Querido monstruo, de Lluís Prats
Colección: Narrativa singularEdad: a partir de 8 añosGénero: NovelaEncuadernación: CartonéMedidas:14,5 x 20,7 cmPáginas:192EAN:9788424667344PVP:14,33/ 14,90€
Una novela con un tema de fondo muy actual: el acoso escolar y los prejuicios. La amistad más inesperada puede ayudarte a superar tus miedos.
Abel es un niño tímido que tartamudea al hablar. Una tarde al volver del colegio, los tres chicos que le acosan le obligan a entrar en la casa ruinosa que hay junto a su casa. La gente del pueblo dice que allí vive el monstruo más espantoso y horrible del mundo, aunque nadie lo haya visto nunca. Abel descubre este supuesto monstruo se llama Gabriel, un joven desproporcionadamente gigantesco debido a una enfermedad, y desde ese día quedará atado al monstruo y su amistad se fortalecerá con el tiempo. Gabriel ayudará a Abel a vencer sus miedos y le hará descubrir que nada es imposible y que todos los sueños se pueden cumplir. Lo que no sabe Abel es que Gabriel también oculta un secreto que le ha impedido poder salir a la calle durante los últimos veinticinco años.
A finales de agosto, recibí un mail del autor con la única información de que se publicaba su libro Querido monstruo, galardonado con el premio PREMIO FOLCH I TORRES, tanto en catalán como en castellano. Mi literatura infantil se ciñe a los recuerdos, que no son pocos, y a lo que voy rescatando y descubriendo para animar a mis hijos a disfrutar de la lectura.
El título y la sinopsis me atrapó desde el principio. Es fácil querer ir más allá de la relación entre Abel y ese «monstruo», llamado Gabriel.Todo el mundo sabe que los ogros y los monstruos aparecen a traición. A menudo durante noches de ventiscas heladas y acompañados de gritos escalofriantes.
El protagonista, y narrador, es un niño adorable que se siente muy solo. Es hijo único y, en su colegio, tres de sus compañeros se meten mucho con él. Es pequeño, enclenque y algo débil; incluso tartamudea y le pueden llamar rarito porque adora StarWars. A mí, ese comienzo al estilo de Princesa Prometida al que alude directamente la dedicatoria del libro, me ha parecido muy bonito, aunque pensaba que iba a partir de un cuento pero no era así. ¿Qué había hecho yo para que siempre se metieran conmigo? ¿Llevar gafas? ¿Tartamudear un poco? ¿Ser esmirriado? ¿O todo a la vez?
Teniendo la facilidad de las palabras para un lector de unos ocho años en adelante, el libro construye una historia maravillosa y a la vez muy real que favorece que el lector valore lo que está leyendo, descubra el poder de la amistad, de confiar en lo que uno siente, de reírse, de compartir, de la sinceridad, de la valentía, y de otros muchos.Pero mi madre se equivocaba. Todo el mundo sabe que en las casas viejas y ruinosas viven monstruos o vampiros, o fantasmas, o las tres cosas juntas. Y al final de mi calle, en aquel caserón de ventanas agrietadas, vivía un monstruo horroroso, y lo peor de todo era que había descubierto que le espiaba.
Me costaba dejar de pensar en el sufrimiento en algunos momentos, pero no tanto porque el texto me lleve a él, sino porque desde mi edad adulta puedo ir más allá del significado de una enfermedad que atrape a una persona y reduzca su mundo seguro a cuatro paredes.
Todo el mundo sabe que los ogros y los monstruos aparecen a traición. A menudo durante noches de ventiscas heladas y acompañados de gritos escalofriantes.
¿Qué había hecho yo para que siempre se metieran conmigo? ¿Llevar gafas? ¿Tartamudear un poco? ¿Ser esmirriado? ¿O todo a la vez?
Pero mi madre se equivocaba. Todo el mundo sabe que en las casas viejas y ruinosas viven monstruos o vampiros, o fantasmas, o las tres cosas juntas. Y al final de mi calle, en aquel caserón de ventanas agrietadas, vivía un monstruo horroroso, y lo peor de todo era que había descubierto que le espiaba.
—Oye, Abel. Si alguien le lleva un regalo a otra persona y esta no lo acepta, ¿qué pasa con el regalo?
—Pues que si no lo quiere tiene que llevárselo, ¿no?
—¡Exacto! Pues lo mismo ocurre con los insultos y las ofensas. Mientras no los aceptes, pertenecen a quién te los ha regalado. Se los puede comer con patatas si quiere.
¡Ay qué bonito e interesante! Me lo apunto que llega la Navidad.
ResponderEliminarUn beso
Una historia bonita la de este cuento. Lo tendré en cuenta para regalo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me encanta
ResponderEliminarApuntado, sin duda
besos