 

Ha sido una lectura increíble, apasionada, real, que consigue transmitir tanto que puedo aseguraros que no soy la misma que era al empezar a leerla, y por eso la recomiendo con la convicción de que merece la pena leerla.

Muerte a un miliciano, de Robert Capa

Robert Capa participó en el desembarco de Normandía

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