La sastrería de Scaramuzzelli, de Guillermo Borao


Poco antes de morir, el escritor y fabricante de tejidos Joseph Langhorne encuentra la forma de distraer a su hijo enfermo: leerle historias que se representan tras la ventana de su dormitorio, la única con vistas a cualquier parte del mundo. Sin embargo, uno de esos cuentos parece esconder una advertencia, el anuncio de que algún día llegará alguien que lo cambiará todo.
Veinticinco años más tarde, William Langhorne cree que por fin se ha cumplido el presagio de su padre cuando conoce al sastre Barros Scaramuzzelli. Con su aparición, el pueblo de Tonleystone se expone a la apertura de una sastrería y a la irrupción de la alta costura, un reclamo repentino en una sociedad rural cuyas vidas se verán de pronto amenazadas.

La sastrería de Scaramuzzelli es un relato de amor inquebrantable por la familia y una fábula sobre las casualidades improbables, escrita, quizá, por la necesidad de retener un instante, de prolongar el tiempo de un padre y un hijo juntos antes de que uno de los dos deba, sin remedio, marcharse para siempre.

Os podría hablar de cómo esta simple, pero intensa, historia sobre las relaciones humanas, los deseos, el amor y la familia sorprende, cautiva y acaba estrujándote el corazón, pero no sé si todos estaríais de acuerdo conmigo. Esto de la lectura es muy personal y no es baladí tener presente que cada uno de nosotros lee un libro distinto aunque las palabras sean las mismas.

La sastrería de Scaramuzzelli, como bien habréis leído por ahí, es una especie de fábula o de simple narración, cuya historia se desarrolla en un pequeño, e idílico, pueblo inglés, donde la vida debería ser sencilla y maravillosa, y al que llega un extraño que lo revoluciona hasta el punto de que nada volverá a ser igual. Tendremos que avanzar para averiguar el cariz que toma todo y, sobre todo, todos. Esta sería la manera más sencilla y parca de contar qué es lo que vamos a leer al abrir este libro, pero, para nuestro gozo lector, se queda muy alejada de la fuerza e intensidad que el todo de esta historia rezuma, y del significado escondido en cada una de las páginas y en cada uno de sus personajes.

Creo que lo primero que me venía a la mente, mientras leía, era la palabra desconcierto: no tanto porque no estuviera entendiendo lo que me estaban contando sino más bien porque no sabía hacia donde me llevaba la trama. Reconozco que cuando pasa algo así, si el autor sabe cerrar el círculo de la novela, a mí me tiene ganada. Esa sensación de que, al final, él ha llevado la batuta y lo ha hecho estupendamente es maravillosa; sí, además, consigue emocionarme, la cosa ya sube a un nivel superior. Soy así de «fácil».

A medida que yo avanzaba con La sastrería de Scaramuzzelli (perdonad, pero a mí este nombre me recuerda a Scaramouche), también crecía mi implicación en ella. Al principio, me encontraba algo desubicada, intentando encajar la trama de esta historia y buscando una solidez en el texto, más cercana a la narrativa convencional que a las narraciones que se cuentan, que se transmiten, que se regalan; pero, cuanto más leía, más quería seguir leyendo y más apegada estaba a cada uno de los personajes, y todo para llegar a esa parte final, que no lo es, y que le da el sentido maravilloso, metaliterario, verdadero, doloso y fantástico a la lectura.

En cierta manera, casi he leído la novela como un cuento corto, a pesar de tener algo más de trescientas páginas; el lirismo impregnado en los personajes, con esas sensaciones llevadas a veces al extremo, aparentemente absurdo, y otras veces hasta hacerlos insoportables (no he sido muy fan de William en algunos momentos), confieren a estos actores la importancia de centrar nuestra atención en ellos, en su manera de reaccionar a su vida y en las relaciones con los demás. No es que la historia en sí no sea importante, que lo es, pero llega a ser algo tan habitual en un lugar donde conviven personas, que lo más destacable mientras leía eran ellos y ellas, eran los recuerdos, el amor, la familia, el deseo, la búsqueda, el encuentro, y todo para traerme el porqué. Hasta la presencia Real me ha parecido muy necesaria; había que construir ese punto de inflexión que doblegara lo que estaba pasando.

Sé que no estoy siendo muy clara, pero es que no quiero serlo. Esta novela se merece que no lo sea; se merece que el lector se siente tranquilamente a disfrutar, pasando sus hojas, de lo que ocurre cuando William y Patty se encuentran con Barros, Leonardo y Mercedes; qué peso arrastra William con un Joseph que no está pero está; lo que ocurre cuando buscas en los demás lo que te falta; o por qué se revoluciona la tranquila vida de este pueblo.

Destaco la forma en la que está escrita; a veces, es un lenguaje enrevesado, no por la complejidad de su construcción sino por que nada está por estar. Es un lenguaje bello y elegante, en donde los pequeños detalles del escenario que se ha construido se muestran a través de una palabra o de la ausencia de una palabra. Esto le da trabajo al lector (a mí me ha dado trabajo); le obliga a estar atento para no perder lo que el autor ha querido contar hasta con el material del que están hechas unas viejas cortinas. 

Otra característica de esta historia es lo llena que está de contraposiciones, algo que solemos encontrar más en la prosa poética: un escenario bucólico, tranquilo, ideal, donde pueden ocurrir cosas no tan buenas; unas personas sencillas, con vidas sencillas, y una sastrería urbana, moderna, llena de tendencia, de una ambición que se transmite a través de sus creaciones. Está llena de toda la complejidad que la sencillez nos trae.

Ya, por último, solo nombrar al amor, en diferentes variantes. Está muy presente en la narración; hasta tal punto que define la conducta de nuestros personajes y su propio porqué.  Cuando he leído las últimas hojas de este libro, he respirado precisamente eso, amor. Ahora me quedaría preguntarme si su autor ha querido enseñarnos su especial forma de amar, utilizando sus herramientas más queridas y su imaginación para construir la historia que William, y los demás, se merecían.

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Comentarios

  1. Desde luego se nota que la has disfrutado. Ya la tenía apuntada porque estoy viendo buenas impresiones de esta novela, así que la subrayo en la lista para que no se me pase.
    Besotes!!!

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