La mujer fuera del cuadro, de Nieves García Bautista

Sello: SUMA
Fecha publicación: 06/2019
Idioma: Español
624 páginas
SBN: 9788491293392
Temáticas: Literatura contemporánea, Narrativa romántica
Colección: Femenino Singular
Edad recomendada: Adultos

Barcelona, 1888. El joven León Carbó no responde a las expectativas de su padre de iniciarse en el negocio familiar. Prefiere la pintura, la noche, los burdeles y las tabernas. Su relación con un grupo anarquista lo pone en peligro y sus padres lo envían a París, donde por fin podrá dedicarse al arte y mezclarse con la efervescente intelectualidad de la ciudad.
Sitges, 1905. Una niña a punto de cumplir diez años le pide a su madre un viaje a París como regalo. Para mostrarle los peligros de la ciudad, la madre le cuenta la historia de Madeleine Bouchard, una mujer que acabó asesinada en un cuartucho de Montmartre.
Madrid, 2015. A Efrén, un periodista conocido por sus potentes exclusivas, le dan vacaciones forzosas en el periódico en el que trabaja y se va a París a reencontrarse con su novia de la adolescencia, su mejor amiga, a la que no ve desde hace años. Allí retoman la investigación acerca de la bohemia de finales del siglo XIX para terminar una novela que juntos comenzaron en la época del instituto.

La mujer fuera del cuadro es el pequeño mundo donde se entretejen estas tres historias pobladas por personajes anónimos que tratan con personalidades como Degas, Mary Cassatt, Lautrec o Verlaine y en la que conviven con hitos históricos y referencias literarias y culturales de una época brillante por sus luces y sus sombras.

Esta novela fue otra de mis elecciones para aprovechar los quince días gratuitos de Nubico. Me gustan las novelas que mezclan épocas, que cuentan historias pasadas, que parten de un objeto para dar sentido y que hablan de personas que ya no están; me gustan las novelas que, como esta, son fáciles de leer, y cuya narración acompaña perfectamente a una trama elaborada pero sencilla, donde el disfrute viene en ir adentrándote en la historia para hacerla tuya. Cuando elijo un libro así no busco intimidad, no busco sentimientos a través de palabras, no busco intensidad, busco leer, conocer, aprender y enamorarme de una lectura, de sus personajes, de la época y del poder de una historia. Para mí, La mujer fuera del cuadro ha cumplido con creces mis expectativas. Ese papel de las mujeres que simplemente luchan por sus derechos o que revindican su vida.

Aunque al comenzar a leer no había caído, ya conocía a la autora de El amor huele a café, una lectura más intimista, concentrada y con mucho significado de personajes. Este libro va en otro registro totalmente distinto

—Así es la miseria, hija mía. Recuerda esto: una cosa es la pobreza y otra la misera.—¿Qué diferencia hay?—La pobreza es la escasez de dinero y de medios para vivir. La miseria es la falta absoluta de recursos. La miseria te deja sin fuerzas, te deja sin salud, te deja sin esperanza, te despoja de todo, hasta de las ganas de vivir. La miseria es estar rodeada de lujos y no poder acceder a ellos. El pobre puede ser feliz; el miserable, no.
Es una lectura entretenida, muy correcta, muy dinámica; en la que se van mezclando muy bien las tres épocas, o más bien momentos, ya que uno está separado únicamente por veinte años. Los capítulos son cortos lo que facilita la comprensión y el dinamismo en la historia. Tenemos por un lado, a finales del siglo XIX, cuando un burgués catalán, con sueños de pintor, debe viajar a París para formarse; por otro lado, en 1905, cuando una madre le cuenta a su hija, quien tiene deseos de ir a París, la historia de Madeleine; y por último, en 2015, tenemos un periodista "tramposo" que está enamorado platónicamente del cuadro de Madeleine y sus circunstancias le llevan a averiguar más sobre su vida y a reencontrarse con alguien del pasado.

—Si te quedas aquí —dijo Pascual haciendo referencia al alojamiento en el molino—, tienes que saber un detalle, una leyenda...—¿Qué leyenda?—Dicen que con los artistas devotos que acudimos a este templo a pedir inspiración, el molino es compasivo y nos recibe con generosidad. En cambio, el artista que solo aspira a convertir su arte en mercancía..., a ese el molino lo atrapa en sus aspas como una araña en su red y lo marea escupir lejos.
¿Sabes qué se dice de este veneno? —Pascual levanto la copa de absenta vacía—: Después del primer vaso, uno ve las cosas como le gustaría que fuese. Después del segundo, uno ve las cosas que no existen. Finalmente, uno acaba viendo las cosas tal y como son, y eso es lo más horrible que te puede ocurrir.
Digamos que uno de los atractivos que tiene, además de la intriga que va asociada al devenir de la historia y que juega muy bien con nuestra percepción del qué pudo pasar para acabar así, es pasear por ese París de finales del XIX, en ese mundo bohemio, de artistas, de mujeres que también querían tener un futuro, de pintores, de Molin Rouge, de drogas y de miserias.

Todos los impresionistas de finales del siglo están nombrados, de una manera o de otra y se mezclan en el ambiente que conoció León al llegar a París para estudiar las técnicas pictóricas.

—¿Le gusta Lautrec? —Mucho.—En aquella época no le habría gustado —bromeó la profesora—. Le costó mucho que lo aceptaran. Su aspecto no era muy agraciado. Al final, solo se encontraba cómodo entre prostitutas.

Como os digo, es increíble la cantidad de referencias reales que hay en la novela: cuadros, personajes... lo que me ha obligado a buscar la historia de esos cuadros, que existen; curiosamente, los pintores en algunos casos no son los reales, están cambiados sus nombres, lo que llegó a desubicarme un poco; supongo que es una licencia de la autora para darle mayor complejidad al texto y para que lo vivamos todo más como una novela que como algo real
—¿Natural? —se burló Degas—. Fíjese bien: la palabra arte contiene la idea de artificio, es decir, de algo engañoso. lo que ustedes deben perseguir es dar la impresión de la natural por medio de una manipulación de la realidad. —Degas se inclinó hacia sus invitados y bajó la voz—. Un cuadro requiere tanta astucia, malicia y vicio como la ejecución de un crimen.
La morfina, de Santiago Rusiñol


Como ya os he dicho, tres tiempos, y tres historias que confluyen, van paralelas, con puntos en común, con momentos que se entremezclan, construyendo toda la historia pasada que se nos presenta a través del cuadro. Un instante captado, una modelo, un pintor que queda fascinado por ese momento y lo pinta: el cuadro, para mí, se convierte en un elemento de causa y de efecto, es decir, en motivo y fin; es el hilo conductor de todo. Me he sorprendido a mí misma mirándolo a través de los ojos del pintor.


Madeleine, de A. Casas


¿A quién le recomendaría esta lectura? A todo amante de la novela de ambientación histórica, con una trama interesante, atractiva, no muy complicada, que contiene su parte de historia, su parte de intriga y su parte de narración, todo bastante equilibrado. Si la gente se anima a leerla, creo que será una de las lecturas de este verano. Muy recomendable.





Comentarios

  1. ¡Hola!
    No conocía el libro pero me ha llamado la atención, así que sin duda me lo apunto porque creo que puede gustarme por lo que comentas, y aunque sea una novela histórica y no esté acostumbrada a leer este género, realmente me apetece salir un poco de mi zona de confort habitual y adentrarme en otra época.
    Muchas gracias por la reseña ^^ , me alegra que te haya gustado :D

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  2. Yo lo pedí en Edición Anticipada porque la anterior novela de la autora me gustó mucho. Veo que no me equivoqué
    Besos

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  3. No me termina de llamar mucho, pero ha sido muy buen post como siempre Carmen, un besote

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  4. Pues de este estilo tengo yo El corazón del tilo y me ha encantado. Estoy segura de que te gustaría. Cuando te vea, ya sabes.
    B7s

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  5. Hola, Carmen. Yo tenía seleccionado este libro y esta es la primera reseña que leo. Contenta de que te haya gustado y más de que lo recomiendes.

    Besos.

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  6. Hola,

    me llamó la atención y lo pedí en Edición Anticipada, ya veremos cuándo lo lea pero por lo que cuentas pinta bien.

    Un beso

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