Mar de invierno en Cadaqués, de Cristina Bou


Huyendo de sus pesadillas, Zoe se muda desde Chile a Cadaqués, el pueblo donde pasó los veranos de su infancia, en busca de un nuevo comienzo. Pronto conocerá a otros que, como ella, también llegaron en busca de la redención y el olvido. Entre ellos a Sullivan, un excantante de rock que intenta reencontrar a las musas y de paso huir del fondo de la botella. Sin embargo, el pasado se colará en sus vidas una y otra vez, demostrándoles que no es tan fácil darle esquinazo. 
"Mar de Invierno en Cadaqués" trata sobre cómo las ganas de vivir, el humor y la pasión pueden cambiar tu vida. Es una historia sobre la superación frente a la adversidad, una exaltación de la amistad femenina, y una oda al valor de todos aquellos supervivientes que tras verse en el barro, (ya sea por tragedias naturales, adicciones o por la omnipresente rutina), se resisten a darse por vencidos, inspiran hondo, se ponen de pie y siguen adelante.

Si no hubiese sido porque la autora se puso en contacto con el Club de lectura de romántica de Valencia para invitarnos a leer su novela, no creo que la hubiese leído, la verdad; o puede que hubiera tardado muchísimo tiempo en hacerlo. De primeras, la portada no me atrae en absoluto, por eso agradezco la oportunidad que me han dado de demostrarme que la historia merecía la pena.

A través de una promoción de Amazon nos hicimos todas con ella y nos animamos a descubrir si, como la autora auguraba, era una historia que podría gustarnos, aun siendo más narrativa que romántica.  El amor, como en la vida, está siempre presente en las historias, con todo lo bueno y todo lo malo que eso conlleva, y nosotras somos un club de romántica, aunque la mayoría lee otros géneros literarios.


Vio el abrigo rojo antes que el mar o la arena. La vio desde lejos, inconfundible, con su fiel Ralph trotando al lado, una silueta roja recortándose en el monocromo del paseo, con sus rizos revoloteando al viento. Agradeció al universo esa intuición que le había guiado hasta el mar y apretó el paso para ir a su encuentro, pensando que quizás ella también le había visto.
Narrada en parte a diferentes tiempos, con algunos años de diferencia y los mismos protagonistas, conoceremos sobre todo a Zoe, una chilena que vive en Cadaqués desde hace un tiempo (que para quien no lo sepa es un pueblo del Alto Ampurdán de Girona; os dejo el enlace a su página de turismo porque merece la pena descubrir lo bonito que es) y a donde llegó huyendo de un pasado que se nos irá contando poco a poco, a modo de recuerdos; y conoceremos a Sullivan, un famoso cantante americano venido a menos que busca en Cadaqués esconderse de sí mismo y quizá resurgir de sus cenizas y redimirse; además, estará el pueblo de Cadaqués, el mar y el entorno, los amigos que se convierten en familia, y todo unido a muchas referencias culturales a lo largo de casi todo el texto.

El recurso literario que utiliza la autora para introducirnos en la historia son los cambios temporales bruscos; estás leyendo y en el párrafo siguiente salta a un momento que tienes que descubrís cuál es mientras lees. Es verdad que esto puede molestar a un lector que prefiere la cronología lógica pero a mí, por otro lado, me obliga a estar más atenta y de esta manera aumenta mi interés por la historia que estoy leyendo. Reconozco que es un recurso que me gusta y creo que, si se maneja bien, es muy bueno.
Lo que no notó ese día fue el veneno. Lo sentía en ese momento, oyendo la melodía sonar sin parar en el altavoz de su teléfono. Lo sentía arderle en las venas y circularle por todo el cuerpo, hasta inundarle el corazón. Lloró apoyada en la pared. Lloró por la chica del espejo, porque había visto en sus ojos algo que no se esperaba, algo que le sorprendía y aterraba a partes iguales: había visto brillar el deseo, la esperanza, la ilusión.
Realmente esos saltos temporales no son más que la forma en la que fluye el pensamiento de los personajes, que va de un momento a otro al que continuamente acuden recuerdos que les han marcado y que condicionan la situación en la que están. Es muy normal que se escuche una canción y se evoque el momento que inspira esa canción y lo que ocurrió hace un tiempo, por ejemplo. Eso es lo que está plasmado en el texto, es la manera que tiene la autora de ir entrelazando o tejiendo ese pasado que se nos va presentando poco a poco y que nos lleva hacia un camino, si bien nosotros no sabemos cuál es aunque se puede intuir, y nos permite conocer el porqué de nuestros personajes y qué les ha llevado hasta donde están, física y anímicamente.

Aparte de jugar con nuestra percepción por los cambios temporales dentro de un mismo capítulo, añade una pequeña intriga, interesante en cierta manera, aunque a veces no llegué a tener claro si era necesaria, si generaba confusión, o si tendrá sentido al final. Hasta que terminé de leerla no pude dar respuesta a esa duda.



―Tengo una capacidad innata para retener un montón de sabiduría estúpida, que no me sirve para nada ―dijo Zoe―. Por ejemplo, ¿sabías que durante mucho tiempo el tomate fue considerado una planta venenosa por los europeos, porque los botánicos lo catalogaron dentro de la familia de la mandrágora?

Algo a destacar son los diálogos entre ellos cuando se van conociendo y esa manera que tienen de interactuar. Me gustan. Son inteligentes, ágiles, tiernos, divertidos, reales en muchos aspectos; gracias a ellos sabemos que se entienden muy bien, que se comprenden, que encajan, consiguiendo así que todo fluya mucho más, sobre todo la lectura, lo que se ve favorecido por el estancamiento de ciertas partes de la historia que tienen su sentido mientras estás leyendo pero que no evitan la sensación de querer que todo fuera mucho más dinámico. Dicha impresión la he tenido sobre todo en la primera parte del libro.

Creo que he hablado mucho pero sin decir nada sobre esta historia de encuentros, de heridas que deben curarse, de amistad, de estar ahí, de respirar por fin, de conocerse a uno mismo aceptando nuestros errores y siguiendo adelante con sus consecuencias, y de descubrir. Si bien a me sobraba una pequeña parte de ELLA, o de su historia, y quizá he echado en falta algo más de ÉL, el camino que he recorrido, lento y a veces desdibujado, hasta llegar al final de todo ha resultado muy interesante. Creo que es una novela sentimentalmente interesante (he llorado... DOS VECES...) y narrativamente cuidada, en la que se transmiten sentimientos y sensaciones en partes iguales. Enhorabuena a su Cristina Bou por ello.

-Nunca podemos saber si las elecciones que tomamos son las acertadas, y siempre pensamos si hubiera..., pero la pura verdad es que no sabes cómo hubiese salido de haber elegido otro camino, de haber tomado otra decisión, de haber hecho algo distinto. Quizás lo que ahora te parece tan malo pudo ser peor. -Parpadeó rápido, para secar sus incipientes lágrimas
Por cierto, un acierto la manera que tiene la autora de combinar los idiomas, de normalizar las conversaciones, así como de introducir la música en todo lo que va contando. No dejéis de pasar por su cuenta de Spotify, cada capítulo tiene su propia canción. Ha sido un placer leer así, con los cascos puestos.

¿A quién recomendaría esta lectura? A un lector de narrativa que disfrute con el camino por el que te lleva una historia sencilla y muy cuidada por su autora en la que vemos que todos somos humanos, que llevamos un equipaje a cuestas que nos impide a veces seguir y que lo importante es aceptar, comprender, perdonar y volver a intentarlo. Entiendo que pueda parecer lenta en su primera parte, que dé la sensación de que no ocurre nada, pero la segunda parte de la lectura es mucho más fluida y rápida.

  






Comentarios

  1. Es verdad que por la portada puede que no lo leyera, y mira me estaría perdiendo un gran libro, tiene buena pinta guapa, buen post

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  2. Qué maravillosa reseña Carmen, no sé qué decir... Me has emocionado. Me alegro tanto de haberte tocado el corazoncito (dos veces). Tomo nota de tus consejos, en especial la de la portada. Es algo que tengo pendiente y que creo que este año cambiaré en una segunda edición.

    Un beso enorme e infinitas gracias por tu maravilloso blog y tu ayuda a los autores independientes

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  3. Pues cuando un libro llega tanto a un lector como para hacerle llorar (algo que a mí me parece muy difícil de conseguir) es por algo. Pinta interesante (y no, la portada la verdad es que no llama demasiado, es una pena).

    ¡Besote!

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  4. ¡Hola! La portada tampoco me llama nada, pero lo que cuentas en tu reseña si que me parece interesante. Aunque no soy muy de narrativa, creo que esta novela podría gustarme, así que me la apunto como probable.

    Un besazo

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  5. Conozco a su autora, y de hecho el libro lo tengo esperando en el kindle. Y si antes me apetecía descubrir la historia de Cristina, ahora aún más. Que su historia te haya emocionado dos veces dice mucho de ella.

    Besitos

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  6. No conocía a la autora y al leer tu reseña creo que es un libro que me podría gustar.
    Me encantan esos libros que te llenan de sensaciones, que hacen meterte de lleno y sentir hasta emocionarte.
    Soy lectora que se deja llevar por las portadas y es cierto que esta novela no me hubiera llamado, pero la sinopsis melódica y tus impresiones dicen bastante del contenido.

    Me alegro de que la hayas disfrutado.

    Besetes!

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  7. La portada no es la que te llevan a leer un libro, muy sobria para mi gusto, pero lo que cuentas de ella sí que vale la pena descubrirlo, me gustaría darle una oportunidad, me considero lectora de narrativa sin más, aunque luego me pierda en unos géneros más que en otros

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  8. Posiblemente me pasara igual. La portada no me dice mucho pero con tu reseña la perspectiva cambia. Gracias

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  9. Muchas veces no se sabe si una portada tristona encierra una preciosa historia, y en este caso parece que es así, me encantaría descubrir esta historia! Con tu reseña me ha dado muchas ganas! Un besote y gracias!

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