El vuelo de la libélula, de Ana Iturgaiz

Publicado por Roca Editorial
ISBN: 9788418417269
Colección: Novela
Formato: Tapa blanda con solapa
Fecha de publicación: 15 de abril 2021

Marta llega a Vietnam para escribir una guía de viajes. Para ella es mucho más que un simple encargo: es su primera oportunidad para hacerse valer en la editorial donde trabaja. Y para conseguirlo, no piensa limitarse a hablar de playas paradisíacas ni lugares fotografiados millones de veces. Aunque nunca pensó que la oportunidad de conocer el verdadero Vietnam se le presentaría en forma de un empresario de la artesanía vietnamita y de tres pequeños huérfanos.
Dan, hijo de un trabajador de la embajada española en Hanoi, ha renunciado a vivir en España para instalarse en el país de su familia materna. Hace ya cinco años que dejó pareja y trabajo para embarcarse en un negocio con intención de mejorar la vida y los recursos de muchos de sus compatriotas. Los problemas en su empresa no dejan de crecer: sobre todo cuando tiene que hacerse cargo de tres niños y una extraña.
Los cinco iniciarán un viaje en el que descubrirán la amistad y el amor, pero también el desamparo y la certeza de que el destino no es fácil de engañar.

Llevo un largo rato intentando poner en orden mis ideas sobre El vuelo de la libélula, no tanto porque sea una historia compleja, que no lo es, sino porque todo lo que he ido recopilando mientras la leía me parecen solo palabras. No sé. Será el tiempo, por decir algo. Vamos a ver si soy capaz de escribir algo que os anime a leer esta novela porque creo que ha sido una buena lectura que me ha aportado mucho más de lo que pensaba.

Por si alguien no lo sabe, El vuelo de la libélula es la nueva novela de Ana Iturgaiz, una sólida escritora cuyo fuerte es la novela de ambientación histórica y que esta vez se anima con una historia contemporánea ambientada en un Vietnam desconocido para la mayoría de nosotros y algo alejado de los lugares más turísticos. Yo he leído dos novelas suyas (La mirada de la ausencia, una historia en el País Vasco durante las guerras carlistas, muy muy recomendable y también publicada con Roca Editorial; y Bajo las estrellas, novela que me gustó muchísimo pero de la que no tengo opinión publicada porque entonces leer era algo más privado) y tengo en casa Acordes de seda y Tu nombre al trasluz, ambas sin leer todavía. 

La novela comienza con un viaje de una joven Marta que, buscando, bajo el requerimiento de su jefe, escribir una guía de Vietnam algo distinta y personal, acaba recorriendo el país, o parte de él, de una manera inesperada, cambiando así su vida y su futuro. Es un encuentro entre Marta y Vietnam, entre Dan, quien le hace de guía, y Marta, y entre ellos y tres niños huérfanos a los que Dan debe acompañar. En ese viaje ocurren cosas, lógicamente, pero, a pesar de lo que yo pensaba, la historia se complica sin exageraciones, y no engaña, es decir, que lleva una línea bastante centrada. Esto que os he dicho no significa nada más que dentro de la sencillez de una trama bastante definida y recta, la fuerza de la historia radica en los sentimientos de los personajes entre ellos (de todos) y su manera de afrontarlos.

Los vietnamitas son gente paciente, hay veces que un día se convierte en una semana sin ningún problema.

Es fácil pensar que la historia tira hacia la romántica por la relación que se forma entre los protagonistas y por cómo interactúan, aunque también estaríamos hablando de una literatura de viajes o de formación, ya que, al final, nos encontramos (y admiramos) con Vietnam, su paisaje y su gente, y todo a través de los personajes, siendo conscientes de las carencias que un país así puede tener, así como ese viaje interior que realizan los personajes que cambiará su futuro.

—El ser humano, ese enorme desconocido. Nunca sabemos de lo que somos capaces hasta que lo hacemos. Por eso algunas familias se sorprenden tanto de las decisiones de sus seres queridos —añadió meditabundo.

Para mí, la autora consigue que, a través de los ojos de Marta, descubramos ese Vietnam, el Vietnam de Dan. Nos sorprendemos con ella, con los colores, la gente, las sonrisas, las ropas, las comidas, la vida en general... todo lo que ella considera increíble nos lo transmite, incluso sin ser un texto excesivamente descriptivo y siendo una narración bastante rápida.

Marta miró la estampa que tenía antes sí y se sintió fuera de lugar. Era una blanca, una europea, en medio de un bosque tropical rodeada de gente con la que no compartía nada, ni ideas, ni creencias ni el concepto de la vida, y a la que no era capaz sino de contemplar con escepticismo, o peor, con la breve curiosidad de una turista, y a la que solo recordaría si tenían la suerte de pasar ante el objetivo de su cámara de fotos. Se sintió extraña y fisgona. Se sintió mal.

Yo he tenido la sensación de que actuaría como ella, como Marta. Esa valentía que obligamos a los personajes de una historia a tener, para abanderar la historia que estamos leyendo, no es real en la mayoría de las ocasiones, por ese motivo, Marta me ha parecido tan humana; sus reacciones, sus miedos y sus búsquedas son muy ciertas. Algo similar pienso de Dan. Creo que ambos tienen defectos y eso les hace más reales.

En resumen, me quedo, de todo lo que he leído, con ese paseo, ese viaje; casi es como si Dan me hubiese hecho a mí de guía. He anhelado esos lugares y conocer la gente que han conocido. El amor entre ellos es bonito y tierno, no lo voy a negar. Aunque no es una lectura para idealizar ese sentimiento, sí que deja la sensación de que «contigo, mejor».

—A menudo nos olvidamos del momento—dijo con la vista clavada en el cielo—. ¿Qué es la felicidad? A veces la respuesta es tan simple como describir lo que pasa ante los ojos.
Marta sintió sus dedos colarse entre los suyos. Él le apretó la mano y ella le respondió.
—Felicidad, sin pensar en...  —susurró al viento él.
—Sin pensar en nada más —completó ella.
—El viento, el rumor de los árboles.
—Los pájaros.
—El olor de la tierra.
—La bruma matinal.
—El vuelo de la libélula.

Si tuviera que utilizar una única frase para definir el libro diría que es una bonita historia que te recuerda que en la vida nada está predefinido y muchas cosas pueden ocurrir que nos enseñan a ser valientes y a seguir nuestros instintos, además de abrir nuestra mente para mostrar que la familia también es aquella que elegimos. 

Creo que siguiendo un tono colorido, que quiere transmitir esa quietud que aporta paz y felicidad, el texto no deja de lado las incongruencias de su sociedad como la vietnamita, no ignora las dificultades y las partes no tan buenas asociadas a todo ser humano, así como la fragilidad de la vida

Si tuviera que ponerle alguna pega, diría que me ha faltado complicación en el sufrimiento, quizá porque buscaba que me estrujaran más, no tanto porque la historia lo necesitase sino porque era yo quien estaba expectante. Supongo que por ese motivo la editorial califica esta novela como «una novela fresca, con dosis de romanticismo, aventura, pasión, exotismo y humanidad».

El vuelo de la libélula ha sido una agradable lectura, una bonita historia de amor y un mejor viaje. Quizá algo más ligera que las anteriores por esa única trama de la novela pero no por ello menos interesante. ¡Ay, yo quiero viajar a Vietnam!

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Comentarios

  1. Me gustaría leer un poco en esa ambientación porque no la he descubierto aún y la trama me llama bastante así que gracias por el descubrimiento

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  2. Pues me llama bastante esta historia, así que tomo nota, que no la conocía.
    Besotes!!!

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  3. Es muy interesante lo que nos cuentas sobre esta novela. La vi en las novedades literarias en algún blog, y la sinopsis ya me atrajo. Besos.

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  4. Hola, creo que de Ana iturgaiz he leído lo que hasta ahora ha publicado, todo. Sabes que soy lectora de novela romántica así que no sé si terminaré animándome. Tiene un estilo que me gusta muchísimo porque cuida mucho, como bien dices , la ambientación. Espero leer pronto la opinión de esas dos novedades que tienes en casa, te las recomiendo 😉
    Un besote

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  5. Qué bien que te haya gustado tanto porque la tengo pendiente. Con ella me estrenaré con la autora.
    Besos

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