Algunas desayunan con diamantes, yo prefiero unos churritos, de Lara Smirnov

Editorial: Esencia
Colección: Comedia erótica
Número de páginas: 352
Fecha de publicación: 18/06/2019
Idioma: Español
ISBN: 9788408210825
Presentación: Rústica sin solapas


Cuando el jefe de Roberto lo invita a una fiesta en su cigarral de Toledo, el joven abogado acepta por compromiso. Sin embargo, lo que prometía ser una velada aburrida se convierte en una noche loca cuando conoce a las hijas de su jefe, dos mujeres tan opuestas que cuesta creer que sean hermanas.
Cristina, la mayor, es una preciosidad tan aficionada al lujo y al glamur que se hace llamar Cristal. Le gusta tanto el brillo que se burla de su hermana pequeña por llevar el nombre de una piedra semipreciosa.
Ágata ha aprendido a fingir indiferencia cuando algo le interesa, porque sabe que, si Cristal se entera, no para hasta arrebatárselo; pero cuando ve a Roberto siente una atracción tan grande que se olvida de todo, incluso de disimular. 
Una boda, un truco de magia, tesoros reales y diamantes legendarios en una comedia viajera que nos recuerda que lo más valioso no se mide en quilates.

Aunque penséis en todos los clichés que puedan tener asociados esa portada y ese extenso título, y leáis la sinopsis para saber que tenemos a Roberto, a Cristina y a Ágatha, que tenemos una boda y a algunos invitados, no os acercaréis a lo que incluye esta alocada y desenfadada historia que, si bien es imposible que no sorprenda, me ha hecho pasar por diferentes estados de emoción: desde la inverosimilitud de lo que me contaban (era como un gran WTF, ¿dónde me he metido?), pasando por el acercamiento a estos personajes tan divertidos que son llevados al extremo por una autora «despiadada» (como toca en las comedias), para llegar, al final, a la sonrisa y la risa, y un «madre mía» Norma Lara, lo tuyo va de liarla y liarla, y crear unos personajes tan maravillosos como alocados

Un estrambótico y largo título, que cobra sentido a medida que avanzamos, para una historia muy divertida, al estilo de Lara Smirnov, muy bien construida y ejecutada. Dentro de esta tipología de novelas, fáciles y desenfadadas, me encuentro que piso terreno seguro cuando elijo un libro de esta autora (me parece que esto os lo he dicho antes). Creo que, además, a medida que va aumentando el número de novelas que publica dentro de este género, mejora la capacidad para divertir, sin perder ese objetivo que es el amor y, sobre todo, la comedia, de quien quiere mirar el mundo con ojos divertidos, alocados y muy positivos.
La libertad. Bonita palabra, pero ¿existe en realidad? Cuando somos niños deseamos crecer para hacer lo que queramos; y adultos, renunciamos a nuestros sueños para alcanzar metas puntos suspensivos, pero ¿metas de quién?
Por cierto, el elenco de personajes es maravilloso; es que me quedo con TODOS, y cada uno a su estilo: los amigos de Ágatha son increíble, divertidos, reales, tiernos, directos, sin pelos en la lengua; Roberto y Ágatha, insuperables, nos dan algunos de los mejores momentos juntos; Cristina... simplemente, Cristina; y, luego, los demás, unos y otros... mira que me he reído con las chicas hermanas de Amsterdam... 

Confieso que a las sesenta páginas leídas me preguntaba qué se habría fumado la autora (permitidme que utilice esta expresión en su connotación más popular e inocente 😉) para construir y hacer encajar las piezas que conforman el puzzle de esta historia y tenerme totalmente desorientada, en parte por lo absurdo de todo y en parte por mis ganas de seguir leyendo para saber qué es lo que ocurre y qué es lo que va a ocurrir a continuación, y, sin duda, para volver a encontrarme con esas situaciones divertidas entre ellos. 

Menudo cóctel de situaciones, de momentos, de frases... todo ese batiburrillo descoloca porque no es una historia «normal». Es mejor tomárselo como algo llevado al absurdo simplemente para tu divertimento, y, una vez que asumes que vas a leer una novela disparatada e ilógica, creo que la disfrutas muchísimo más. Son personajes muy extremos, muy de opereta, radicales; con situaciones carentes de coherencia lo que acrecenta la sensación de comedia. Eso sí, yo no la veo tanto como una comedia romántica, aunque tenemos una pareja central, con su historia de amor y todo lo que les rodea, pero lo esencial del texto es que ellos lleguen hasta el final, sanos, a salvo de toda esta especie de aventura disparatada que se le ha ocurrido a la autora.

Toledo, Londres, Amsterdam, Nueva York, Panamá, Rusia... y, curiosamente, todo encaja.
Holanda era un país francamente curioso: tan diminuto, sin altas montañas como Suiza, caudalosos ríos como Francia, industriosas ciudades como Alemania o el rico patrimonio histórico de los países mediterráneos. ¿Cómo había logrado un pequeño trozo de tierra hundido convertirse en un país tan importante?
Lo que como una comedia empieza, como una comedia acaba. Va creciendo a medida que te enamoras de los personajes; es una historia irónica muy divertida, llena de destalles de actualidad, frases estrambóticas, momentos hilarantes que mezclan personajes reales con pequeñas leyendas, y todo partiendo de un absurdo.

Una historia que contiene el tono habitual de las novelas de esta autora, llevando al límite ciertos detalles, con sexo explícito y divertido que forma parte de la relación de los protagonistas y de su mutua atracción, la cual está ahí; la autora no se molesta en ocultarlo, porque sí, porque quiere, porque además encaja dentro de esta diversión... ¿Si no estuviera el sexo la historia sería igual? pues, probablemente, pero perderíamos la picardía que le añade, además de hacer muy humanos a los personajes.


Algunas desayunan desayunan con diamantes, yo prefiero unos churritos supongo que también tiene que ver con una especie de homenaje que puede hacerle la autora a películas clásicas, a escenas de cine, a frases legendarias, e incluso de canciones. Sé que hay cosas que me han ido sonando, que me recordaban vagamente a otras, además de las obvias, de las que todos reconocemos. ¡Qué bien te lo has tenido que pasar, Norma Lara, escribiendo esta novela!

Imaginaos que la autora mezcla en una coctelera todo lo que le parece divertido, extremo y maravillosamente simpático, a todos los niveles: un nosequé por aquí, un nosecuántos por allá (nada de spoiler, ya lo sabéis), un robo siempre viene bien, el tener que hacer esto, por aquí unos famosos, algo de magia, los mando a un lugar remoto, meto algo de acción, con momentos incómodos en la ducha, un telescopio que da mucho juego, la churrería... y todo lo agita, bien agitado para se mezcle y nos confunda, aderezado de muy buen rollo y mucha azúcar, que acompaña muy bien los churritos, y se lo sirve a los lectores en una copa estupenda, llena de colores. Y esto es lo que ha resultado: una divertida, movida y desenfadada historia, con algunos diálogos que no tienen desperdicio y momentos inolvidables.
Tenía la sensación de ser una marioneta en un gran espectáculo de guiñol. Y no solo por estar a las órdenes de unos secuestradores sin escrúpulos. Sintió que formaba parte de una trampa mucho mayor. Esos jóvenes que, como él, habían sido niños hacía cuatro días, eran captados por el sistema con la promesa de un sueldo que les permitiría disfrutar de la tecnología más tentadora: patinetes eléctricos, móviles con cámara de alta definición, altavoces inteligentes, asistentes virtuales con nombre de mujer... pero para conseguir esos juguetes debían renunciar a su libertad y aceptar trabajos mal pagados dónde se promocionaba los más obedientes, los que anteponen el trabajo a todo: la familia, los amigos, la propia salu...
Seguro que si habéis leído esta historia os parecerá raro que diga esto pero, para mí, esta novela tiene un texto más maduro que anteriores libros de Lara Smirnov, con reflexiones muy interesantes y acertadas sobre la vida y sobre la felicidad, una vez les quitas la capa disparatada con la que las ha vestido. Puede que no compartáis conmigo todo lo que acabo de contaros en relación a esta locura de lectura pero no puedo decir otra cosa más que ha estado muy bien.


  





Comentarios

  1. Sí, te lo confirmo, me divertí mucho. Y traté de darlo todo, hasta mi parte más loca. XDDD Mil gracias por esta reseña de 24 kilates. Un lujazo ver la novela a través de tus ojos. <3

    ResponderEliminar
  2. Me lo llevo apuntado que me ha llamado mucho la atencion y quiero leer otro libros mas de la autora.

    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Pues Carmen tiene muy buena pinta, la tendré en cuenta, muy buen post besitos

    ResponderEliminar
  4. La tengo pendiente y la leeré porque con Norma las cosas nunca son como parecen.

    Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Unlimited

Entradas populares de este blog

Me olvidé de mí

Piso para dos, de Beth O'Leary

¿A quién teme el diablo?, de Pablo Palazuelo

La solterona, de Jana Westwood #PremioLiterario2018

Sólo mía, de Elizabeth Lowell (Only #2)

El diablo también se enamora, de Eleanor Rigby

Tan cerca del horizonte, de Jessica Koch

El último día de mi vida, de David Orange #PremioLiterario2018

El hombre fetichista, de Mimmi Kass #retoíntimo

El señor de la guerra, de Elizabeth Elliott