El perdón según Marcos, de Norma Estrella


Marcos conoció la violencia y el miedo desde pequeño. Aprendió a esconderse cuando su padre volvía gritando a casa y a no hacer preguntas cuando su madre ocultaba la cara. Hasta que se cansó. Su madre rezaba y le decía que debían perdonar, pero los niños aprenden con el ejemplo y Marcos aprendió que los puños eran más efectivos que los rezos.
Miriam creció en Palmira. Sus padres le enseñaron a respetar el legado cultural de las civilizaciones milenarias que florecieron entre el Tigris y el Éufrates. No entiende conceptos como frontera o nación, pero cuando un grupo armado destroza el trabajo de sus padres y estalla la guerra en Siria, tiene claro de qué lado está: del de las víctimas.
Las vidas de Marcos y Miriam se cruzan en Alepo, un lugar que muchos definirían como el infierno en la tierra, pero hasta en los lugares más dejados de la mano de Dios la luz y la esperanza logran abrirse camino, siempre y cuando se luche por ellas.

La primera lectura del año viene acompañada de mi miedo a no saber qué decir por la culpa de esa pérdida de archivos tan inocente como inoportuna de la que ya os dije algo en mi publicación anterior. Me diréis que no tengo por qué preocuparme, que antes no utilizaba audios y, aun así, podía escribir igual, pero no puedo evitarlo. Estoy descubriendo que tengo miedo escénico a eso de compartir mis lecturas, a estas alturas de la función.

Enfrentarme a El perdón según Marcos, a su lectura, ha sido ir sobre seguro; conozco a Norma Estrella como escritora tanto bajo el pseudónimo de Lara Rivendel como de Lara Smirnov, y, si bien, hasta ahora, sus historias iban en la línea de la comedia romántica desenfadada, y en algunos casos con toques eróticos, con esta novela cambia de registro: no abandona el romance pero se centra más en crear una historia con la fuerza dramática suficiente como para que sea el valor de esta novela. No me entendáis mal, no estamos frente a una novela de esas que te estrujan el corazón hasta dejarlo dolorido, pero sí ante una historia donde, por un lado, unos chicos son víctimas de la realidad que les rodea, y, por otro, esa realidad tiene consecuencias en su manera de relacionarse con su mundo años después.

Recordó el lema que le había recitado Miluda el día que se presentó en el hospital ofreciéndose a ayudar en lo que pudiera: «Si puedes curar, cura. Si no puedes curar, alivia. Si no puedes aliviar, consuela. Si no puedes consolar, acompaña.»
Temporalmente, transcurre saltando entre 2009, en Aranjuez, y 2015, en Alepo (Siria); con capítulos no muy largos, favoreciendo la asimilación de los detalles que la autora nos va rebelando poco a poco, y manteniendo cierto paralelismo entre ambos momentos, vamos pasando de uno a otro, descubriendo así el porqué de Marcos, de su miedo, de su afán de protección, de sus arrepentimientos, de su dolor y de su carácter, y el porqué de Miriam, que, sin ser eje central de esta novela, lleva su propio equipaje a cuestas, lo que parece que le impide avanzar.

El cielo y el infierno son muy reales, pero no hace falta buscarlos fuera. Existen dentro de cada uno de nosotros

Sin perder el carácter de casilla de salida, la historia ha sabido aunar el sentido de centrarnos en Marcos y el interés que despiertan sus compañeros de familia, sobre los que es muy difícil no querer seguir leyendo. De hecho, en algún momento, me sorprendía pidiendo (mentalmente) al narrador que dejara a un lado a Marcos y que mostrara más de Jon, de Mateo y, sobre todo, de Lucas; incluso Salvador, ese hombre de Dios que es el motivo porque el que estos chicos tienen historia, despierta curiosidad e intriga. 
—¿Qué esperabas? Un capullo es un capullo —sentenció Lucas—. Y en Navidad no deja de ser un capullo; se convierte en un capullo navideño.

Contraste sería otra de las palabras que me gustaría utilizar para hablar de esta lectura; en 2009 estamos en un entorno aparentemente tranquilo y seguro, pero no se pierde esa sensación de que vas camino del desastre, del detonante que haga que todo salte por los aires; mientras que en 2015, en Alepo, nos encontramos en una ciudad en guerra, con muerte, enfermos, peligro, dolor, carencias, y, por el contrario, es justo allí donde aparece el componente romántico del texto, lo que permite que tus sensaciones sean más positivas. A todo esto le sumas una fuerte ambientación, que actúa casi como un personaje más, y las sensaciones que la historia consigue transmitir sobre relaciones humanas, sobre búsquedas, sobre luchas, sobre miedos y, sobre todo, sobre el perdón.

Esto no es una comedia romántica; es una guerra, una maldita guerra que nos lo ha arrebatado todo. Podemos escondernos hasta que nos caiga una bomba sobre la cabeza o ir a luchar. Al menos, no pueden arrebatarme la libertad de elegir cómo irme de este infierno.

La culpabilidad está muy presente en gran parte del texto: culpabilidad por lo que pudo ser y no fue, por lo que sí que fue y no debió ser, por el dolor de los hechos que son ajenos a uno pero que igualmente determinan tu vida, por unos padres, por la pérdida de los que te rodean, por las consecuencias, por el amor, por la falta de amor; y este sentimiento está fuertemente arraigado en Marcos, y también en Miriam. 

Pero si algo aprendían los habitantes de Alepo era vivir el momento. Pero imposible saber dónde caería la siguiente bomba. Uno tenía que elegir: meterse en la cama temblando como un ratón asustado o plantarle cara a la vida.

Si tuviera que destacar algo menos positivo de este libro, creo que diría que el carácter de comienzo es algo que a veces puede molestar, aunque por otro lado marca la base, el inicio, nos preparar para los siguientes libros. Es no significa que la historia no termine, porque sí lo hace, pero se quedan ciertas incógnitas en torno al pasado de todos que, lógicamente, se irán resolviendo en futuras entregas, pero que a mí, como lectora egoísta que soy, me pica (¿puedo usar el verbo picar aquí? no quiero usar un término muy incisivo porque tampoco es que me haya tirado de los pelos al terminar), pero solo un poco. 

Tened en cuenta que aunque tengamos una historia de amor que marca el camino que lleva la trama en Siria, no es el peso principal de esta lectura: lo importante son ellos, por separado; y más él, Marcos.

Como ya he dicho en algún otro foro, un cambio de registro interesante, creo que con mucha proyección y que me tendrá atenta no solo a estos evangelistas sino a futuras historias.




Comentarios

  1. Muchísimas gracias por la reseña. No sé cómo sería con notas, pero sin notas ya es impresionante; da gusto leerte siempre. Todos tenemos miedo. Yo tenía miedo de aburrir y de "dar la turra". He intentado contenerme mucho. Ojalá acompañen la salud y las fuerzas para poder escribir las historias de los chicos y las nuevas que ya van creciendo en la cabeza. Y poder compartirlas con lectoras como tú. ¿Qué más se le puede pedir a la vida? ¡Abrazo enooooorme! :)

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  2. Aún no he leído nada de la autora, puede que me anime con esta lectura, tiene buena pinta, buen post Carmen

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  3. Una de mis lecturas destacadas del 2019, me gustó mucho ❤️

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  4. Tengo ganas de leerlo pero debo encontrar el momento.

    Un beso

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  5. Les tenía echado el ojo desde que salieron las portadas pero gracias a tu opinión estoy segura de que me encantarán. Gracias Carmen ;)

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  6. Me alegro que te haya gustado pero lo voy a dejar pasar por el momento.

    Saludos

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