Cuando el olvido nos alcance, de Raúl García Reglero

246 páginas
Autopublicado 
En un mundo sin memoria, cuatro personas conviven con el resto de la población en un planeta distribuido por comunidades donde la gente se agrupa en función de su capacidad económica. No existen las fronteras. Cualquiera puede residir en cualquier lugar, siempre que se lo pueda permitir. 
La historia de la humanidad ha sido eliminada. La manipulación mental, ampliamente aceptada, permite borrar los recuerdos más dolorosos, otorgando a las personas que se someten a ella, una nueva libertad. 
El hacking mental es utilizado por grupos mafiosos sin escrúpulos con la intención de manipular a su antojo a una parte de la población. Sólo la Amapola, un movimiento que no se resigna a aceptar este orden, se opone con vehemencia. 
Sin embargo, la intrínseca confusión ligada a esta sociedad, hace que nadie sea lo que aparen


Seguro que habéis oído más de una vez lo de la "zona de confort" y que debemos salir de vez en cuando de esa limitación que nos ponemos a nosotros mismos porque seguro que el resultado nos sorprende y nos gusta. Pues eso es lo que yo he hecho con este libro. No soy lectora habitual de sociedades distópicas (aunque devoré Un mundo feliz cuando lo leí y todavía es un libro que tengo muy presente) así que cuando me encuentro frente a una lectura de este género (o subgénero) suelo pensármelo mucho. 

Cuando el olvido nos alcance es un thriller con tintes de novela negra, situado en una posible sociedad futura en la que se ha eliminado todo rastro de historia, pasado o, incluso, recuerdo. La tecnología permite borrarse voluntariamente cualquier recuerdo que nos haga infelices. Alrededor de todo esto existe un submundo en el que se mueven delincuentes que, con ayuda de hackers, aprovechan dicha tecnología para delinquir (secuestros, prostitución, robo de niños, asesinatos). 

La novela está contada en pasado y en primera persona por cuatro personajes que van intercalando capítulos de forma ordenada. Como cada capítulo tiene como título el nombre de cada uno de ellos lo que al principio puede parecer algo lioso luego es muy fácil de seguir y se agradece.

Ray Carmichael es un detective venido a menos, ya entrado en años, que acaba de aterrizar en "esa parte de la isla". Nos recuerda a los clásicos detectives del cine negro, con su propia moral y sus propias reglas, y bebiendo whisky, claro.  David Cochrane es un matón que busca nuevo jefe para el que hacer trabajos, no tiene escrúpulos, es directo, ordinario, desagradable y no le importa pasar por encima de quien sea. Allan Peirsol es un joven inversor que anhela conseguir poder y dinero y al que parece a veces que la suerte ha abandonado. Vive en una zona buena de la isla aunque no consigue hacerlo con grandes lujos.  Y por último, Leo Sean Anderson, joven trabajador de los muelles, casado y con un niño pequeño, con fuertes convicciones personales y morales.


A través de sus propias historias vamos desgranando poco a poco el porqué de todo y la conexión que hay entre ellas, además de  ir conociendo mejor esta sociedad futura a la que podríamos ir abocados. Con un ritmo trepidante, un lenguaje directo y con la crueldad (o realidad) de las escenas propias de la novela negra, vamos desgranando un conjunto de personalidades que nos traen lo peor de las personas y cómo pueden cambiar sus convicciones personales según el color del cristal con el que se mire todo. Tenemos sexo, drogas y dinero. Creo que ese sería el eje sobre el que gira todo.

Con un texto no demasiado descriptivo, lo que dinamiza la acción (y la lectura), el autor crea una perfecta atmósfera férrea y oscura, ayudando con ese ambiente decadente de una posible sociedad futura distópica. Creo que mi única pega, por traeros algo que me taladraba en la cabeza de vez en cuando, está con la palabra barbilampiño. Sé que es una tontería pero siendo una palabra tan poco habitual en nuestro vocabulario, no es algo muy acertado repetirla tantas veces, aunque sea lo que mejor se ajuste a la descripción buscada. Fuera de eso, la narración me ha parecido adecuada, interesante y limpia.

El final no llega a sorprender del todo porque ya se encarga el autor de conducirte hacia él de manera muy acertada y con la información precisa para que lo vayas descubriendo mucho antes de llegar a él; lo que sí sorprende cómo comenzó todo... y eso ha conseguido que me guste aún más esta historia. 

Los que me seguís sabéis que me gusta mucho leer novela autopublicada, y ésta historia es uno de los motivos por los que me gusta. Ha sido todo un descubrimiento, así como el autor.  Estoy deseando que la leáis para ver qué pensáis.

#autopublicado #autoeditado 
#novelasquellegan
#nohayhistoria #nohaypasado #nohayfotografías
#elpoderdecontrolarlosrecuerdos #hackers
#distopías #detective #prostitución #secuestro
#sociedadcorrupta
#recomiendoleer

Si te ha gustado, sigue mi blog 


Comentarios

  1. No termina de convencerme el corte futurista, pero tampoco lo diría que no si se cruzara en mi camino. Lo que sí que me ha encantado, yo es que soy muy fetichista para estas cosas, es el título.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola! Esta la tengo pendiente, a ver si le hago un hueco. Que te haya gustado a ti le da puntos, ya que sé que no es tu estilo de libro. Ya te contaré cuando la lea.

    Un beso

    ResponderEliminar
  3. hola,
    este no es para mi, no me llama demasiado y prefiero dejarlo pasar
    besotes :)

    ResponderEliminar
  4. Para mí sería salir de ni zona de confort, como te ha pasado a ti. Pero es que a veces disfruto tanto con estos libros que son distopicos y diferentes a la lo que leo.
    Creo que me lo llevo 🤗
    B7s
    Ali-Entrelibrosycoletas

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Unlimited

Entradas populares de este blog

Me olvidé de mí

Piso para dos, de Beth O'Leary

¿A quién teme el diablo?, de Pablo Palazuelo

La solterona, de Jana Westwood #PremioLiterario2018

Sólo mía, de Elizabeth Lowell (Only #2)

El diablo también se enamora, de Eleanor Rigby

Tan cerca del horizonte, de Jessica Koch

El último día de mi vida, de David Orange #PremioLiterario2018

El hombre fetichista, de Mimmi Kass #retoíntimo

El señor de la guerra, de Elizabeth Elliott