La joven de la perla, de Tracy Chevalier


272 páginas
Sello: DEBOLSILLO
Fecha primera publicación: enero 2000
ISBN: 9788499892993
Temáticas: Novela histórica
Colección: Best seller
Edad recomendada: Adultos

¿Quién es esa muchacha que parece sonreírnos, bajo un complicado tocado azul, con una perla como único adorno? La modelo que utilizó Johannes Vermeer en uno de sus cuadros más famosos y admirados es un misterio que Tracy Chevalier tomó como punto de partida para escribir una de las mejores novelas históricas de nuestro tiempo: La joven de la perla.
En ella Griet, una muchacha holandesa de dieciséis años, entra a formar parte del servicio del afamado pintor Johannes Vermeer. Allí, seis niños malcriados campan por sus respetos bajo la volátil mirada de Catharina -la mujer del pintor-, su madre -Maria Thins-, y un ama de llaves -Tanneke- leal a las dos mujeres que regentan la casa. Griet tiene una manera particular, llena de devoción, de mirar lo que la rodea. Una sensibilidad que, a pesar de la distancia que marca la educación y la clase social, coincide con la de Vermeer. Algo que él ha percibido y que le ha llevado a introducirla en su mundo de artista. La intimidad que crece entre ambos, los rumores que proceden de la envidia, la lujuria de Van Ruijven, mecenas del pintor, y los celos de las mujeres harán que, tarde o temprano, llegue el escándalo.

Una día debería hacer una lista con todas las novelas que nos traen historias de mujeres y cómo, por el mero hecho de haber nacido, tienen parte de su futuro condicionado; historias llenas de luchas, de cambios, de frustraciones, de amor y desamor... A pesar de tener cuatro libros de Tracy Chevalier en mi biblioteca (El maestro de la inocencia, La joven de la perla, El azul de la virgen y La voz de los árboles) ha sido ahora cuando por fin me he quitado la espinita que tenía clavada con esta autora.

Ya había visto la película hace tiempo y me había gustado muchísimo, así que prácticamente conocía la historia o, por lo menos, sabía por dónde giraba la trama. Supongo que esto me ha ayudado a centrar mi atención en otras cosas, en pequeños detalles que hacen grande una lectura, en esa manera de manejar los silencios que he descubierto en Tracy Chevalier y de mostrarme una escena sin apenas descripción, consiguiendo que casi me encuentre en esa casa, en ese estudio, en ese mercado o por esos canales.

-No lo entiendes -dio un golpecito en la caja-. Es una herramienta. Me ayuda a ver, y de esta forma me resulta más fácil pintar mis cuadros. 
-Pero..., para ver usa los ojos. 
-Cierto. Pero mis ojos no siempre lo ven todo.


Dentro de la sencillez de la historia que la autora ha creado alrededor de un cuadro increíble, que invita a preguntarnos quién era la chica de esa pintura y qué relación tenía con el autor, he disfrutado mucho leyendo. Me ha parecido un texto costumbrista, íntimo, certero y muy original, teniendo en cuenta que todo parte de uno de los cuadros más famosos de Vermeer.

La joven de la perla nos cuenta su historia, en primera persona, y nos va permitiendo acercarnos, poco a poco, a ella y a esa naturaleza intensa que esconde muy, muy bien, a todos. Maravillosa la manera que tiene la autora de establecer un paralelismo entre el cabello de la protagonista y su afán por ocultarlo y la forma en la que la sociedad del siglo XVII obligaba al anonimato, a pasar desapercibida, y más si eras una joven que se ve obligada a trabajar de criada en una casa papista (los católicos eran minoría en Delf), separada de sus padres y hermanos, en una casa llena de hijos, con una ama desconfiada y maliciosa, y un mundo que a veces subyuga a Griet, a pesar de que ella se conforma, tal y como le han enseñado.

-Nunca había pensado que podría aprender algo de una criada -dijo por fin.

El libro no es largo pero narrativamente es pausado sin llegar a aburrir. El tiempo va lento, como debía ocurrir entonces, las cosas pasan porque sí, sin ir más allá, la vida es como es y así hay que aceptarla. Para mí, la fuerza de esta lectura está en Griet, en su manera de mirar y de observar; en su forma de mostrarnos esa casa, esos momentos, su vida, sus obligaciones, sus pensamientos, sus anhelos... he sentido cómo estaba subyugada a su propia realidad y solo a través de esa conexión con él y sus pinturas llega a ser ella misma en algún momento.

Además de la relación entre ellos, está muy presente esa característica general de los cuadros de Vermeer de plasmar situaciones privadas, familiares, íntimas, de esas que se dan de puertas hacia dentro. A través de las palabras se consigue esa sensación de que somos espectadores privilegiados de algo muy personal.

Al volverme para irme, percibí la mirada que se cruzaron padre e hijo. Ya entonces supe lo que significaba y lo que significaría en mi vida.

No sé si el pintor era como Griet nos cuenta, si era tan egoísta con su mundo y con sus pinturas, si se aislaba de todos, pero la novela que ha creado Tracy Chevalier me ha resultado muy realista, muy creíble y muy cercana. No hay que olvidar que todo entra dentro de la percepción que tiene ella de las personas que le rodean; ella, una joven de 17 años que está conociendo el mundo y que puede que plasme sus anhelos en sus observaciones, convirtiendo esta narración en algo totalmente subjetivo y condicionado. 

No sé si la novela es mejor que la película. Creo que están al mismo nivel. Puede que si ahora viera de nuevo a Scarlett Johanson y Collin Firth no pensara lo mismo. No lo sé. Lo que sí tengo claro es que las sensaciones entre ellos son las mismas. Creo que me animaré a verla de nuevo, ahora que ya he leído el libro. Además, nunca se pierde el tiempo si es Collin xD.


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Comentarios

  1. Estupenda reseña de una historia que tengo pendiente tanto literaria como cinematográficamente hablando. Quizá me anime con la película, por Colin y todo eso jajaja
    Un beso

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  2. Este es uno de esos libros que tengo anotado desde hace tiempo y creo que la disfrutaría. De Tracy Chevalier leí el año pasado La voz de los árboles y aunque también era una lectura pausada a mí me gustó muchísimo.
    Besos

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  3. Hola, Carmen. Yo he visto la película sin leer el libro y me gusto mucho. No descartaría leer la novela en un futuro. Adoro tus reseñas ilustradas, en este caso he recordado mucho la película.

    Besos.

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  4. Yo también leí el libro después de la película, y me gustó incluso más leer la historia que verla. De hecho la autora, Tracy Chevalier, se convirtió en una de mis autoras favoritas y tengo casi todos sus libros (los que han salido en castellano, me refiero). Con este libro es que a mí se me juntan muchas cosas: que adoro la pintura del Siglo de Oro neerlandés, que una de mis pinturas favoritas es de Vermeer (no es esta del libro), que el punto de vista del personaje de Griet me parece fantástico para lo que quiere contar la autora... Me gustaría releerla algún día, a ver si saco el momento.

    ¡Besote!

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  5. Una novela que leí hace años después de ver la película) y que me gustó mucho.
    Creo que la adaptación es bastante buena y la estetica y la fotografía me gustaron.
    Aunque la novela siempre es mejor, creo que ambas están a la altura.
    Saludos.

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  6. Hola!!
    Leí la novela hace siglos... luego vi la película, ains... qué bonita.... y qué excelente fotografía, Vermeer es uno de mis favoritos ♥ y luego me animé incluso a releerla en inglés.
    Una muy buena recomendación y buena reseña ;)

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