Balzac y la joven costurera china, de Dai Sijie


Dos adolescentes chinos son enviados a una aldea perdida en las montañas del Fénix del Cielo, cerca de la frontera con el Tíbet, para cumplir con el proceso de «reeducación» implantado por Mao Zedong a finales de los años sesenta. Soportando unas condiciones de vida infrahumanas, con unas perspectivas casi nulas de regresar algún día a su ciudad natal, todo cambia con la aparición de una maleta clandestina llena de obras emblemáticas de la literatura occidental. Así pues, gracias a la lectura de Balzac, Dumas, Stendhal o Romain Roland, los dos jóvenes descubrirán un mundo repleto de poesía, sentimientos y pasiones desconocidas, y aprenderán que un libro puede ser un instrumento valiosísimo a la hora de conquistar a la atractiva Sastrecilla, la joven hija del sastre del pueblo vecino.

Mi afán por descubrir más sobre literatura oriental me ha llevado a leer esta maravilla de historia. No sé si conocíais el libro, pero un título como ese no deja indiferente a ningún lector. Balzac fue un novelista francés de comienzos del siglo XIX cuya obra se sitúa dentro del realismo imperante entonces. Esto es importante para entender cómo influye Balzac en los personajes de esta pequeña historia. Además, en el título se hace referencia a «la joven costurera china», fundamental como principio y final del relato.

Dai Sijie (o como diríamos nosotros, Sijie Dai) nació en China a mediados del siglo XX y fue enviado a «reeducarse» en los años 70 a un pueblo cerca del Tíbet. Esto nos hace entender el carácter autobiográfico del relato, ya que el narrador es un joven músico, cuyos padres, médicos los dos, son considerados contrarios al régimen de Mao Zedong por lo cerca que están de la medicina occidental, y es enviado, junto con un amigo Luo, hijo de un importante dentista, a una aldea en las montañas del Fénix del Cielo, cerca de la frontera con el Tíbet. Como lectores, nosotros viviremos con ellos esa reeducación pero en un tono distendido, y a veces humorístico, que no esconde la dureza de la realidad vivida

—¿Has oído hablar de la literatura occidental? —me preguntó un día Luo.
—No demasiado. Ya sabes que mis padres solo se interesan por su profesión. Al margen de la medicina, no conocen gran cosa.
—Con los míos pasa lo mismo. Pero mi tía tenía algunos libros extranjeros traducidos al chino antes de la Revolución cultural. Recuerdo que me leyó unos pasajes de un libro que se llamaba Don Quijote, la historia de un viejo caballero bastante chusco.

La esencia del relato es el cambio sufrido por ellos durante ese tiempo, y todo gracias a unos libros, prohibidos por el régimen imperante, que se encuentran dentro de una maleta de su amigo Cuatrojos. Esto es muy importante ya que esta novela corta nos enseña lo fundamental que son las palabras escritas y cómo pueden condicionar nuestra manera de enfrentarnos a la realidad

Dos palabras sobre la reeducación: en la China roja, a finales del año 1968, el Gran Timonel de la Revolución, el presidente Mao, lanzó cierto día una campaña que iba a cambiar profundamente el país: las universidades fueron cerradas y los «jóvenes intelectuales», es decir, los que habían terminado sus estudios secundarios, fueron enviados al campo para ser «reeducados por los campesinos pobres».

Este libro habla de literatura; de cómo la literatura abre, educa, reeduca, enseña y muestra; de cómo los protagonistas, con la inocencia del ignorante, se empapan del aura que desprende un texto, para ellos prohibido, occidental, de otro mundo. Balzac, como autor, es el que les inicia en este saber, el que les abre los ojos; a través de él descubren el deseo, el anhelo, el futuro.

La joven costurera china es una chica que se convierte en un punto de luz, o de belleza, que rompe con lo agreste del lugar, de ese entorno rudo de las minas donde hay pobreza y miseria y carencia; pero también es quien da sentido al cambio. 

He leído esta historia en parte asombrada por la distancia impuesta no solo por el tiempo sino también por la sociedad, y en parte divertida, por los momentos que se generan entre ellos. Jóvenes de diecisiete o dieciocho años, que han vivido de una manera acomodada, y que se encuentran ahora viviendo esa experiencia llamada reeducación sin saber cuál va a ser su futuro; existe cierta desesperación en ellos, que aceptan lo que están viviendo pero que a la vez luchan contra ello con esos libros, aunque cada uno lo vive de una manera muy distinta.

Se me han quedado grabados muchos de los temas que nadan por ese maravilloso cuento, y alguna que otra escena (inolvidable pensar en esos piojos xD); uno de ellos es el hecho de ver cómo el individualismo, contrario por definición al comunismo, entra en el narrador a través del aprendizaje de sus lecturas. Ese despertar a ser el centro de tu propia existencia y al querer avanzar para conseguir lo que anhelas. Me ha parecido un texto que si bien parece inocente, no lo es en absoluto.

¡Qué maravilla! Tenía la sensación de que iba a desvanecerme en las brumas de la embriaguez. Sacaba las novelas de la maleta una a una, las abría, contemplaba los retratos de los autores y se las pasaba a Luo.

Este libro fue escrito por Sijie Dai en francés, algo que ya de por sí me llama la atención. Es verdad que tras estudiar Historia del arte, después del fallecimiento de Mao Zedong, ingresa en una escuela de cine, donde ganará un concurso nacional que le permite cursas sus estudios en Francia. Allí descubre la realidad del cine europeo, especialmente el matiz surrealista de Buñuel, y ese toque se nota en Balzac y la joven costurera china. De hecho, esta novela fue llevada al cine por el mismo autor.

No se me hubiera ocurrido una manera más inteligente de plasmar el contraste entre el comunismo imperante en China en los años 60, y su obligada ignorancia, cuando entra en contacto con la sociedad occidental aunque sea a través de historias inventadas por grandísimos escritores

Y, al llegar a ese increíble final, entiendo el porqué del título y la importancia que tiene Balzac y esa joven costurera china. Nunca una frase fue tan definitoria. Una gran lectura que os recomiendo encarecidamente.

Aquí os dejo algunas imágenes de la película, que se estrenó en 2002 y el trailer, por si eso os anima más a leer este libro.




Y si os animáis con el libro...

Si te ha gustado, sigue mi blog 




Comentarios

  1. ¡Holaaaa!

    Pues no conocía esta obra pero has conseguido despertar mi curiosidad. Me encantan los libros que hablan sobre literatura, y encima el contexto me atrae bastante, así que sí, sin duda me la llevo anotada.

    ¡besos!

    ResponderEliminar
  2. muy interesante todo lo que muestras y cuentas.
    Merece una oportunidad.

    ResponderEliminar
  3. La leímos en 2008 para la tertulia del instituto en el que trabajaba. Me gustó mucho a pesar de que la literatura oriental no es mi favorita y en aquella época menos aún. También vi la película. Pero de todo ello hace ya tanto tiempo que no recuerdo ese final que dices... Qué desastre de cabeza. Me has dejado con la intriga. Igual releo.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. La leí hace años y me encantó. Es de esos libros que me gustaría volver a leer. Gran reseña!
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  5. Ni sé la de tiempo que tengo pendiente esta novela. Más de diez años diría yo, qué desastre
    Lo tengo en francés, eso sí, que me lo compré para practicar (ya ves lo mucho que practiqué)
    Besos

    ResponderEliminar
  6. Tomo buena nota de esta novela, Carmen. Me atrae mucho lo que nos cuentas en tu reseña. por el impacto que causa el papel de la mujer en tiempos de Mao Zedong y su "reeducación". Te recomiendo Nacer mujer en China, de Xinran Xue, una historia que me impactó mucho por la sucesión de relatos conexos que cuenta en ella, y en la que la"reeducación" está también muy presente. Besos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Unlimited

Entradas populares de este blog

Me olvidé de mí

Piso para dos, de Beth O'Leary

¿A quién teme el diablo?, de Pablo Palazuelo

La solterona, de Jana Westwood #PremioLiterario2018

Sólo mía, de Elizabeth Lowell (Only #2)

El diablo también se enamora, de Eleanor Rigby

Tan cerca del horizonte, de Jessica Koch

El último día de mi vida, de David Orange #PremioLiterario2018

El hombre fetichista, de Mimmi Kass #retoíntimo

El señor de la guerra, de Elizabeth Elliott