El crítico, de Roberto Sánchez Ruiz #PLA
436 páginas
Publicado el 4 de julio 2019
ISIN B07TKLNL8D
Juan Antonio Ruan, un crítico de cine tan prestigioso como temido por su difícil carácter, tosco y huraño, se encuentra en Los Ángeles invitado al estreno de la última película de Germán Almendros, el director español de moda. Allí recibe la noticia de que su ex mujer, Victoria Sampietro, heredera de una de las mayores fortunas del país, ha muerto.
En sus últimas voluntades, Victoria ha dejado expresado el deseo de que sea él quien esparza sus cenizas a orillas de la casa de la playa donde desapareció, hace dieciocho años, la hija que tuvieron en común.
Ruan, en tratamiento con antipsicóticos, a partir de ese momento empieza a tener motivos para dudar de si todo su pasado es como él creía recordar.
Un thriller que habla de la memoria y de cómo nos traicionan los recuerdos. Una novela sobre la amistad, la fidelidad o la educación sentimental, y por la que desfilan los contrastes entre las ferias de las vanidades del mundo del cine y de los medios de comunicación, junto a las más íntimas inseguridades de sus protagonistas.
Otra de las novelas participantes en el Premio Literario Amazon 2019 que he disfrutado desde el principio hasta el final, y eso que ha sido un final algo agridulce, aunque muy acorde con la historia. No penséis que os he desvelado nada. El hecho de que yo lo califique como agridulce proviene más de un sentimiento propio que del final en sí. Sin duda, Roberto Sánchez ha construido una historia que se hace grande a medida que vas avanzando y se va complicando, y todo con un cariz de sorpresa y dudas, y también de consecuencias.
Si os interesa conocer algo de la trama no tenéis más que leer la sinopsis que nos proporciona el autor. Es un buen comienzo para adentrarte en lo que te vas a encontrar al elegir este libro. Además, nada más empezar a leer te das cuenta del uso tan cercano del lenguaje, dándole un tono de cierta ironía pero muy sincero y pesimista, que, añadido a ese guiño narrativo metaliterario que no es tal, hace que te encuentres con un libro muy interesante y, al menos para mí, original en su forma al hacer que dicha estructura forme parte de la historia en sí.
Cuando pisara Madrid iba a entregar la placa de sheriff y mi revólver. Me jubilaba. Por fin. Ya lo había decidido. Me llegaba la edad y era el momento de darle el giro definitivo y último a mi vida. No sospechaba, sin embargo, que fuera a ser tan copernicano como el que me aguardaba a mi retorno.
El protagonista nos va mezclando su narración en pasado y en presente como realmente ocurre dentro de nuestra cabeza cuando estamos viviendo algo y que nos lanza directamente al momento anterior. Te obliga a hacer un buen ejercicio de comprensión porque va saltando según lo que esté contando entre tercera y primera persona para que puedas distinguir entre lo que se refiere a un recuerdo más cercano o más lejano al momento actual.
Ni puñetera idea, Romero. No tienes ni puta idea de con quién te estás tomando este whisky. Con un indeseable, amigo. Y eso, lo de amigo, es algo que me gustaría seguir llamándotelo y considerándote. Espero que tú también a mí cuando me haya quitado la máscara. Cuando eso ocurra, me gustaría que tuvieras claro si quieres seguir siéndolo. Lo dudo.
Es curioso cómo el texto me ha llevando por un camino que no pensaba que iba a recorrer con él, donde cada vez la intriga era mayor y dónde las cosas iban cambiando, incluso de forma; me ha resultado todo un acierto narrativo. Es lo primero que leo de Roberto Sánchez Ruiz y ha llegado a resultarme muy cómodo de leer a la vez que me incita leer despacio y con calma todo lo que estoy leyendo porque tengo la sensación de que es importante darme cuenta de cómo están incluso expresados los pensamientos.
No voy a hablar de que me mostrara cariñoso con él, porque, por lo que he ido detectando en los últimos años, no se encontraría la afabilidad entre mis virtudes, pero teniendo en cuenta la fama que tan bien me he ganado a fuerza de desdenes y desprecios arrogantes para con los demás, era digno de contar como un destacable avance sólo el hecho de que no lo hubiera mandado a tomar por saco
Las cosas no son como creemos recordar. Pasa el tiempo y le vamos añadiendo capas subjetivas, le vamos sumando imágenes que hemos creado junto al relato que nosotros mismos nos contamos, aunque no las viéramos nunca. Con el tiempo las damos como verdaderas, después de haberlas incorporado desde nuestros recursos sensoriales, permeables a la imaginación.
La verdad es que en conjunto es un libro que me ha gustado mucho leer; es un thriller psicológico que me ha hecho dudar en algunos momentos y cuyos hechos se van desencadenando jugando un poco con los recuerdos, el pasado y la búsqueda de esa verdad sobre lo que ocurrió hace 20 años. Ha sido toda una sorpresa y, como os he dicho, ha sembrado dudas en mí: ¿tienen consecuencia nuestros actos? ¿tienen que tenerla?; como no somos ni buenos totalmente ni malos totalmente, ¿dónde está el equilibrio? ¿podemos redimirnos?
Creo que es un texto inteligentemente escrito que nos lleva por una historia de subidas y bajadas donde las personas son lo que son con todos sus defectos y donde nos demuestra que la parte oscura puede llegar a proyectar algo de luz. Es curioso que parezca tan real y tan cercana una historia que sin duda es ficción y te deja con la sensación de que podrías haber averiguado más pero que no siempre es necesario. Es un acierto cómo está llevado, los personajes, con su realidad, su verdad, sus miedos y sus arrepentimientos, e, incluso, ese giro final que le aporta mayor valor a la novela y un toque todavía más personal.
Otra de mis apuestas para los finalistas del premio literario de Amazon 2019.
Si os interesa conocer algo de la trama no tenéis más que leer la sinopsis que nos proporciona el autor. Es un buen comienzo para adentrarte en lo que te vas a encontrar al elegir este libro. Además, nada más empezar a leer te das cuenta del uso tan cercano del lenguaje, dándole un tono de cierta ironía pero muy sincero y pesimista, que, añadido a ese guiño narrativo metaliterario que no es tal, hace que te encuentres con un libro muy interesante y, al menos para mí, original en su forma al hacer que dicha estructura forme parte de la historia en sí.
Cuando pisara Madrid iba a entregar la placa de sheriff y mi revólver. Me jubilaba. Por fin. Ya lo había decidido. Me llegaba la edad y era el momento de darle el giro definitivo y último a mi vida. No sospechaba, sin embargo, que fuera a ser tan copernicano como el que me aguardaba a mi retorno.
El protagonista nos va mezclando su narración en pasado y en presente como realmente ocurre dentro de nuestra cabeza cuando estamos viviendo algo y que nos lanza directamente al momento anterior. Te obliga a hacer un buen ejercicio de comprensión porque va saltando según lo que esté contando entre tercera y primera persona para que puedas distinguir entre lo que se refiere a un recuerdo más cercano o más lejano al momento actual.
Ni puñetera idea, Romero. No tienes ni puta idea de con quién te estás tomando este whisky. Con un indeseable, amigo. Y eso, lo de amigo, es algo que me gustaría seguir llamándotelo y considerándote. Espero que tú también a mí cuando me haya quitado la máscara. Cuando eso ocurra, me gustaría que tuvieras claro si quieres seguir siéndolo. Lo dudo.
Es curioso cómo el texto me ha llevando por un camino que no pensaba que iba a recorrer con él, donde cada vez la intriga era mayor y dónde las cosas iban cambiando, incluso de forma; me ha resultado todo un acierto narrativo. Es lo primero que leo de Roberto Sánchez Ruiz y ha llegado a resultarme muy cómodo de leer a la vez que me incita leer despacio y con calma todo lo que estoy leyendo porque tengo la sensación de que es importante darme cuenta de cómo están incluso expresados los pensamientos.
No voy a hablar de que me mostrara cariñoso con él, porque, por lo que he ido detectando en los últimos años, no se encontraría la afabilidad entre mis virtudes, pero teniendo en cuenta la fama que tan bien me he ganado a fuerza de desdenes y desprecios arrogantes para con los demás, era digno de contar como un destacable avance sólo el hecho de que no lo hubiera mandado a tomar por saco
Las cosas no son como creemos recordar. Pasa el tiempo y le vamos añadiendo capas subjetivas, le vamos sumando imágenes que hemos creado junto al relato que nosotros mismos nos contamos, aunque no las viéramos nunca. Con el tiempo las damos como verdaderas, después de haberlas incorporado desde nuestros recursos sensoriales, permeables a la imaginación.
Otra de mis apuestas para los finalistas del premio literario de Amazon 2019.
No me llama mucho, pero es muy buen post guapa
ResponderEliminarHola, no conocía la novela, y aunque tiene buena pinta, no es muy de mi estilo, ya que el thriller no es uno de mis géneros favoritos, no obstante, me alegro que lo disfrutaras y muchas gracias por tu reseña.
ResponderEliminarBesos desde Promesas de Amor, nos leemos.