Don Quijote (adaptación infantil)
Adaptación de Agustín Sánchez A.
Ilustraciones de Svetlin
A principios del siglo XVII, un hidalgo de la Mancha pierde el juicio a fuerza de tanto leer las historias de gigantes, batallas, princesas y guerreros que relatan los libros de caballerías. Una vez loco, decide hacerse caballero andante y echarse a los caminos con el nombre de don Quijote para imponer el reino del bien en el mundo. Cubierto con una armadura de sus bisabuelos y acompañado por el ingenuo Sancho Panza, don Quijote recorre media España en busca de malvados a los que derrotar y de viudas y huérfanos a los que socorrer. Pero su viaje no es más que un rosario de locuras que provocan el asombro y la burla de quienes las contemplan y la diversión y la risa de quienes las leemos. Don Quijote confunde los molinos con gigantes, arremete contra un rebaño tomándolo por un ejército enemigo, libera a unos peligrosos delincuentes y cree volar por el cielo montado en un caballo de madera. Pero, a pesar de todos sus disparates, el hidalgo manchego consigue nuestra adhesión y despierta nuestra ternura, porque sus ideales de justicia son propios de un corazón noble y sus palabras revelan a menudo una envidiable lucidez. Por eso al leer su historia, uno acaba siempre por preguntarse si a este mundo nuestro tan desatinado no le harán falta unos cuantos locos cuerdos al modo de don Quijote.
Con la intención de acercar la diversión y la humanidad de la obra maestra de Cervantes a los lectores más jóvenes, la presente adaptación recrea la asombrosa vida de don Quijote con agilidad narrativa y en un estilo literario tan ameno como accesible.
A principios del siglo XVII, un hidalgo de la Mancha pierde el juicio a fuerza de tanto leer las historias de gigantes, batallas, princesas y guerreros que relatan los libros de caballerías. Una vez loco, decide hacerse caballero andante y echarse a los caminos con el nombre de don Quijote para imponer el reino del bien en el mundo. Cubierto con una armadura de sus bisabuelos y acompañado por el ingenuo Sancho Panza, don Quijote recorre media España en busca de malvados a los que derrotar y de viudas y huérfanos a los que socorrer. Pero su viaje no es más que un rosario de locuras que provocan el asombro y la burla de quienes las contemplan y la diversión y la risa de quienes las leemos. Don Quijote confunde los molinos con gigantes, arremete contra un rebaño tomándolo por un ejército enemigo, libera a unos peligrosos delincuentes y cree volar por el cielo montado en un caballo de madera. Pero, a pesar de todos sus disparates, el hidalgo manchego consigue nuestra adhesión y despierta nuestra ternura, porque sus ideales de justicia son propios de un corazón noble y sus palabras revelan a menudo una envidiable lucidez. Por eso al leer su historia, uno acaba siempre por preguntarse si a este mundo nuestro tan desatinado no le harán falta unos cuantos locos cuerdos al modo de don Quijote.
Con la intención de acercar la diversión y la humanidad de la obra maestra de Cervantes a los lectores más jóvenes, la presente adaptación recrea la asombrosa vida de don Quijote con agilidad narrativa y en un estilo literario tan ameno como accesible.
Hace varias semanas terminamos, los niños y yo, de leer esta adaptación de El Quijote. En un principio pensé que sería muy adecuada como lectura diaria de mi hijo de ocho años, pero no consiguió engancharle la historia así que cambié de táctica y opté por leerles, a él y a su hermano de siete años, un capítulo cada noche, y su reacción me sorprendió. Nos ha aportado muy buenos momentos juntos, antes de dormir. Creo que los tres lo hemos disfrutado, a la vez que ellos tenían su primer contacto con este clásico de la literatura universal.
Como el objetivo de esta publicación no es otro que hablar de esta adaptación para niños, y no tanto analizar un libro que se escapa, y mucho, de mi capacidad analítica, como es El Quijote, no esperéis que os hable de la estructura de la novela, de cómo fue calificada como una de las mejores novelas de la historia, de por qué se la considera la primera novela polifónica (varios personajes con distintas maneras de ver el mundo), de cómo muestra con ironía una sociedad enfrentada a bandoleros, pobreza, ignorancia y guerra, de ese equilibrio entre realidad y ficción, de cómo el personaje de El Quijote se nos presenta como un loco y luego como un sabio y muchos otros aspectos. Solo os hablaré de las impresiones de esta adaptación y de cómo consigue acercarla a los primeros lectores.
Es curioso que el origen de ese mal que se relaciona con la locura de don Alonso Quijano sea achacado, no solo por el escritor, que es también el narrador, sino también por los personajes que acompañan a este hidalgo, a la lectura exacerbada de libros de caballerías.
—¿Has notado, Sancho, cuánto se parece en el teatro la vida? Pues en las comedias uno hace de rey y otro de mendigo, pero, cuando se acaba la función de los actores se quitan sus ropas, el mendigo y el rey son iguales. Y eso mismo pasa en la vida, dónde unos nacen emperadores y otros esclavos, pero, cuando llega la muerte y nos desnuda, todos quedamos iguales en la tumba.
Como siempre, es difícil calificar qué tal es la adaptación porque no he leído el libro original. Sí que puede decir que las expresiones son muy sencillas, es fácil entenderlo, pero el interés de la historia vendría a partir de un niño de unos diez años porque si bien algunos de los capítulos que les he leído les han mantenido en silencio, escuchando, e incluso en algún momento se han reído a carcajadas, creo que la historia no les ha llegado a atrapar lo suficiente. Ya conocían algo de El Quijote, les sonaban los nombres y algunos personajes, y eso ha facilitado la lectura.
Lo que más les ha llamado la atención es parte del vocabulario que se utiliza; si ya os he dicho que en la adaptación se facilita mucho la comprensión quitando la complicación de la estructura de las frases, hay palabras de uso no tan común, sobre todo para ellos, como hidalgo, venta, mortero, alforjas, malandrín... este tipo de palabras tienen su explicación o definición como nota a pie de página, lo que facilita la comprensión y se agradece enormemente.
Se divide en capítulos medianos, de unas siete u ocho páginas, y cada uno va contando una aventura, lo que facilita seguir con la historia.
La libertad, Sancho, es uno de los dones más preciosos que han recibido los hombres; vale más que todos los tesoros de la tierra y del mar, y por ella conviene arriesgar la vida si es preciso, pues no hay pena mayor en el mundo que ser esclavo de otro o verse cautivo.
De sobra son conocidos los personajes de esta novela y su pasaje más famoso, que es la lucha contra esos molinos convertidos en gigantes por esa mirada tan especial de don Alonso, así como la frase inicial del texto "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...", y todo esto no era ajeno a mis pequeños lectores, que se encontraron con que esa parte no les era extraña. Poco a poco se fueron metiendo más en la historia, disfrutando de las excentricidades de don Quijote y, sobre todo, de Sancho Panza, personaje cobarde y convenenciero, al que acabas cogiendo cariño. Creo que han llegado a entender ese doble sentido de las desventuras del Quijote pero siempre desde su mirada de niños, aunque no sé si les ha llegado a gustar el final de la historia.
En realidad, tan solo le inquietaba una cosa: descubrir si don Quijote era un cuerdo que tiraba a loco o un loco que hablaba como un sabio.
Es curioso porque la primera parte que es el comienzo de las aventuras del Quijote y su escudero, es algo menos filosófica, mientras que en la segunda parte te das cuenta de las enseñanzas de este personaje frente a la vida y cómo estas nos hablan de un caballero muy inteligente que dentro de su locura es capaz de ver la vida como es. De ahí que esta segunda les haya costado un poco más de digerir, y les ha hecho preguntar más, lo que realmente es mejor, ya que les convierte en parte interesada del texto.
Este don Quijote es un loco que a ratos se vuelve cuerdo, y su caso es tan extraño que no podrían curarlo ni los mejores médicos del mundo.
Por todo esto, y como madre que busca siempre libros con los que atrapar a mis pequeños lectores, puedo decir que ha resultado una lectura muy interesante para compartir con ellos, a pesar de que algunas cosas no llegaban a entenderlas. Ahora están algo más cerca de esta obra literaria y creo que, cuando se enfrenten a ella más adelante, serán capaces de acordarse de esta lectura y de lo que pensaron de ella.
—Ahora digo yo —agregó don Quijote— que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho
Lo que más les ha llamado la atención es parte del vocabulario que se utiliza; si ya os he dicho que en la adaptación se facilita mucho la comprensión quitando la complicación de la estructura de las frases, hay palabras de uso no tan común, sobre todo para ellos, como hidalgo, venta, mortero, alforjas, malandrín... este tipo de palabras tienen su explicación o definición como nota a pie de página, lo que facilita la comprensión y se agradece enormemente.
Por todo esto, y como madre que busca siempre libros con los que atrapar a mis pequeños lectores, puedo decir que ha resultado una lectura muy interesante para compartir con ellos, a pesar de que algunas cosas no llegaban a entenderlas. Ahora están algo más cerca de esta obra literaria y creo que, cuando se enfrenten a ella más adelante, serán capaces de acordarse de esta lectura y de lo que pensaron de ella.
—Ahora digo yo —agregó don Quijote— que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho
Esta muy bien que hagan una adaptación infantil. Besos
ResponderEliminarHola, en ocasiones con las adaptaciones hay que tener cuidado ya que desvirtúan completamente el original, pero supongo que es una labor interesante acercar esta gran obra a lo mas pequeños y no tan pequeños, chao
ResponderEliminarLa verdad es que es un gran libro. Yo lo estoy leyendo por primera vez en estos momentos y me está encantando. De pequeña sí que recuerdo haber leído fragmentos y, sobre todo, ver una serie protagonizada por actores fenomenales como fueron Fernando Ray y Alfredo Landa y acabo de ver que, claro, estaba dirigida por otro grande: Manuel gutiérrez Aragón.
ResponderEliminarUna maravilla que introduzcas a tus hijos en obras tan magníficas como esta. Seguro que van a ser unos maravillosos lectores.
Un beso.