La muerte que respiras, de Lola P. Nieva
Un thriller histórico en el que deberás contener la respiración para seguir con vida.
Luxor, 30 de noviembre de 1925.
Zaid Nasser, arqueólogo adjunto de Howard Carter, teme ser la novena víctima de la maldición de Tutankamón. Decidido a escapar del gélido aliento de la muerte, consigue unos antiguos legajos árabes y se introduce en la tumba con intención de anularla. Pero antes deberá viajar al pasado, al corazón de la antigua Tebas, para conocer el origen de la misma y encontrar las respuestas que pueden salvarle la vida.
Tebas, año 1327 a. C. dinastía XVIII.
¿De qué murió realmente el joven faraón?
¿Quién selló su tumba con una maldición?
¿Por qué matan a los escribas del templo de Amón?
¿Qué secreto intentan proteger?
¿Quién se esconde bajo la máscara de Anubis?
¿Por qué la muerte huele a tinta?
Un temible asesino siembra el pánico en Tebas y solo una mujer con la marca del escarabajo podrá detenerlo.
La muerte no olvida un aliento, da igual las veces que nazcas.
La magia y la oración no ofrecían más que solaz. Los únicos remedios los proporcionaban los sunu, los médicos laicos, a través de la investigación y el aprendizaje, cobijados por la sabiduría de los antiguos, el miedo a la muerte y el dolor y el anhelo de inmortalidad.
Con un ritmo narrativo rápido y un gran peso del vocabulario adecuado a esa época, somos capaces de ver, oír, oler y sentir una sociedad como la del antiguo Egipto, con sus ardides políticos y sus luchas por la supervivencia. No sé si es porque estoy acostumbrada a que Lola me atrape con su prosa, pero ha sido todo un placer leer esta novela, sobre todo por el devenir de la historia, la intriga generada y el camino que toma. No es una novela de personajes, tanto como otras anteriores, pero esto tiene sentido porque lo importante es descubrir quién es quién y cuál es su destino.
—El corazón a veces contamina la mente con sentimientos tan profundos como insensatos punto y aunque esas cosquilleantes emociones se apagan te dejan sumido en un vacío existencial que no muchos logran superar. El amor, mi joven aprendiz, es un estado de embriaguez pasajera que nos hace cometer locuras, unas podemos solventar las, otras no.
Si los personajes protagonistas son inventados, el resto son reales, y el buen hacer de la autora hace que todo lo que va narrando encaje dentro de lo que ocurrió, así que no te recomiendo que busques información sobre Tebas al morir Tutankamón porque es mejor ir sorprendiéndose con lo que vas leyendo. No obstante, me levanto el sombrero frente a la autora por ser capaz de hilar una novela de ficción que parece tan real, a pesar del componente «paranormal» de unión entre dos tiempos (no os descubro nada porque enseguida se descubre una conexión). Es como si ella hubiese pensado: «voy a ver qué nos cuenta la historia sobre lo que pasó para, así, orquestar un thriller en torno a eso», y lo ha hecho. Al menos, para mí, lo ha conseguido.
Tenía que regresar a la tumba, a pesar de la inscripción que rezaba sobre ella en una tablilla de coloridos jeroglíficos, un ostracón de arcilla en el que se hallaba grabada la leyenda: «La muerte golpeara con sus alas a aquel que ose perturbar el reposo del faraón».
Es verdad que alguien que no esté acostumbrado al estilo en el que esta autora se sumerge al encontrarse en épocas pasadas puede sentirse algo perdido o, incluso, asombrado. La forma en la que se acaba disfrutando mucho las historias que construye Lola P. Nieva es relejándose y leyendo con tranquilidad, para saborear la cadencia de sus palabras. Llega un momento que encuentras hasta fluida su prosa, que, para mí, es muy acertada, ya que no solo se ambienta con las descripciones sino también con el significado de las palabras utilizadas.
El pasado no podía cambiarse, pero sí se podía aprender de él para mejorar el presente. La vida era una escuela de aprendizaje constante, colecciones de dolor, de amor, de derrotas, de éxitos. Todo era importante, una cosa no podía existir sin la otra, pues, sin el fracaso, la gloria no sería valorada; sin sufrimiento, no anhelaríamos la felicidad; sin el odio, el amor no destacaría; sin negrura, no buscaríamos la luz. Al final, la suma de todo no revelaría el sentido de la vida. Conseguir el equilibrio de esa dualidad definía nuestra búsqueda constante de quiénes somos en realidad.
Centrándome en la historia en sí y en sus personajes, puedo contaros que, a partir de una decisión de Selkis, la joven hija del gran general de los ejércitos de Tutankamón, el destino de muchos quedará marcado, dando pie a la intriga en torno a unos asesinatos que ocurren en la corte y a lo que se esconde tras ellos. Además, averiguar qué tiene que ver todo esto con la maldición relacionada con la tumba de Tutankamón, más de 3.000 años después, forma parte la trama. Un ejercicio de construcción narrativa que merece la pena disfrutar.
Dicen que no se debe mirar mucho tiempo un junco que arrastra la corriente río abajo, pues se corre el riesgo de seguirlo; es mejor agarrarse a los que pueblan las orillas, pues nutren de vida, brindan refugio y te anclan a la tierra.
El resto, un equilibrio entre búsqueda, poder, ambición, pasado, mentiras, amor, familia, verdades y mentiras, y todo ello regado de historia, convierten esta novela en una lectura muy fácil de recomendar para los amantes de la novela histórica.
—No me empujes a actuar contra natura.
—¿Serías capaz, padre, de anteponer el poder terrenal a tu inmortalidad?
Me parece que leí algo de la autora hace años aunque ahora mismo no recuerdo el título y no me importaría descubrir este libro no pinta nada mal =)
ResponderEliminarPues no conocía esta novela y me ha llamado muchísimo la atención. Tomo buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Lo lei hace algunas semanas y me gusto mucho. Es un poco distinta a los libros anteriores que habia leido anteriormente de la autora pero la ambientacion de Epipto me gusto mucho.
ResponderEliminarSaludos
Que interesante Carmen! Solo he leído de ella La perla de agua, me gustó mucho la historia y su estilo así que me apunto esta. Buena reseña, como siempre 😊😘
ResponderEliminarEl tema y la portada me encanta y mucho, la tengo en cuenta Carmen, buen post y besos
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarSoy una amante de la cultura egipcia, por eso tanto me animo a leerlo como a no hacerlo😅. He leído varias novelas de Lola P Nieva y conozco tanto su estilo como el esquema en que suele plantear la novela. Quizás la curiosidad me pueda y terminé animándome 🤔😉
Un besote
No he leído demasiadas novelas de Lola P. Nieva, pero su estilo me gusta, además tengo este libro en papel y deseo no tardra en ponerme con él.
ResponderEliminarUn beso