Arena negra, de Cristina Cassar Scalia

Colección: Nefelibata
ISBN: 9788418538292
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 432
PVP: 18.50 €

La ceniza volcánica del Etna cubre la ciudad de Catania y la subcomisaria de la Policía Judicial, Giovanna Garrasi, conocida como Vanina, se enfrenta a un nuevo caso: descubrir qué esconde el cadáver de una mujer aparecido en una villa de Sciara. Las circunstancias no pueden ser más extraordinarias: la casa, de aire señorial y prácticamente abandonada desde 1959, se encuentra en ruinas y el cuerpo está momificado. Identificar el cadáver y determinar la causa de la muerte será como atravesar el túnel del tiempo. Décadas atrás, la villa ya fue el escenario de un famoso crimen. ¿Estarán relacionadas ambas muertes?

En su empeño por aclarar el misterio, la subcomisaria encontrará un aliado inesperado: el comisario Biagio Patanè, quien, aburrido por la jubilación, estará encantado de rebuscar en sus recuerdos para ayudarla. La tenaz subcomisaria sacará a la luz una sorprendente historia de avaricia y rencor que todos creían enterrada, pero que se arrastrará hasta el presente dejando tras de sí un rastro de sangre.

Menos mal que existen estas lecturas conjuntas que amenizan mi lista de lecturas. Gracias a ellas, puedo seguir alimentando, con menor frecuencia que antes porque así es como estoy leyendo estos últimos meses, este blog que sigue aquí aunque a veces se me olvide.  

Arena negra es una novela que llega a mis manos gracias a un sorteo organizado por Laky, de mano de la editorial Duomo. Una historia detectivesca, o policíaca, que a mí me ha recordado a los clásicos del género donde los personajes están y llevan la acción pero no son más importantes que el camino que toma la trama. 

Vanina tuvo la sensación de que la niebla que rodeaba el caso iba aumentando palabra palabra, como la tormenta de arena volcánica que lo envolvía todo y que no parecía dispuesta a amainar.

Una detective experimentada, que arrastra su propio equipaje emocional, algo solitaria y con mucha fuerza mental, se enfrentará a una investigación en torno a la aparición de un cadáver en una casa prácticamente abandona que se intuye ha estado «oculto» más de cincuenta años. Alrededor de ella, otros compañeros de viaje irán ayudándola a deshilar la compleja madeja que atañe esta investigación tan peculiar. 

Había algo en el hallazgo de aquel cadáver que lo hacía más interesante que cualquier otro homicidio común del que se hubiera ocupado en los últimos tiempos. Tal vez fuera el insólito escenario, que—como había dicho Adriano— parecía un plató cinematográfico. O tal vez se tratara solo de curiosidad hacia uno de esos casos singulares en los que, como todo el mundo, tanto le gustaba sumergirse, pero que pocas veces se le presentaban.

El ritmo ágil y rápido, pero no fácil, que lleva la acción, que me ha recordado a un guion cinematográfico, ayuda a que en ningún momento pienses que se pierde el tiempo o que hay algo que sobra; todo tiene un sentido y centra tu atención en lo que merece la pena, no solo para llegar a descubrir quién y por qué sino también para que quieras seguir acompañando a los personajes más allá de Arena negra.

Además, a esta investigación, que promete más de Vanina Garrasi, (en italiano creo que hay cuatro libros ya publicados), se une esa ambientación tan (tan) importante, porque la ciudad de Catania tiene un papel fundamental en la narración, no tanto por la historia y su investigación, sino porque, tal y como la autora teje la trama, no se entendería en otro lugar. Gastronomía y costumbres sicilianas se integran perfectamente en las conversaciones y en los personajes, así como los apuntes a Palermo, a la lucha de la policía con el crimen organizado (la mafia) y a la idiosincrasia de la región. Es posible que a los ajenos a todo ello nos parezca simplemente ambientación pero estoy segura de que para los autóctonos a esa zona de Sicilia todo tiene mucho más significado y sentido.

Una historia interesante, la del presente y la que se va descubriendo, no muy compleja pero, para mí, magníficamente trazada, ha hecho que leer sea todo un disfrute. Una de las cosas que más me ha sorprendido y que ha conseguido que me atraiga mucho más esta lectura, es que, al contrario que en otras novelas policíacas, el lector sabe menos que los personajes; este no es un recurso muy habitual cuando estamos siguiendo una investigación a través de lo que se va descubriendo y de las pistas que van apareciendo. Supongo que para ganar con el efecto «intriga», la autora termina algunos capítulos con un giro inesperado cuando los personajes descubren algo esencial pero no nos lo cuentan inmediatamente. Os confieso que en algunos momentos me llegaba a molestar; era como si Vanina me ocultase cosas (manías de lectora, supongo)

En la vida existen realidades cuya importancia solo puede valorarse a posteriori. Muy a menudo, las cosas no son lo que parecen, regla básica que no debe olvidarse jamás.
Y algunas decisiones pueden acabar resultando solemnes gilipolleces, aunque en el momento pareciera evitables, por decir providenciales.
Esa era otra regla básica, en la entonces posiblemente se le había olvidado.

Cuando conseguí saltar el escollo de los nombres de cada uno de personajes, y os aseguro que me ha costado un poco porque resultaba complicado situar a cada uno en cada uno, me metí de lleno en lo que me estaban contando. Ahora ya sé quién es quién: Vanina, Mochia, Marta, Patanè, Fragapane, Spanò... y no me importará volver a leer sobre ellos.

Me parece una novela sólida, fuerte, amena, interesante y de fácil recomendación. Todo un descubrimiento, porque me he dado cuenta de que no suelo leer mucha literatura italiana. Como he leído en la contracubierta, ¡un gran debut!

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