El jardín de las flores negras, de Ana Rosenrot


Nadie sabe de lo que somos capaces, hasta que algo o alguien despierta al monstruo que llevamos dentro.
Oviedo, 1948. Durante los duros años de la posguerra, en una ciudad que como el resto del país intenta recomponerse, el padre Arteaga, un joven sacerdote con graves conflictos personales, pero con un brillante futuro por delante, intentará huir de las intrigas políticas y eclesiásticas que se ciernen sobre él, pero no podrá escapar de los enredos de la sensual señorita Peláez, ni de los misterios que le rodean, como los que oculta la discreta y reservada maestra en esa llave de la que nunca se separa. Pero sobre todo se sentirá atraído por los extraños habitantes de la casona de los Osorio: el desfigurado Bastián al que su padre, don Pelayo, mantiene encerrado como si fuera parte de su colección de mariposas, o la inquietante Llara con su belleza sobrenatural.
Decidido a descubrir la verdad sobre la familia de don Pelayo, el padre Arteaga se verá atrapado en un laberinto de mentiras, miedos y oscuros secretos que desvelarán una historia sórdida, oscura y siniestra, como una inquietante flor negra en medio de un jardín.

Creo que si no llega a ser porque participé en el sorteo que organizaron las administradoras de Las inquilinas de Netherfield en su blog no hubiera leído este libro, y eso que, tras terminarlo, me he dado cuenta de que es de esas historias que me gusta leer. No sé si es por la portada, pero me lo imaginaba muy diferente (y tampoco había leído la sinopsis, la verdad).

Como hilo central tenemos al padre Arteaga, joven sacerdote al que le destinan temporalmente a una humilde parroquia de Oviedo, a mediados del siglo XX, y cuya vocación obligada le pone entre las cuerdas a la hora de tomar sus decisiones, y alrededor de él, tanto en el pasado como en el momento en el que se cuenta la historia, irá apareciendo un conjunto de personajes, algunos más cercanos y otros no tanto, que formarán la trama, aderezada con una muerte ocurrida hace ya varios años en la familia Osorio y que tuvo ciertas consecuencias.


La novela nos lleva de la mano por una historia que va creciendo a medida que avanzamos, no sé si porque conocemos más a los personajes y sus circunstancias, o por ese ritmo marcado por la autora para sorprendernos con el giro final que nos sitúa en una novela negra sin ninguna duda. Sinceramente, no me esperaba ese final y es justo lo que consigue que mejore mi opinión global de esta lectura. Sólo por las últimas páginas ha merecido la pena leerla. La manera es la que se cierra una historia es muy importante, al menos para mí, y Ana Rosenrot lo ha hecho magníficamente. Diría que se merece una re-lectura en un futuro.

Narrada a dos tiempos, y sin llegar a ser novela coral pero con una gran cantidad de personajes que tienen su espacio propio, vamos a descubrir cómo el corazón puede volverse negro, aunque sea un instante, lo que lleva a tomar decisiones o a realizar acciones aparentemente inexplicables y que conllevan sus propias consecuencias en los demás. La lectura te coloca en una situación algo complicada a la hora de juzgar porque con ella viene implícita la reflexión.


A veces entretenida, a veces algo lenta, a veces dramática (no puedo dejar de deciros que alguna lágrima he echado a pesar de que creo que ese no era el objetivo de la autora en ningún momento), a veces comprensible, a veces dolorosamente real, y con ese desenlace que te deja perplejo y te obliga a pensar y pensar, sin olvidar mostrarte que el ser humano es capaz de muchas cosas, incluido lo peor.

Para mí, el valor narrativo de esta novela no viene solo por ese juego psicológico en el que nos sumerge y en la parte oscura de cada uno de los actores que componen la historia, sino también por el reflejo de esa post-guerra que ahogaba a unos, jugaba con otros y tenía poco de diversión

¿A quién recomendaría esta lectura? A todo lector de narrativa que busque un texto que, sin llegar a ser intimista, le revuelva cosas por dentro y que le obligue a pensar y a ver más allá; por el momento temporal elegido, creo que también le gustará a los que se suelen decantar por la novela de ambientación histórica; y, lógicamente, a los lectores de negra, que deberán ser algo pacientes pero que al final entenderán que sí era una novela para ellos.







Comentarios

  1. ¡Hola! Este me llamó mucho la atención cuando lo vi en el sorteo. Me lo anoto, pero antes leeré otro de la autora que lleva tiempo perdido por las estanterías.

    Un beso

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  2. ¡Hola, Carmen!

    No había visto este libro hasta ahora y me ha sorprendido muchísimo. Me encanta ese estilo entre thriller y novela histórica, además de todo ese transfondo de reflexión y de estudio de la mente humana ¡Me ha encantado todo lo que cuentas! Me la apunto para cuando me apetezca algo de este estilo porque es cierto que hay novelas que tienen su momento o si no, no acabas de apreciarla todo lo que deberías. Muchas gracias por la reseña y haberme descubierto esta historia <3

    Un beso,
    MissCherryBooks

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  3. No soy muy amante de la narrativa pura y dura para lecturas habituales. Pero a mí me das la época de la guerra civil o posterior y me tienes ganada. Porque es una época que mis abuelos, cada uno de un bando, me contaron en innumerables ocasiones.
    Ponle un lacito y me lo prestas 😊

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  4. No había leído nada de la autora y me gustó mucho, me soprendió. Muy recomendable.
    Besos

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  5. Ya sabes que yo la disfruté un montón. Ana no es de finales facilones, remata los libros muy, muy bien, y ese final es perfecto para la novela (aunque a mí me hizo sufrir mucho, lo reconozco). Ya veo que a ratos te ha parecido algo lenta pero me alegro muchísimo de que la hayas disfrutado :)

    ¡Besote!

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  6. Hola,

    he leído tres novelas de Ana y esta es la que más me ha gustado tal vez porque se nota en ella una evolución en la prosa de la autora. La hija del sepulturero también es muy recomendable.

    Un beso

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  7. Hola, Carmen. Yo le tenía echado el ojo a esta novela y no me decidía, ahora veo que si me podría gustar por todo lo que nos cuentas.

    Besos.

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  8. La leí hace unos meses y me gustó un montón
    Besos

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