La dama del lago, de Raymond Chandler

246 páginas
Biblioteca Chandler, Alianza Editorial 
En La dama del lago (1943), la cuarta novela de Raymond Chandler, el detective Philip Marlowe investiga la desaparición de dos mujeres: Crystal Kingsley, esposa de un rico empresario, y Muriel Chess, mujer del vigilante de la finca de los Kingsley en el lago Little Fawn. 
En realidad a Marlowe no le importa lo que les haya ocurrido -no le pagan por su empatía-, pero descubrir la verdad será un imperativo cuando se dé cuenta de que su vida está en juego. 

Este libro llevaría, sin exagerar, al menos unos ocho años por casa. Fue un regalo. Reconozco que nunca me habían entrado ganas de leerlo y no sé por qué, la verdad. Motivada esta vez por el reto ABC y la letra Ch que se me resistía, por fin me animé a conocer al detective Marlowe y a su creador, Raymond Chandler.

Estoy convencida de que para los eruditos en literatura este autor es muy conocido, pero yo, más profana en esos lares, no lo conocía y ha sido todo un descubrimiento. No soy una gran lectora de novela policíaca clásica, y eso que en casa siempre ha estado la colección completa de Agatha Christie, así que leer La dama del lago me ha aportado una doble satisfacción: una magnífica historia al mejor estilo detectivesco y un mar de posibilidades lectoras al incluir nuevos gustos literarios en mi haber. Este es el cuarto libro, lo que significa que tengo tres anteriores que debo leer y varios posteriores. 
Una vez que ya he puesto toda la colección por si alguien tiene curiosidad y para que yo tenga claro qué libros buscar (las librerías de segunda mano son perfectas para esto), os diré que el protagonista de estas novelas es un detective de esos de sombrero de ala, rodeado del humo de sus cigarros, que no para de fumar (cómo me gustan esas imágenes), cínico, algo pesimista, deductivo, inteligente, irónico, tranquilo, más que aficionado al whisky y con su propia escala de valores. Es un hombre solitario, directo, nada convencional y al que parece que poco le asusta realmente o que no se amedranta ante ninguna situación. Sabemos por lo que dice que le gustan las mujeres, y mucho, pero la falta de relaciones personales está muy presente en todo el relato. Tengo curiosidad por saber si es igual en las otras novelas.


La trama se va forjando poco a poco, y comienza cuando el señor Kingsley contrata al detective privado Philip Marlowe para que encuentre a su mujer, que lleva ya varias semanas desaparecida. A partir de allí se van dando situaciones en torno a la investigación del detective que nos van construyendo la historia, y todo de la mejor manera posible, al estilo limpio e inteligente que tienen las grandes novelas de detectives. Los hechos están ahí, esperando a que Marlowe los encuentre y nos los muestre. Son fáciles de entender y nada previsibles, lo que significa que la historia es totalmente creíble y en cierta manera sorprende. 

Interesante es cómo Chandler nos sitúa el crimen en plena Segunda Guerra Mundial pero a distancia, en la ciudad de Los Ángeles, lejos de esa realidad pero dejando pinceladas de ella como nombrando jóvenes que son llamados a alistarse, o la falta de caucho debido a la guerra. El autor quiere tener presente la Guerra pero no quiere que eso afecte a su historia. 

Además, tenemos resquicios de una policía que puede tener lo mejor y lo peor del cuerpo, como era habitual en esa época, en la que se admitían ciertas prácticas como normales, aceptadas y justificadas. Tengo la sensación que Chandler coloca esa yuxtaposición con personajes tan dispares entre sí como Jim Patton, el sheriff de Puma Point, y el teniente Degarmo de San Bernardino. Además, con ninguna subtrama que nos desvíe la atención de lo que realmente interesa, el elenco de personajes aunque escaso es, en cierta manera, muy simbólico. Mujeres, millonarios, amantes, expresidiarios, buscavidas, un crimen, dos desapariciones, un misterio... y todo esto expuesto para que Marlowe lo descubra y, lo más importante, nos lo cuente. Se me ha olvidado indicar que la novela está narrada en primera persona y en pasado, y abundan los diálogos, lo que aporta rapidez a la lectura.

Es dinámica, interesante, gris, con el toque de humor necesario para que nos guste el protagonista a pesar de todos sus defectos, tiene un olor a whisky, a traje de caballero, a antiguo, a blanco y negro, y a Bogart, sí, a Bogart, el de Casablanca... sé que es un cliché pero para mí ha sido un poco así, lo reconozco. 


#detective #ElWhiskyLoPuedeTodo 
#SiempreEsUnBuenMomentoParaTomarUnaCopa 
#américa #años40 #matrimonio 
#poder #deducción 
#TengoQueBuscarLaPelícula


Si te ha gustado, sigue mi blog 


Comentarios

  1. No e leido mucho de este genero y yo tampoco conocia al autor! pero gracias por la recomendacion!
    Soy nueva en tu blog y te sigo!
    Te invito a pasar por mi blog si te animas!
    Cariños!

    ResponderEliminar
  2. Hola.
    Pues me.gusta el.género, este libro no lo.conocía pero lo tendré en.cuenta.

    ResponderEliminar
  3. ¡Holaaa! No conocía este autor y mucho menos el libro. La verdad es que tiene una pinta increíble. Me encantan este tipo de historias que están llenas de intrigas, y por lo que dices, todo está muy bien manejado como psra sorprenderse y eso es lo que más disfruto. Espero leerlo pronto.

    Saludos ❤️

    ResponderEliminar
  4. ¡Hola!

    Desde hace un tiempo tengo entre ceja y ceja leer algo de Chandler. Quizá sea con este título con el que me anime a ello. Parece bastante interesante.

    Muchas gracias por tu reseña, me ha gustado mucho.

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Unlimited

Entradas populares de este blog

Me olvidé de mí

Piso para dos, de Beth O'Leary

¿A quién teme el diablo?, de Pablo Palazuelo

La solterona, de Jana Westwood #PremioLiterario2018

Sólo mía, de Elizabeth Lowell (Only #2)

El diablo también se enamora, de Eleanor Rigby

Tan cerca del horizonte, de Jessica Koch

El último día de mi vida, de David Orange #PremioLiterario2018

El hombre fetichista, de Mimmi Kass #retoíntimo

El señor de la guerra, de Elizabeth Elliott