Todas las horas mueren, de Miriam Beizana Vigo
Comprar El Café de Fontiña se ha convertido en el alma de una villa. Allí, las horas parecen eternizarse. Las tazas están siempre a rebosar, las estanterías plagadas de libros y en la barra lucen siempre unas flores vivas y frescas. Tras dos décadas, la anciana dueña, Olivia Ochoa, no encuentra motivos suficientes para levantarse y seguir manteniendo la esencia de su Café. Las horas pasadas, como almas perdidas, regresan a su presente y le anuncian que su final no tardará demasiado. Pero todavía no. Porque Dorotea llamará a su puerta, como lo hizo Laura, como lo hacen los fantasmas. Y el tic-tac de la escritora deberá seguir sonando, porque sus horas no están resueltas a terminarse. Sin palabras y con mis sentimientos a flor de piel me ha dejado la lectura de esta corta novela en la que no me ha faltado nada ni tampoco me ha sobrado nada. Contada en diferentes tiempos, saltando de un momento anterior a otro posterior y de nuevo a otro anterior, vamos descubriendo la hi...