La ruta de los huesos, de Roberto Corral


La famosa autopista de Kolyma, más conocida como la Carretera de los huesos, con una longitud que supera los dos mil kilómetros y construida en su inicio por Stalin, es una de las zonas más frías del planeta y fue erigida por miles de hombres, muchos de ellos presos gulags soviéticos. Roberto Corral lo ha escogido como el escenario de su primera novela donde Bob Cooper, antiguo profesor universitario americano, se ve envuelto en una trama de espionaje internacional que le lleva a la cárcel en Vladivostok acusado de espía y más tarde, tras un juicio absurdo en Moscú a un gulag de la Siberia Oriental.

Uno de los principales motivos por los que estoy muy contenta de haberme animado a escribir un blog literario compartiendo mis impresiones sobre lo que leo es que, gracias a él, me encuentro con historias que de otra forma creo que no hubiese leído, y esta es una de ellas. No conozco al autor y nunca había oído hablar de esta novela así que fue únicamente la sinopsis lo que me hizo animarme con ella tras el mail de Reseñas Sancho.

La ruta de los huesos es una novela de ficción histórica ambientada a mediados de los años 50, en plena guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en la que conoceremos el cautiverio de un profesor de universidad que se ve envuelto en una serie de decisiones que se escapan a su control y que le llevan inesperadamente al campo de trabajo de Kalyma, en la Siberia más oriental. 


Señores, tengan mucho cuidado. No es el mejor momento para estar en esta zona fronteriza. Los enemigos están delante y también por la espalda y un hombre, recuerden, solo puede mirar en una dirección.

Durante toda la lectura irán apareciendo una serie de escenarios diferentes y de actores distintos que nos llevarán por el camino marcado hasta explicarnos cómo y por qué este profesor acaba donde acaba y cómo vuelve a su casa. Nosotros sabemos que él termina esta aventura vivo y con su familia porque, de hecho, la novela comienza cinco años después del inicio de todo. A lo largo de estas 650 páginas se irán desencadenando un conjunto de hechos que nos permitirán acercarnos a lo que sería el día a día en esta cárcel compuesta por barracones, por presidiarios comunes, por criminales, por verdugos, por víctimas, por prisioneros políticos, enemigos del régimen, y por sueños, miedos, olvidos y desesperación. Siendo una novela de línea histórica con cierta intriga, más de la que esperamos porque al final de todo se van cerrando una serie de círculos que teníamos abiertos y de los que no nos habíamos dado cuenta, es muy importante el peso intimista de la historia y la intensidad de cada uno de los personajes. De hecho, es lo que consigue que todo sea mucho más real, cercano y dramático.

La vejez, hijo mío, solo tiene una cosa buena -me comentó una tarde de domingo mientras le acompañaba en una de sus paseos-, te ayuda a alejarte de todo lo banal y fútil, y te ofrece la oportunidad de apreciar lo verdaderamente esencial de la vida. Te acerca a la más absoluta sencillez y hace que una simple larga meada -dijo sonriente- se pueda convertir, cómo por arte de magia en el mejor momento de la semana.

Sin ser una novela coral, porque el protagonista parece que está definido y claro, me sorprende encontrarme una trama llena de personajes que, de una manera u otra, tienen un papel fundamental en todo. Tras terminarla se me ha quedado la sensación de haber conocido a cada uno de ellos, aunque solo aparezcan en un par de párrafos, de una manera incluso privada, con pocas pinceladas, a veces tan directas y certeras que no necesitamos más para comprender, y eso me confirma el acierto del autor al construir de esta aventura tan llena de triste, y desgarradora, verdad. Ese perfil intimista me demuestra lo trabajada y lo bien llevada que está la trama. Me ha gustado mucho este recurso narrativo de dar a cada uno su espacio propio, aunque eso ralentizara la lectura.


Hacía ya mucho tiempo que el instinto de sobrevivir había superado la barrera de la vergüenza. En aquel infierno, las elecciones eran muy sencillas: un poco de calor podía regalar un día más de vida; el recato, simplemente, arrebatártela.

Hay cierta parte del texto que tiene un aire nostálgico, de recuerdos. Por un lado está la acción centrada en Bob, su cautiverio, el porqué y el cómo se resuelve todo, y por otro lado tenemos a cada uno de los personajes que van apareciendo y que de manera nostálgica anhelan algo de su vida, de su pasado. Esa sensación, que va de la mano del momento temporal en el que nos sitúa todo, con el comunismo, la posguerra y todo lo que ello conlleva, constituye un viaje desde la melancolía hasta los recuerdos, dolorosos o no, que son los que mantienen vivo a alguien, aunque sea dentro de ti, a modo de pensamientos.

Otro de los puntos fuertes es cómo se cierra el círculo de todo, y es precisamente por este motivo por lo que la considero una muy buena lectura. Es de esas novelas que cuando la terminas te dan ganas de llamar al autor y darle la enhorabuena por ese giro final que no esperabas y que se te muestra casi como sin querer, pero que tú, que llevas leyendo ya muchas hojas, agradeces que esté allí, porque cobra sentido a muchas cosas.

Había aprendido que, en ese lugar, la gratitud, como el odio, se encerraba en su mirada, en un gesto, y todos esos desdichados sabían leer en los ojos mejor que una vieja pitonisa en las líneas de la mano.

Por otro lado, creo que es una lectura lenta, lo que no me importa en absoluto; he aprendido muchísimo, sin ser pesada; me ha atrapado esa historia que no sabía muy bien por dónde me llevaba; he sentido frío, que yo creo que es algo muy interesante; y tiene un toque de aventura acentuado en la parte final, cuya acción va más rápido, no porque se precipite sino porque es justo lo necesita. Todo esto ha hecho que la lectura resulte muy enriquecedora.

Me gusta mucho cómo el narrador maneja los sentimientos, sin ser una novela de sentimientos como tal, y me gusta mucho cómo utiliza las palabras. Es verdad que hay ciertos errores tipográficos que se dejarían pasar pero, a veces, destacan un poco, lo que sorprende negativamente; no sé si será un tema más de la impresión.

Creyó que ese día su corazón estallaría en mil pedazos por el dolor, pero... no ocurrió. Esa mañana odió al mundo que con indiferencia seguía su ritmo como si nada sucediera, y él deseaba salir a la calle y gritar enfurecido: ¡eh, dejad de hablad, dejad de reír, callad todos!, ¿acaso no veis que ella ha muerto? Ese día temió, quizás en parte fue así, admitió, ni poder reconciliarse con el mundo nunca más.


¿A quién recomendaría este libro? A cualquier amante de la narrativa histórica y a cualquier persona que disfrute con los años de la guerra fría, ya que tenemos espionaje, personajes fríos, doble moral, engaño y mentiras, y tenemos héroes humanos. Como ya os he dicho, ha sido toda una sorpresa y la considero una novela narrativamente muy interesante.

#guerrafría #espionaje #mentiras #consecuencias
#comunismo #demoscracia #personasquenoparecenpersonas
#entodossitioshayhumanidad #cadaunodeellosesunrecuerdo
#muerte #vida #amorenelpensamiento
#narrativa #histórica #untextoconfuerza
#años50 #carreraespacial


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Comentarios

  1. No sé muy bien si va destinado para mi. Pero yo le encuentro un algo que creo que puede gustarme.
    Hablas genial sobre él, y la etapa en la que transcurre me gusta.
    B7s

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  2. Pues no conocía de nada esta novela y me gusta mucho lo que cuentas, así que la apunto por si se me cruza por delante. Qué difícil es rematar bien un libro y qué alegría nos llevamos los lectores cuando nos encontramos ese buen remate :)

    ¡Besote!

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  3. No soy muy seguidora de la novela histórica. Y esta no me llama especialmente.

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  4. Hola Carmen:
    Soy Roberto Corral, el autor de “La Ruta de los Huesos”.
    Quería darte las gracias por tu reseña. Realmente has hecho una lectura muy profunda y me alegra ver que te ha llegado lo que tras el velo histórico se esconde: una novela sobre los sentimientos humanos, sobre las diferentes formas de vivir situaciones límite, una historia sobre la amistad, el amor, sobre la grandeza y la mezquindad del ser humano.
    Es un placer saber que te ha gustado el libro. En definitiva, es el objetivo de todo autor. Desde luego, el mío lo es.
    Un abrazo fuerte,
    Roberto Corral Moro

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    Respuestas
    1. Gracias por pasarte por aquí y leer mi opinión. La verdad es que es una novela muy completa, que he disfrutado un montón. Me la llevo conmigo estas navidades para dejársela a mi madre. Seguro que le va a encantar.
      Un abrazo

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    2. Si en algún momento tienes un grupo de seguidores interesados en la novela y quieres que hagamos una tertulia con ellos en una cafetería (charlar de la novela, firmales los ejemplares...), dímelo que con mucho gusto la hacemos.
      Espero que tu madre también la disfrute.
      Un abrazo,
      Roberto

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  5. Creo que este no es libro para mí, pero aún así tiene muy buena pinta. buen post

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