La tortuga que huía del jaguar, de Marta Quintín

Editorial: Versátil
Fecha de publicación: 7 de octubre de 2019
género: narrativa
número de páginas: 240
formato: 14 x 22 cm.
encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 9788417451653
PVP: 15,50 €

Cierta mañana, en una playa del Caribe, aparece muerta una tortuga carey. Dicen que la ha matado un jaguar. Cuando Marilia se entera de la noticia, resuelve misteriosamente que ha llegado la hora de marcharse de casa. Tras de sí deja a la tía Granada y al enigmático Jasón, que pesca sábalos para ella. Después de despedirse del Demonio del Muelle, un ser contrahecho del que todos se burlan en el pueblo, comienza un viaje que la llevará a transitar por exóticos parajes, de los que acaso el más importante sea su propio pasado, la única forma de entender su presente. Así, descubrirá un secreto que la empujará a adoptar la decisión más arriesgada de su vida, en una lucha a muerte entre las dos fuerzas más arrolladoras de la naturaleza humana: el miedo y el deseo.

«Una sabia combinación de lirismo y acción. Una gran metáfora de la libertad en clave de cuento». Jurado del Premio València 2019

A veces comienzo un libro por intuición, sin más. Es verdad que la recomendación de alguien ayuda, y mucho, a dar ese paso; y cuando esa recomendación viene de la editorial que lo ha publicado porque conoce tus gustos lectores y cree que lo vas a disfrutar, pues es mucho más fácil tomar la decisión. Sé que Marta Quintín, a pesar de tener solo 30 años, tiene publicado otra novela de la que he oído cosas muy buenas; y sé que La tortuga que huía del jaguar viene avalada por el Premio València Nova 2019 Alfons el Magnànim de narrativa en castellano. Hay lectores que no confían en los premios; yo, personalmente, en algunos sí. Luego puede que la novela me guste más o menos, pero de primeras es un plus para decidirme a leerla.

Dejando todo esto a un lado, lo esencial es que he leído el libro y que me ha gustado muchísimo. Ha sido todo un placer pasar por las palabras de esta historia; una a una, todas juntas, trasladándome a ese mundo de Marilia, a su historia pasada y presente, a sus porqués, a sus miedos, a sus anhelos, a su búsqueda, a su huida y a su encuentro. Creo que no solo la autora construye una novela, a mitad entre el cuento, la novela corta y, para mí, llena de realismo mágico, sino que además nos proporciona un estudio muy interesante de la naturaleza humana y de cómo lo que nos ocurre, y no podemos evitar, influye en nosotros y en nuestra visión del mundo.
En realidad es sencillo, Marilia. No hay más que creer en uno mismo para que todos los demás crean en uno.
Comienza la historia de una forma más lírica, quizá, dejando más patente ese carácter mágico del texto y envolviéndonos en una especie de relato narrativamente musical y colorido; o al menos así lo he sentido yo. A través de las palabras (siempre a través de palabras), poco a poco va construyéndose la historia pasada y presente de la protagonista, Marilia, para entender de dónde vienen todas las metáforas y hacia dónde nos llevan.

Es un viaje; es una historia de almas perdidas. Con una narración muy sólida, todo se nos muestra de forma sutil, cómoda y ganándose nuestro interés por saber más, por ir más allá de Marilia y su relación con el mundo. 
—¿Sabes qué ocurre cuando alguien se muere? Pues, sencillamente, que las cosas continúan pasando, como si nada. Como si se empeñasen en demostrar a cada momento que pueden existir sin las personas que se han marchado. Así te refriegan por la cara que no eran necesarias en absoluto.

La he leído como si fuera una planta que estuviera creciendo a medida que avanzaba; empieza pequeña, como algo curioso, casi simbólico, para luego darme cuenta de ese buen trabajo psicológico que hay de personajes, ese viaje hacia el interior, hacia la soledad, hacia las personas que acompañan, hacia gente buena y gente que no es tan buena, hacia las motivaciones, hacia los deseos y los anhelos, y hacia lo que es la vida. 
No es que sean malos, m'hija. Pasa, simplemente, el ser humano no es más que un animal salvaje pasado de vueltas de puchero. No sabemos ser otra cosa. Y nos ponemos las cosas difíciles entre nosotros. Da igual lo que uno haga. Si alguien quiere querernos, nos querrá. Y si no quiere, ¡pues no lo va a hacer! Por mucho que le traigamos la luna. Y ni siquiera eso lo decidimos nosotros. Todo eso es una vaina del corazón. Un loco desvergonzado, que no le rinde cuentas a nadie. No sirve de nada que se las pidamos, porque no da razones, ni atiende a ellas.
No quiero dejar de nombrar esa comunión con la naturaleza que arrastra a los personajes, lo que le aporta casi algo primitivo a todo lo que rodea a la realidad de Marilia y de los demás.

No es una novela larga, o al menos a mí se me ha hecho muy corta, quizá influida por ese tono narrativo que me ha resultado casi de recital, si la autora me permite usar ese símil; y ha resultado un cierre inesperado y a la vez perfecto para esa historia. No cabe otro final; al menos para mí no.
—¿No te das cuenta, Marilia, de que somos los seres más libres que hay en este pueblo?
—No —respondió ella meneando la cabeza—. En eso se equivoca. Somos los más libres del mundo entero.
Cuando lo he terminado de lees, me he acordado, salvando distancias, a lo que sentí cuando leí La perla, de Steinbeck; quizá, por todo lo que encierra, por el carácter de fin y, sobre todo, por cómo está contada.

En resumen, las palabras del jurado del Premio València 2019 no pueden estar más acertadas: «Una sabia combinación de lirismo y acción. Una gran metáfora de la libertad en clave de cuento». No encuentro la manera de expresarlo mejor; esos personajes tan reales y a la vez tan solitarios, la tortuga, el jaguar, la libertad, la soledad, la vida, la muerte, el dolor, un enclave tan paradisíaco, el Caribe, esas islas, personajes a los que les coges cariño, a pesar de sus defectos; algunas escenas maravillosas; ese momento con las mariposas azules es muy bonito; la pena que acompaña a esa esperanza que puede existir... son muchas cosas.
—La selva y la playa son grandes. Y están llenas de animales salvajes.—Bueno, ¿Por qué temerlos si, según dijo la mujer sabia, el ser humano no es más que un animal salvaje pasado de vueltas de puchero?
*Por cierto, qué título más acertado
**Está situada la historia en Costa Rica ya que ese PURA VIDA lo delata, así como el Volcán Arena, que también se nombra.




Comentarios

  1. ¡Holaaaa!

    Guau, pues no conocía esta pequeña novela pero veo que ha sido todo un descubrimiento, me la voy a apuntar sin duda. El realismo mágico me encanta, lo de que esté tan llena de sentimientos, de color, de naturaleza... veo que no tiene desperdicio ninguno leerla.

    ¡muchos besos!

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    Respuestas
    1. Es una pequeña gran joya. Si te gusta la narrativa cuidada con ese toque, creo que es una muy buena opción.
      Un abrazo

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  2. Por los fragmentos que pones la encuentro un tanto reflexiva, aunque me atrae lo que nos comentas sobre el realismo mágico. No lo tengo muy claro con esta novela que nos recomiendas. Besos.

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    1. Puede que por los fragmentos te dé esa impresión pero no es tanto así. Es verdad que comparto las citas que voy guardando en Babelio por lo que son las más reflexivas, claro. Espero que te animes.

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  3. Esta la dejo pasar, no me acaba de llamar.

    Un beso

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  4. Hola, pues no conocía la novela ni a la autora. Pero tiene buena pinta, la tendré en cuenta ;)
    Un besote

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  5. Hola, Carmen. Yo sabía de este libro y no me decidí a leerlo, ahora veo que fue un error y me encantaría saborearlo. Gracias por todo lo que nos has transmitido.

    Besos y feliz semana.

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  6. Hola!!!
    ay leí tortuga Carey y me vino a la mente ipso-facto Jamie y Claire jajajajaj…si,tengo un grave problema con esta pareja eh jajajaja
    Veo que es una novela corta, o es lo que te pareció a ti, ese viaje interior, casí mágico, todo ello con una narración sólida, fue una novela que te gustó….no,no lo conocía!


    Muchos besitos

    Otro Romance Más

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