Un puente entre dos almas, de Lidia Fernández Galiana

Título: Un puente entre dos almas
Autora: Lidia Fernández Galiana
Páginas: 350
Publicación: 24 de abril de 2025

¿Cómo expresar en voz alta un sentimiento que podría cambiarlo todo para siempre?

Para Byeon Siu, no existe otra cosa más importante que mantener las apariencias de cara a su madre: un perfil alto en sus estudios, una carrera universitaria, hacer que cada paso cuente y asegurar su futuro. Sin embargo, su vida meticulosamente organizada se ve sacudida cuando se topa con Enzo Luna, el hermano mayor de su mejor amiga, Zoe. Enzo y ella jamás se han llevado bien, por lo que Siu siempre ha mantenido las distancias con él. Pero, con su carisma despreocupado, un talento natural y su popularidad abismal, Enzo desafía todas las normas que Siu se ha impuesto.

A pesar de su resistencia inicial, Siu se encuentra atrapado entre su ambición y la atracción que siente por él. Un extraño giro del destino hace que ambos deban pasar más tiempo juntos y Siu empieza a darse cuenta de que Enzo no es solo el chico despreocupado que aparenta ser. Detrás de su sonrisa encantadora y su actitud relajada, hay inseguridades y sueños que resuenan con los suyos propios, revelando un mundo que hasta ahora le había estado prohibido.

Cuando las cosas empiezan a encajar y los secretos del pasado emergen, un solo deseo bastará para cambiarlo todo. Y será ahí cuando una nueva historia dará comienzo.

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Aunque haga tiempo que no paso por aquí y no comparta lo que voy leyendo, eso no significa que no lea, solo que no nace de mí hablar de mis lecturas. No sé exactamente por qué me pasa, pero me cuesta construir un texto completo y lógico sobre lo que un libro o una historia ha supuesto para mí. También es cierto que empiezo muchas lecturas que acabo abandonando, alqo que antes no me ocurría. Es como si no quisiera invertir mi tiempo en continuar leyendo. Supongo que son épocas o momentos. Por lo menos sé que todavía continúo disfrutando de la lectura, aunque sea en menor escala (y algo más selectiva).

Después de esta introducción tan personal, no sé deciros qué hizo que me apeteciera leer Un puente entre dos almas cuando recibí la comunicación de la editorial con su nota de prensa.  Es verdad que la portada atrae, sobre todo por sus colores y por esa pareja que no sabes si está encontrándose o despidiéndose, así que me animé, y hace mucho que no lo hago, y solicité poder leerla. He tenido la suerte de ser una de las afortunadas y me han enviado un ejemplar, algo que agradezco enormemente.

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Un puente entre dos almas es una novela contemporánea, romántica, en toque de comedia, new adult y con un toque de fantasía o realismo mágico que convierte su historia en algo muy especial y bastante simbólica, además de estar llena de significado. También se podría utilizar el término novela queer o LGTB+, pero a mí no me gusta esta calificación porque me da lo mismo el género de la pareja protagonista cuando no es el eje central de la historia (¿o sí lo es en este caso? ¿se dan tantos grupos distintivos entre los personajes, que sí centran la base de la historia, como la aceptación, la inclusión, la no descriminación por muy distintos aspectos sociales, que el hecho de que ellos sean o no homosexuales tiene tanta importancia? No lo sé realmente, pero no lo considero determinante). Os dejo a vosotros la elección de las etiquetas de esta novela.

Tras leer la sinopsis que nos proporcionan, sabemos que hay unos personajes, en torno a los veinte años, amigos desde la infancia o adolescencia, que viven en Madrid y tienen distintos orígenes. Los dos personas principales, Siu y Enzo, son cuasi-archienemigos, han estudiado en el mismo colegio y están unidos por Zoe, mejor amiga del primero y hermana pequeña del segundo. A ellos se les une Camilo, el personaje más divertido de todos, de origen colombiano y mejor amigo de Enzo. 

No podemos decir que es una novela coreana en sí pero está llena de Corea. Es una historia de amor entre dos personas que estaban más cerca la una de la otra de lo que se pensaban. Es una historia simpática y mágica con toques muy humanos y muy fácil de leer que está escrita sobre un lienzo de colores coreanos, es decir, la base de la historia, a pesar de que gran parte trascurre en Madrid y de que uno de los protagonistas es español y el otro se ha criado en España desde los dos años, es Corea, su sociedad, su historia, su gente y sus tradiciones

Se nota muchísimo esa influencia de la escritora de todo lo que tiene que ver con ese país asiático; no solo porque Siu es un chico coreano que se vino a vivir a Madrid con su madre a la edad de dos años, sino porque su relación con su familia materna es muy especial, como un hilo invisible que, a pesar de los miles de kilómetros que les separan, le une a su país a través de las mujeres de su familia (su abuela, sus tías) y a la Isla de Jeju, considerada una de las siete maravillas naturales del mundo, con toda su rica tradición espiritual y chamánica a través de las Haenyeo (mujeres buceadoras), de las que se cree que tienen la capacidad de comunicarse con las divinidades marinas. Y esta unión ocurre a pesar de su madre, que parece no estar intersada en mantenerla porque la vive como una losa que arrastra demasiado pesada.

Si no fuera poco con que Siu fuese coreano de nacimiento y español por educación, su mejor amiga, Zoe, es una fanática del mundo coreano (dramas, música, comida, historia, idioma). De hecho, él llega a reconocer que, gracias a ella, empezó a ver de manera distinta sus raíces, aprendiendo a valorarlas y a quererlas. 

Creo que en cierta manera, igual que esos colores de la portada que explotan alrededor de la pareja protagonista, o desde la pareja, la historia está dibujada sobre un lienzo de tonalidades coreanas. Llena de clichés maravillosos y divertidos, nos lleva a lo que desde aquí podemos percibir de Corea, es decir, a su música, con las muchas referencias al kpop que aparecen gracias a Zoe y Siu, a su gastronomía, muy presente en la vida de Siu y en cómo se relaciona con el resto de los personajes, a su historia, ligada a esas mujeres que forman parte del pasado del protagonista, y al idioma a través de todas esas palabras que aparecen y están incluidas como algo normal dentro de los pensamientos de Siu y de Zoe.

Durante el primer cuarto del libro, pensaba que la historia iba fácilmente por un camino, con el new adult en comedia con mucha más presencia de lo que incluso me gusta a mí, hasta que ocurre algo que cambia y hace que se convierta en una historia diferente, mucho más simbólica, con mucho más peso, en la que los personajes, así lo veo yo, toman el peso de la novela, ya que son sus sentimientos ante lo que va ocurriendo lo que te hace meterte más en toda la trama. Además, soy niña de los ochenta / noventa, así que ese guiño a algunas películas emblemáticas del mismo corte me ha resultado maravilloso.

Es una historia divertida, simpática, humana, con toques de amor, de pluraridad, aceptación, conocimiento, amistad, orígenes, pasado, recuerdos, sinceridad, familia, amor y, sobre todo, Corea, representada por Jeju y sus tradiciones

De fácil disfrute por la cantidad de detalles que me llevan a series, momentos, música, personajes... ese conjunto de referencias me ha hecho sentir más dentro de la historia, que es más cercana, más real, a pesar de ese «realismo mágico». Todos podríamos ser Zoe, o Enzo, o habernos sentido como Siu, o haber luchado como Camilo. Podríamos incluso ser la madre de Siu y haber huido con el miedo de no volver nunca; o la abuela, que aceptó su camino como parte de la vida. Tiene esa maravillosa y humana lección de que debemos ponernos en el lugar del otro, de empatizar, de entender para aceptar y para mejorar. Además, la nota cómica que aporta Camilo, me encanta.

No sé si os he convencido para leerla u os habéis quedado igual. Da lo mismo. De vosotros depende animaros con esta novela, que no es lo que parece y a la vez sí que lo es. Le doy un aplauso a la autora por conseguir que, con algo tan sencillo como esta novela, que os aseguro que se lee de un tirón, se me haya dibujado una sonrisa en la cara y me haya mostrado, sin demasiado dolor, lo complicado que lo tienen algunas personas para ser aceptadas por su entorno, a pesar de que no haya motivos para el rechazo más allá de las viejas imposiciones sociales o del miedo a lo diferente.

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